Llegaron desde los extremos del país para compartir una experiencia única en la Universidad de Playa Ancha, donde están terminando de cursar el semestre académico.

Elizabeth Salamanca vino desde la Universidad de Tarapacá (UTA). Joaquín Espinoza, Ángela Morales y Rubén Gómez Alarcón, desde la Universidad de Magallanes (UMAG). Todos ellos siguen carreras pedagógicas y participan en un programa de pasantías nacionales a través de un proyecto de Formación Inicial Docente, que permite conocer la realidad en otras universidades, además de desarrollarse personal y académicamente.

Sobre esta nueva realidad que han podido conocer en la UPLA conversaron con Catalina Rojas Martínez, directora de Secretaría de Estudios y coordinadora de Movilidad Nacional de esta universidad. Una conversación franca, muy técnica por momentos, en que todos demostraron que vibran con la carrera que eligieron y con la perspectiva de ser educadores.

-¿Qué les llamó la atención de esta experiencia, en qué es distinta del estudio en sus universidades de origen?

Ángela Morales (UMAG)

ÁNGELA (Pedagogía en Castellano UMAG): Encuentro muy positivo el programa académico, que es muy integral, sobre todo en lo que es literatura hispanoamericana. Me pareció muy bueno que incluyera escritoras feministas, por ejemplo. También el hecho de que se enfoquen todas las asignaturas hacia la pedagogía me pareció muy positivo y me sirvió harto para mis conocimientos.

JOAQUÍN (Pedagogía en Historia UMAG): Lo que me ha gustado es que hay una buena variedad de académicos… Me refiero a historiadores, sociólogos quizás, profes de geografía muchas veces. Y sobre todo la mirada interdisciplinaria que tienen la universidad y los docentes sobre la historia.

RUBÉN (Pedagogía en Castellano UMAG): Comparto la opinión de mi compañera, porque Literatura Hispanoamericana nos abrió la puerta a nuevos temas; por ejemplo, la literatura feminista o la etnoliteratura sobre los mapuches y otros pueblos. Está siendo linda la experiencia y, respecto a los demás ramos, me gustan mucho los enfoques educativos que entregan, porque la idea general que se comparte de la educación es educar al niño, que aprenda todos los contenidos y todo superformal. Nos han entregado nuevas visiones respecto a la educación. Es decir, que el niño aprenda de forma integral, desarrollarlo como alumno, pero también como futuro profesional y persona. Se agradece, porque te hace dar cuenta de ciertas falencias respecto a la visión medio limitada que tenías de la educación. A mí se me expandió.

Rubén Gómez (UMAG)

ÁNGELA: Estamos pasando ramos donde nos enseñan a enseñar a escribir, por ejemplo. Es una mirada que no había trabajado desde la Lingüística, que es cómo enseñarlo. Nos están enseñando cómo es para poder enseñarlo bien. Y siempre con ese enfoque constante de cómo lo vamos a enseñar en el colegio, lo que me parece muy bueno.

-¿Ven algún rasgo común, algo que caracterice a los profesores en la UPLA?

RUBÉN: Pasión. Disfrutan enseñando, les sale por los poros lo que enseñan. Veo a una profesora totalmente inmersa en lo suyo; los años de experiencia que tiene, los libros que ha escrito, todo eso cuenta… Otros tienen muy arraigadas varias ideas que compartimos con mis compañeros respecto a la educación: que tenemos que ser más creativos, que tenemos que velar por la formación integral del alumno.

ÁNGELA: También noto lo que dice Rubén. La diferencia es que la tienen más a flor de piel. Nuestros profesores también tienen pasión, pero somos más apagados en Punta Arenas. En cambio, acá cómo que emana esa pasión, se nota que les gusta lo que hacen y que se manejan en lo que hacen.

Joaquín Espinoza (UMAG)

ELIZABETH (Pedagogía en Castellano UTA): La experiencia del puerto es intensa, porque acá hay mucha vida política, mucho de todo, hay una relación bien intensa entre las figuras políticas y los entes de la ciudadanía, lo que se ve tanto a nivel micro, como en la universidad y a nivel regional. Es interesante y hay que saber apreciar la cultura que entrega una zona tan diversa y tan apasionada. Tengo la suerte de que mis profesores, en la U en la que yo estudio, son buenos profesionales y cercanos con los estudiantes. Siendo una carrera pedagógica, creo que es nuestro deber estar a la vanguardia de la pedagogía. Yo también vi buenos profesionales acá, no sentí que hubiera una comparación abismal, en cuanto a vocación, entre los que tuve acá y en la UTA. En cuanto a conocimientos, claro, van variando por la zona geográfica. En el área literaria, por ejemplo, pude notar diferencias en los tipos de textos que leemos, porque acá se leen más textos propios de la región… No lo sentí tan diferente, en verdad. Todos estamos también en la misma área de trabajo y creo que todos queremos lo mismo: nosotros como alumnos y los profesores de la U como profesores. Cuando he podido conversar con los profesores en forma más estrecha, he podido notar que ellos realmente tienen un interés por la contingencia y por el desempeño de los alumnos que están formando.

