Docentes presentaron prácticas exitosas para mejorar la convivencia escolar

Docentes presentaron prácticas exitosas para mejorar la convivencia escolarConocer prácticas pedagógicas exitosas que promuevan una mejor convivencia escolar, fue el objetivo del VI Seminario-Taller «De la Escuela al Aula Universitaria», que se enmarcó en la cátedra «Pasantía Inicial» de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de Playa Ancha y que organizó la académica Mg. Olivia Canales Quezada.

Fue una instancia dedicada a la reflexión y el intercambio de experiencias entre docentes en ejercicio y futuros profesionales de la educación y que contó con destacados ponentes del ámbito educativo, quienes abordaron diversas estrategias para mejorar la convivencia y el bienestar en el aula.

Docentes presentaron prácticas exitosas para mejorar la convivencia escolarMarta Pereira Díaz, orientadora del Liceo Alfredo Nazar Feres de Valparaíso, presentó la ponencia “Prácticas que ayudan a bajar los índices de violencia escolar”, en que abordó la violencia escolar en sus diversas manifestaciones e hizo claro diagnóstico sobre el impacto que esta problemática tiene en el desarrollo emocional y académico de los alumnos, resaltando que los índices de violencia no solo incluyen agresiones físicas, sino también hostigamientos psicológicos, ciberacoso y exclusión social.

A partir de su experiencia, destacó una serie de prácticas efectivas que han demostrado resultados positivos en la disminución de estos índices de violencia escolar (8,1%) como la implementación de espacios de diálogo abiertos y el fomento de la mediación entre pares, los que han sido esenciales para resolver conflictos de manera pacífica. Marta Pereira subrayó la importancia de capacitar a los estudiantes como mediadores, creando una cultura escolar donde los propios alumnos puedan actuar como agentes de cambio en la resolución de problemas.

La orientadora hizo hincapié en el desarrollo de programas de educación emocional, que permiten a los estudiantes identificar y manejar sus emociones de manera saludable. “Estas herramientas no solo ayudan a prevenir la violencia, sino que también promueven una mayor empatía y comprensión entre compañeros, reduciendo las tensiones en el aula. La necesidad del involucramiento de las familias y la gestación de Políticas de Convivencia Escolar Claras, fueron las estrategias destacadas. Estas políticas deben ser conocidas por toda la comunidad educativa y acompañarse de acciones preventivas, como talleres de sensibilización, de manejo emocional y actividades que fomenten el respeto mutuo”, planteó.

Respeto y colaboración

Docentes presentaron prácticas exitosas para mejorar la convivencia escolarVíctor Ugarte Duque, profesor del colegio King Edwards de Quilpué, expuso sobre “Estrategias para la Gestión de la Convivencia en el Aula”, donde destacó sus experiencias en la promoción de un ambiente de respeto y colaboración entre estudiantes, aspectos que tienen un impacto directo en el rendimiento académico y emocional de los estudiantes, y donde los educadores deben asumir un rol activo en la gestión de relaciones saludables entre los alumnos.

Una de las prácticas más efectivas que el profesor Ugarte destacó fue la creación conjunta de “normas de convivencia entre estudiantes y docentes. Este enfoque fomenta un mayor sentido de responsabilidad y compromiso por parte de los alumnos, al hacerlos partícipes en la elaboración de las reglas que regirán su conducta en el aula. Cuando los estudiantes se sienten escuchados y valorados, tienden a respetar más las normas y contribuir a un ambiente de respeto mutuo”.

Este enfoque no solo previene la escalada de situaciones conflictivas, sino que también enseña a los alumnos habilidades cruciales para la vida, como la empatía, la escucha activa y la negociación.

“A través de actividades de trabajo en equipo y dinámicas que promuevan la colaboración, los estudiantes se sienten más integrados y valorados, lo que reduce los niveles de conflicto y competitividad. El sentido de identidad colectiva promueve un ambiente en el que los alumnos se apoyan mutuamente, contribuyendo al bienestar general del grupo” enfatizó.

