UPLA reconoció el aporte a la memoria histórica del fotógrafo Chas Gerretsen

“No hay mayor satisfacción, para cualquier persona, que el saber que ha servido a un propósito, que al menos una cosa que hizo en su vida, valió la pena, y esa es la sensación que el pueblo chileno me dio”.

Con estas palabras describió la relación que tiene con Chile el fotoperiodista neerlandés, Chas Gerretsen, quien participó en un conversatorio sobre Memorias y Testimonios, que se realizó en la Universidad de Playa Ancha en el marco de la conmemoración de los 50 años de la dictadura cívico- militar que organiza la casa de estudios.

Durante la conversación que se desarrolló en inglés y que fue moderada por el periodista y fotógrafo de la carrera de Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales, César Pincheira, estuvo acompañado por Luis Guajardo, intérprete y estudiante de la carrera técnica en Interpretación en Lengua de Señas, junto a Daniela Quezada y Lucas Díaz, estudiantes de la carrera de Traducción e Interpretación Inglés – Español de nuestra universidad.

En la oportunidad, el rector Carlos González Morales entregó un galvano a Chas Gerretsen por el significativo y emblemático rol que ejerció como fotógrafo, cuyos registros permiten proyectar la memoria histórica de Chile.

Frente a este reconocimiento, Gerretsen no solo lo agradeció sino que también le regaló a la máxima autoridad universitaria dos ejemplares de su libro «Chile, el archivo fotográfico 1973 – 1974», que contiene más de 300 imágenes, la mayoría inéditas de nuestro país en esos años.

Posteriormente, Danilo Ahumada Flores, en su calidad de vicepresidente del Colegio de Periodistas de Chile y quien además es el Director General de Comunicaciones de la UPLA, le entregó el libro “Carta a los Periodistas: Crónicas bajo Estado de Sitio 1984-1985”, texto que da cuenta del trabajo que realizaron profesionales de la comunicaciones en plena dictadura en tiempos de censura y vulneración a la Libertad de Expresión.

Compartiendo una historia: un propósito

En entrevista con la periodista y productora del canal de Televisión Pública de la Universidad de Playa Ancha (UPLA TV), Maite Mérida Baeza, Chas Gerretsen comentó cómo la fotografía influyó en su vida a temprana edad.

Fue a los 16 años, que dejó su casa para recorrer distintos países, trabajando en distintos oficios, pero siempre haciendo registros fotográficos que lo llevaron en 1968 a Vietnam durante la ofensiva del Tet, momento en que se va perfilando como fotógrafo de guerra y fotoperiodista.

“Primero me convertí en sonidista, luego en camarógrafo, y después en fotógrafo, por esa época supe que podía ganar dinero tomando fotos y mostrarle a las personas mis experiencias, lo que he visto y estas fotos se vendieron alrededor de todo el mundo”, comentó.

Sobre su relación con Chile, recordó que comenzó un 9 de enero de 1973, cuando llegó a Santiago y empezó a fotografiar a las personas en la calle, en restaurantes, tomando cerveza, donde quiera que iba, y que siempre le llamó la atención que la gente fuera tan amigable, algo que no siempre pasaba, planteó.

Respecto a la situación política que se vivía en las calles, recordó que estaba marcada por disturbios menores, en primera instancia.

“Los primeros disturbios que fotografié fue de un grupo de la derecha que comenzaba a tirar monedas de baja denominación, en que había niños pequeños que las recolectaban. Mientras la izquierda tenía preparadas las piedras y pronto estaban tirándose piedras mutuamente y persiguiéndose por la calle. Había mucha energía juvenil, la mayoría eran estudiantes y se estaban divirtiendo. Luego, eso cambió”.

En mayo, rememoró, que hubo huelga de los mineros, en que la derecha se unió a los mineros contra los Carabineros y el Gobierno.

“Los adultos estaban ahora en el juego, y el juego cambió. La gente se volvió más confrontacional unos con otros. Lo bien que me llevaba con los chilenos se fue desvaneciendo lentamente”, dijo.

Tras el Tanquetazo del 29 de junio de 1973 y de la icónica fotografía que tomó de Augusto Pinochet con lentes oscuros y brazos cruzados, que se convirtió en un símbolo de la Dictadura y los dictadores a nivel mundial, solo supo de su impacto por comentarios.

“Supe que la foto de Pinochet fue usada en manifestaciones en Alemania, Francia, España, Holanda y Suecia, pero nunca vi nada de eso. Nunca ví ninguna filmación. No lo sabía, en ese entonces estaba tomando fotografías de gente bonita en Hollywood”.

Sus fotografías de conflictos armados, películas de Hollywood y retratos de celebridades fueron publicadas en las principales revistas del mundo, sin embargo Gerretsen se sintió desmotivado.

“De todas las fotografías que he tomado en todas partes, siempre me pareció que a pesar de haber tomado las fotos, no cambió nada. La gente no aprendió de ello”, quizás por eso es que en 1989 vendió todas sus cámaras, dejó de fotografiar y se compró un velero donde vivió 34 años.

De repente con las fotos de Chile se dio un fenómeno inesperado para él, que se sucedió tras subir una imagen de un bus repleto en Santiago que en un día le permitió sumar mil seguidores.

“Una semana después, tenía ocho mil seguidores y las personas me pedían más y más fotos. Un hombre escribió: “Por primera vez puedo ver las historias que me comentaban mis padres y mis abuelos, lo que pasó en esos años”.

Y me empezaron a pedir “haz un libro, por favor”, así que decidí hacer un libro porque la gente quería más, querían aprender y creo que no hay mayor satisfacción, para cualquier persona, que el saber que ha servido a un propósito. Que al menos una cosa que hizo en su vida, valió la pena, y esa es la sensación que el pueblo chileno me dio”, concluyó.

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