ÁNGELA: En cuanto a esa idea de “pruebas de universidad”, que te va a ir terrible y te vas a sacar un 1, acá no he vivido ese stress. Nos dan las herramientas pedagógicas y se da un buen trabajo al momento de evaluar. No se ve como algo terrible sino como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.

RUBÉN: Incluso divertido…

Elizabeth Salamanca (UTA)

ÁNGELA: Como dicen Rubén, llega a ser divertido al momento de evaluar. Es más didáctico y hay todo un stress que no lo hemos vivido, por lo que he podido disfrutar mucho más el proceso de aprender cosas. Ha sido más rico y más significativo. No se trata de recibir mucha información de golpe, para vomitarla en la prueba y que me tiene que ir bien.

ELIZABETH: Me he sentido cómoda, porque a mí también me preocupa harto mi salud mental, prefiero un tipo de educación en que no voy a enfermarme por sacar un título. Y no siento eso, al menos en las carreras de pedagogía. Tanto en Arica como acá, he sentido mucha humanidad de parte de los profesores, lo que no es un tema de universidad; quizás de carreras… porque uno tampoco puede desligar la educación del contexto social en que se vive. Además, muchas veces las pruebas no tienen nada que ver con el ambiente laboral, con las habilidades laborales necesarias. También se le quita énfasis a las habilidades laborales que sí se deberían enseñar en la universidad, como lo que se conoce como habilidades blandas, la comunicación…

JOAQUíN: Al final depende del enfoque que le da la universidad. Acá el tratamiento que se le da es socioemocional y la perspectiva que le damos nosotros a esos ramos es cómo aprender a hablar, a escribir. Y es bueno que tenga ese sentido social en la universidad, que dé las herramientas no solamente para tratar a los alumnos sino también a los apoderados, los colegas…

-Aparte de lo académico, ¿cómo ha sido la experiencia personal?

JOAQUÍN: Me habían dicho que siempre hay que aprovechar a oportunidad de salir de la región, porque al final uno viene a estudiar y a ver otras realidades…

ÁNGELA: Crecimiento personal. Ambas cosas van de la mano.

JOAQUÍN: Porque al final la carrera docente es cómo construir el conocimiento personal para entregárselo a los demás.

RUBÉN: Igual fue una buena oportunidad para salir de la zona de confort. Te prepara para distintos escenarios.

ELIZABETH: Trasladarse bajo el amparo de otra casa de estudios es una oportunidad muy grande y una oportunidad que no todas las personas tienen.

RUBÉN: Que no muchos se atreven a vivir…

ELIZABETH: Para otra persona, tener la experiencia de irse a vivir a otra ciudad puede ser mucho más fregado que para nosotros, que vinimos con una beca. Como también hago danza, arte, terapia, he aprovechado la experiencia para conocer la medicina de la zona, cosas que quizás no voy a encontrar en otra región, lo que es propio de aquí. O los bosques, la zona natural… Al final creo que el estudiante que decide optar por una beca de intercambio siempre va a ser una persona con ganas de experimentar… [Sus compañeros asienten]

ÁNGELA: Es un rasgo nuestro, de las personas que postulan, que queremos conocer más…

RUBÉN: De hecho, yo, personalmente, tenía mucho miedo, porque uno se acostumbra -como dije- a la zona de confort y es difícil pensar en vivir una situación en que ya no estamos bajo el amparo de la familia. Si hay un problema, te la tienes que bancar solo. Y eso ayuda. Por lo menos de mi parte, he visto que ayuda a forjar el carácter y te cambia ciertas perspectivas. Yo al principio decía «quizás no pueda, quizás sea muy difícil para mí», pero con el tiempo transcurrido fue como «Sí pude, sí puedo”.

-Y creciste…

RUBÉN: Claro. Con ese crecimiento voy a volver cuando termine el semestre y va a ser algo bueno que compartir.

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