Asimismo insistió en la importancia de la formación continua de los educadores para asumir un papel proactivo en la creación de un entorno inclusivo y colaborativo: “El desarrollo de competencias en mediación, manejo de emociones y trabajo con la diversidad es esencial para que los docentes puedan abordar con eficacia las situaciones complejas que surgen en el día a día escolar. Además, mencionó que un docente que se siente preparado y respaldado por su institución tiene mayor capacidad para mantener un ambiente armónico en el aula”.

Autonomía emocional 

Docentes presentaron prácticas exitosas para mejorar la convivencia escolarFinalmente, la reciente titulada de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía y actual docente del colegio Salesiano de Valparaíso, Sara Zamora Ponce, habló “De la autoestima a la autonomía emocional: Herramientas pedagógicas para el desarrollo emocional de los estudiantes”.

«No basta con transmitir conocimientos. (…) es necesario que los docentes actúen como guías en el proceso de autoconocimiento de los estudiantes, ayudándolos a desarrollar una autoestima saludable y, eventualmente, alcanzar la autonomía emocional», recalcó la docente.

Añadiendo que las emociones juegan un papel crucial en la capacidad de los alumnos para enfrentar desafíos académicos y personales. “Un estudiante emocionalmente fuerte es más capaz de lidiar con la frustración, tomar decisiones conscientes y establecer relaciones interpersonales saludables”. En esa línea subrayó que la autoestima es la base para alcanzar la autonomía emocional y con ello, enfrentar el mundo con mayor seguridad y confianza.

Sara Zamora presentó una serie de herramientas pedagógicas que pueden ser implementadas por los docentes en el aula como los refuerzos positivos para fortalecer la autoestima de los estudiantes, reconociendo no solo los logros académicos, sino también el esfuerzo y el progreso personal.

La docente explicó que es fundamental ofrecer momentos en el aula que consideren dinámicas de diálogo, escritura personal o ejercicios de mindfulness, que permitan a los alumnos conectar con sus emociones, identificarlas y aprender a gestionarlas.

La educación emocional, dijo, debe integrarse de forma transversal en todas las materias. A través de actividades que promuevan el trabajo en equipo, la empatía y la resolución de conflictos, los docentes pueden fomentar habilidades emocionales mientras abordan los contenidos académicos.

También habló del valor del error como una oportunidad de aprendizaje emocional. «Es necesario que los estudiantes aprendan que equivocarse no es el fin, sino parte del proceso de crecimiento. Fomentar la reflexión tras un error permite a los alumnos desarrollar resiliencia y autonomía emocional, aprendiendo a manejar la frustración y a seguir adelante. Se transforman en estudiantes que demuestran una mayor capacidad de autorregulación emocional, una mejor disposición para el aprendizaje y mejoran notablemente en las dinámicas interpersonales dentro del aula”.

Reflexión sobre el Rol de los Educadores en la Convivencia Escolar

Docentes presentaron prácticas exitosas para mejorar la convivencia escolarLos expositores enfatizaron la necesidad de herramientas pedagógicas que permitan identificar y prevenir situaciones de acoso escolar, un problema que afecta a numerosas instituciones.

Entre las soluciones propuestas, se resaltó la necesidad de implementar programas de formación en mediación de conflictos y manejo de la diversidad. Además, el trabajo colaborativo y el fortalecimiento de los canales de comunicación entre estudiantes, educadores y familias fueron señalados como pilares esenciales para construir una comunidad educativa más unida y solidaria.

“La construcción de una convivencia escolar libre de violencia no es una tarea exclusiva de los docentes y las instituciones educativas, sino un esfuerzo compartido entre todos los actores de la comunidad escolar. Los padres y apoderados juegan un papel fundamental en este proceso, ya que son los primeros educadores de los niños y quienes modelan, desde el hogar, actitudes de respeto, empatía y colaboración. Es esencial que las familias se involucren activamente en la vida escolar de sus hijos, fomentando el diálogo abierto, reforzando los valores que se enseñan en el colegio y trabajando de manera conjunta con los docentes para identificar y abordar posibles problemas de convivencia. A través de la participación en instancias como reuniones y talleres, los apoderados pueden aprender estrategias para prevenir situaciones de violencia y promover una cultura de respeto tanto en el hogar como en la escuela”, concluyó el director de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía, Felipe Vergara Lasnibat.

En línea con este compromiso, la carrera organizó un seminario interuniversitario cuyo foco estuvo en padres y apoderados.

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