Explorando la narrativa portuaria y los remanentes de clase que se expresan en ella, el académico del Departamento de Artes Integradas, Dr. Braulio Rojas Castro, desarrolló el proyecto Fondecyt de Iniciación “Genealogía del cronotopo urbano-portuario en la narrativa de Valparaíso: una propuesta contrahegemónica” que le permitió constatar el lugar pormenorizado de los paisajes marítimo-costeros en el canon literario chileno.
“En 2006 desarrollaba junto a otros colegas de la Universidad de Valparaíso un proyecto sobre narrativa y creación artística en la etapa post golpe de Valparaíso y ahí empecé a integrarme a esta dimensión de la narrativa porteña y a darme cuenta que tenía una diversidad, riqueza e importancia muy grande que, además, contradecía el sentido común de Valparaíso con el mar con un Estado nación que crece de espalda al mar”, señala el académico del Doctorado en Artes Integradas.
De esa manera, esta propuesta de Iniciación en Investigación desarrollada al alero de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) le permitió organizar un corpus de obras narrativas en la literatura de Valparaíso a través de la identificación, categorización y ordenamiento de las imágenes literarias que lo componen, así como analizar la dimensión urbano-portuaria en la narrativa y crónica de Valparaíso e interpretar un grupo de obras en que se expresa la dimensión marítimo-costera en tanto urbano-portuaria, costero-rural y oceánica.
Narrativas desde Valparaíso
Además de revisar un corpus de textos que abarcan desde inicios del siglo XX hasta la década del 50, la investigación liderada por el académico del Departamento de Artes Integradas abordó archivos sobre la formación de la marina mercante nacional, la construcción del puerto de Valparaíso y estudios migratorios que destacan las condiciones de pobreza y precariedad de los migrantes europeos, textos que dialogan con escrituras memoriográficas que dan cuenta de cómo las condiciones de clase y de género determinan las formas de representar la ciudad puerto.
Tu investigación se sustenta en la hipótesis que la literatura nacional se ha centrado en paisajes del valle central, la montaña y el campo, no así el mar, ¿qué encuentras al respecto?
Si bien hay producción narrativa vinculada al mar, esta va quedando como un caso periférico del canon literario chileno donde se sitúa esta idea del campo y como sujeto representativo el huaso, el roto chileno.
¿Y en el caso de Valparaíso?
En Valparaíso se habló de lo marítimo portuario hasta la década del treinta o del cuarenta, y después el escritor y el intelectual porteño le da la espalda al mar y aparece la ciudad.
¿Y qué autores escriben sobre el mar?
Salvador Reyes es el gran escritor marinista. Es de una generación de escritores donde aparece el mar, aparece el puerto, o elementos que tienen que ver con las migraciones que ingresan por el puerto y eso eventualmente desaparece. Jacobo Danke tiene novelas muy importantes, también, como Estrella Roja, donde lo marítimo y portuario tiene mucha presencia y todavía no tengo mucha claridad de por qué desaparece [esta temática]. Hay hipótesis como la apertura del canal de Panamá, la crisis del 29 y los cambios en los ejes de circulación de mercancías y personas.
¿Y cómo es esa narrativa? ¿Cómo es el puerto, o alta mar, que muestra la literatura?
Como el corte cronológico es amplio, elaboré formas diferentes de hablar sobre los lugares marítimo costeros: lo urbano-portuario; las ciudades portuarias; lo rural-costero; las caletas; y la altamar. Esto me permitió ver que al mismo tiempo que persisten formas y estilos de escritura canónicos, como el criollismo, el naturalismo hasta el realismo, hay experiencias vanguardistas radicales, como el grupo Rosa Náutica en Valparaíso, uno de los pocos grupos expresionistas de ese momento. Como te decía, Salvador Reyes es el gran referente, pero también está Manuel Astica Fuentes con Thimor y Leonardo Espinoza con Puerto engaño. En escrituras de lo urbano-portuario está Jacobo Danke, Manuel Rojas, el mismo Leonardo Espinoza. En el caso de narrativas vinculadas a las caletas, el referente clásico es Mariano Latorre y Julio Flores.
Junto con esto, aparecen dos fenómenos que permiten ampliar la mirada. Por un lado, la relevancia de las escrituras memorialisticas o escrituras del yo en la representación literaria de Valparaíso, esto desde Mary Graham* y Edwards Bello hasta la actualidad. Esta es una escritura en la cual la memoria personal y/o familiar se cruza con la historia de la ciudad, lo que si bien ha sido hegemonizado por una clase, han ido apareciendo otras voces, como lo popular-urbano, la voz de un cierto lumpen ilustrado, las percepciones de las mujeres. En el caso de las mujeres con la colaboración de colegas como Alejandro Banda, Victoria Herreros, Javiera Carmona, entre otras y otros, hemos ido encontrando y trabajando las obras de poetas mujeres: Jimena Adriazola, Ximena Rivera, Paula Pascal, entre otras.
En esta literatura aparece la migración europea, ¿qué pasa con la población nacional o sur-sur?
Está menos tematizada. Hay una disputa historiográfica a la que recién estoy ingresando y me interesa mucho como avance de la investigación, y tiene que ver con el mito migrante. Hay dos grandes lecturas en Valparaíso, la lectura que levanta y hacen investigadores e investigadoras de la PUCV donde aparece esta mitificación del migrante europeo, y otra lectura que levanta Gilberto Harris de la UPLA que va mostrando como estas masas de europeos no vienen con plata, son pobres y siguen siendo pobres. Hay toda una tensión que Harris tiene muy documentada y viene a discutir con esta otra escuela historiográfica, y que me parece relevante hoy por cómo se recibe y cómo se tratan estos flujos migrantes. Tomás Ramos, por ejemplo, fue traficante de esclavos. En Plaza Victoria se vendían esclavos negros, polinésicos, chinos, blancos pobres, campesinos. Hay una historia de cómo se constituye este pueblo popular porteño que no ha sido lo suficientemente contada.
¿Y esto aparece en la narrativa porteña?
Poco, muy poco.
¿Y de qué manera?
Siempre con esta figura subordinada. Sirvientes, trabajadores, delincuentes. Para abordar esta dimensión elaboré la categoría de “cuerpo lumpen”. Es un cuerpo marcado, están las marcas de la pigmentocracia que determina tu lugar social y ahí hay dichos populares, “qué bueno que le salió blanquito, mijito”, “tiene ojitos azules, le irá bien en la vida”. Horrible. Esas cosas dan cuenta de una construcción imaginaria de condiciones de vida que no ha cambiado mucho todavía. Entonces es interesante revisitar para reconstituir una historia otra porque permite desnaturalizar estos discursos. Hay muchas condicionantes que determinan estas alianzas entre migrantes que logran hacer fortuna y se casan con la oligarquía terrateniente local. Ahí hay decisiones, no es azar. Que haya una familia Ross Santa María es una decisión político-económica.
Y en ese sentido, ¿qué tiene para aportar la narrativa?
Hay vestigios que quedan fijados en un texto que se puede visitar y que van mostrando como estos imaginarios se van moviendo y van determinando acciones. Imaginar no es sólo una cosa abstracta, sino que responde a condicionantes sociales del entorno, que de alguna manera me determinan y por tanto se me hacen invisibles. Un cientista social, un filósofo, un artista, pueden rasgar ese velo ideológico y mostrarlo, y la literatura puede hacer eso. En la escritura uno puede encontrar estas cosas, los conflictos entre los pobres locales con estos pobres que van llegando y van disputando territorios, recursos y más. De alguna manera constituyen la base de lo que hoy es el pueblo porteño o el pueblo de Sudamérica. Pablo de Rokha lo expresa de forma certera en “Oceanía de Valparaíso”.
¿Cómo así?
Es un poema que para mí es fundamental para entender o para expresar esto y recomiendo a quien esté leyendo esto que lo lea, lo visite, es un gran poema con esta verborrea de imágenes, alegorías y metáforas, de este torrente de imágenes que tiene Rokha, pero hay dos partes fundamentales que he usado que es cuando hace una suerte de registro de apellidos. Hay una parte donde empieza a hablar de los Balfours, los Baburizza, los Waddington, y siempre con este doble registro rokhiano, los exalta y los repudia al mismo tiempo [diciendo] los gringos de gran mandíbula carnívora, pero constructores de ciudades, al mismo tiempo, y después en otra parte aparecen los Bahamonde, los Pérez, los Contreras, los Recalde, los Pinochet, que son de esta zona, pobres en su momento, y que son dos polos, la canalla gloriosa que se emborracha feliz, es un poema que permite mirar nuevamente cómo se construye lo que uno reconoce como la sociedad porteña de Valparaíso.
Interdisciplina
Finalizado en 2022, este proyecto se propuso dar visibilidad a la narración de las formas de vida costeras que se han visto alteradas por los procesos de modernización y apropiación del bordemar, pero que persisten en los sectores populares de las ciudades portuarias, en las caletas rurales y en los ambientes de marinería. Siguiendo esa línea, el Dr. Rojas actualmente participa del Nodo Laboratorio Natural Océano Centro Norte, un proyecto interuniversitario de investigación liderado por la Universidad Católica del Norte que cuenta con la codirección de la académica de la Facultad de Ciencias Naturales, Dra. Verónica Molina.
¿Cómo dialogan los resultados del Fondecyt con tu quehacer en el Nodo?
Este proyecto contempla una iniciativa piloto en la cual se pondrá en práctica un acercamiento metodológico fundado en prácticas artísticas a los imaginarios y memorias de los lugares costeros. El objetivo consiste en diseñar e implementar una estrategia de participación comunitaria para el levantamiento de referentes materiales y simbólicos sobre las memorias marítimo-costeras en comunidades de caletas rurales y caletas urbanas. Para ello, junto con la actriz y profesora de la carrera de Teatro, Estefanía Aedo, hemos realizado un primer encuentro con alrededor de 25 mujeres trabajadoras de labores anexas de la pesca artesanal que se sustentó en técnicas de la pedagogía teatral. Esto se llevó a cabo el 24 de abril, fue una experiencia enriquecedora que nos permitió establecer una conexión con el mundo de estas mujeres que dedican su vida a la relación con lo marítimo-costero. En este sentido, los resultados y hallazgos de mi Fondecyt permitieron elaborar el marco teórico de la iniciativa piloto.
Ahora estamos en proceso de sistematización de lo recogido y registrado en dicho encuentro, y en esa línea quisiera destacar el apoyo de Maritza Hazard, dirigente de la mesa público-privada de Mujeres Trabajadoras de la Pesca Artesanal y Acuicultura de Pequeña Escala de la región de Valparaíso, en la cual la UPLA tiene un rol relevante en su conformación, de la profesora Jessica Alfaro de la Facultad de Ciencias Sociales y de Verónica Molina y Felicia Urban del HUB Ambiental.
Y en ese sentido, ¿qué información tienen hasta el momento?
Tenemos el dato que a principios del siglo XX había 17 a 19 caletas en Valparaíso, ahora hay solamente dos, o sea, el puerto se ha ido comiendo las caletas y la pregunta es dónde están esas personas. El dato que tengo es que de la Caleta Sudamericana, una de las últimas desalojadas, la mayoría de las personas se fueron a Quintero, pero hacia atrás hay toda una historia de despojo. En Colón con Francia había otra, la Caleta Jaime, que aparece en la novela Chicago chico de Armando Méndez Carrasco. No sabemos dónde se fueron esas personas y así hay un montón más.
¿Y esto es algo de Valparaíso o propio de los tiempos que corren?
La expansión portuaria necesita ocupar terreno y hay que hacer una inversión pública que empieza muy lentamente pero que en Chile se va integrando a las políticas de expansión capitalista que va desde el siglo XIX al siglo XX. Entonces de alguna manera estos grupos humanos ligados a culturas ancestrales y gente de mucha movilidad van perdiendo estos terrenos, mucha gente se va yendo y otros quedan radicados en lugares específicos donde puedan subsistir como en Caleta Portales o Caleta El Membrillo.
¿Y sabes por qué pasa esto? ¿Por qué algunos lugares persisten y otros no?
No tengo conocimiento del porqué, pero trato de pensar que tiene que ver con los espacios de bahías donde es posible construir estructura portuaria porque tiene que comprender requisitos de profundidad, de amplitud y de acción respecto al viento y las marejadas.
Finalmente, ¿cómo evalúas este cruce entre artes y ciencias del mar?
Ha sido muy bonito validar las artes en este tipo de concursos de ANID porque hay toda una política discursiva e institucional del desarrollo inter y transdisciplinar, pero las mediciones siguen siendo disciplinares entonces este espacio es toda una oportunidad.