La curiosidad es una habilidad que nos acompaña durante toda nuestra vida y con ella también muchas dudas, pero ¿cuándo les damos cabida para que sean respondidas? Esta es la experiencia de Rodrigo Navarro Ojeda, egresado de la carrera de Pedagogía en Educación Básica, cohorte 2007, de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), quien desde la Región de Los Lagos decidió responder una gran inquietud que lo ha acompañado tras 15 años: ¿para qué sirve el chacay, una planta invasora presente desde Valparaíso hasta Chiloé?
Enseñar, explorar e innovar
Una de las cosas más interesantes que recuerda Rodrigo Navarro en su paso por la UPLA, es el reconocimiento que se le otorgó en 2016 como “Egresado Sello”, una distinción dirigida a egresados y egresadas que hayan desarrollado -en su desempeño profesional- el sello de las competencias fundamentales de la Universidad, como el compromiso ético, la responsabilidad social y la creatividad, entre otras. Por ello, expresa su agradecimiento al apoyo que recibió al destacar su trabajo, “porque siempre que les he planteado o les informaba qué estaba haciendo, siempre les llamó la atención poder publicar o apoyar mi trabajo”, recalcó.
Para el egresado, su impresión sobre la pedagogía es que es una profesión desafiante, pero con una gran retribución a lo largo de los años cuando los estudiantes reconocen los aprendizajes logrados gracias a sus profesores, “es bien sanador, te llena el espíritu”, explicó. Es por ello que releva la importancia de creer en todos los estudiantes, sus capacidades y la voluntad de los profesores de elaborar estrategias para darles un lugar en el proceso de aprendizaje: “como profesor diría que todos los estudiantes tienen la posibilidad de salir adelante”.
Una de las experiencias que destaca en su labor como profesor fue el proyecto “Matemática en Familia”, que tuvo como propósito investigar, en la enseñanza de la materia, la influencia que tenía la familia de los estudiantes y cómo se podía mejorar sus aprendizajes. Para lograr este objetivo, dispuso de reuniones con estudiantes y sus apoderados para trabajar en matemáticas y resolver problemas. “Era una situación bien especial, bien enriquecedora. Las reuniones eran muy entretenidas. Y después, a la hora de clases, se hacía súper fácil trabajar con los estudiantes porque, cuando sabían que los padres estaban, que veían cómo se trabajaba, los chicos empezaban a generar confianza en sí mismos”, recordó.
“Como profesor diría que todos los estudiantes tienen la posibilidad de salir adelante”
Esa misma intención de generar instancias innovadoras lo llevó a realizar otros proyectos en la asignatura, impulsando a sus estudiantes a explorar, por ejemplo, el ajedrez o los cubos rubiks. Y asimismo, también a explorar otros campos de estudio, como la ingeniería industrial, que le permitiera -tal como menciona- generar cosas en distintas áreas.
“Y yo creo que industrial, junto a la pedagogía y las matemáticas, me sirvió para modelar cosas de mejor manera, darle una estructura más sólida. Las matemáticas, a pesar de ser una asignatura dura, siempre la veo como algo más que un dato exacto, si no que como un dato para analizar y sacar conclusiones”, comentó el egresado UPLA sobre su idea de los números asociados a la realidad que nos rodea.
Investigar, emprender y colaborar
-¿Y en ese camino, cómo surgió la idea de investigar el chacay?
“Desde niño, siempre la zona sur ha estado rodeada de chacay, y como me tocaba a veces viajar, siempre me llamaba la atención la fortaleza que tenía esta planta: cómo podía soportar el frío, el calor, el hielo. La planta siempre estaba presente y no le sucedía nada. Entonces empecé a observar, primero, cómo era su relación con el bosque nativo”, explicó.
Siendo profesor, su investigación fue tomando forma en la sala de clases al comentar con sus estudiantes y relacionarlo con la ciencia, lo que lo llevó a generar la hipótesis de que el bosque nativo controlaba al Chacay por las raíces y follaje de los árboles que no le daban la suficiente luz. Esa misma curiosidad lo llevó a investigar más a fondo esta planta invasora, denominada científicamente como Ulex europaeus y conocida popularmente como Espinillo o Chacay, ubicado principalmente desde la Región de Valparaíso hasta la Región de Los Lagos, en el sur del país, donde se ha vuelto una parte problemática del follaje de zonas como Chiloé.
“Las matemáticas, a pesar de ser una asignatura dura, siempre la veo como algo más que un dato exacto, si no que como un dato para analizar y sacar conclusiones”
Esta planta es un arbusto de rápido crecimiento que se desarrolla en ecosistemas abiertos, suelos degradados y áreas donde hay mucha luz, compitiendo con especies nativas. Además es catalogada como una planta pirófita que se beneficia del fuego que activa el desarrollo de sus semillas, dificultando su manejo en caso de incendios por su oleosidad e inflamabilidad.
A partir de sus investigaciones, Rodrigo Navarro determinó que esta planta tiene propiedades beneficiosas como la fijación de nitrógeno, potasio y carbono en el suelo. Además, también sirve como estabilizador de compost al sellar los procesos de descomposición, lo que permite la oxigenación y mantenimiento de la humedad debido al compuesto de su madera: la lignina, una sustancia orgánica que da rigidez, dureza e impermeabilidad al tejido de las plantas, protegiéndolas de microorganismos e insectos.
En este proceso de investigación conoció al ingeniero agrónomo de la Universidad Católica de Temuco, Ricardo Thige, y a la ingeniera forestal, Daniela Espinoza, con quienes profundizó sus hallazgos y pudo comprobar el aumento exponencial de la presencia de esta planta en Chiloé, desde un 0.31% en 2000 a un 1,41% en 2021, desplazando al bosque nativo de la zona.
Esta información lo impulsó a establecer su emprendimiento: Rume Chacay, donde transforma esta planta invasora en un sustrato-mantillo compostable para plantas (Mapuchacay), y en arena sanitaria para gatos libre de sílice (Kullíñ Chacay). Además, a partir de su rol de profesor ofrece el servicio Kimeltuwe Chacay, que significa en mapuzungun lugar de aprendizaje, en donde realiza charlas educativas para concientizar sobre el chacay-espinillo, a través de la música y la narración, sobre cómo influye en el medio ambiente y la biodiversidad local.
“He estado con harto trabajo de difusión yendo a bibliotecas, a lugares educativos, centros culturales, y ahí es donde se da la opción, desde lo pedagógico, poder explicar de una manera distinta, porque me preguntan si soy ingeniero, yo les digo sí, pero también soy profesor, por eso igual puedo explicar este tipo de cosas”, relató el profesional UPLA sobre su experiencia con las charlas medioambientales ,”y la verdad las cosas han sido bien interesantes, porque se puede desarrollar de una manera distinta el relato”, agregó.
Esta innovadora idea lo ha llevado también a ganarse el fondo CORFO Semilla Inicia Sostenible, dirigido a emprendimientos de alto potencial de crecimiento que estén en una etapa inicial, lo que le ha permitido establecer Rume Chacay y crear estos productos y servicios. Y a pesar de declarar que nunca había tenido una experiencia parecida a emprender, saca al limpio la importancia de la sencillez y la colaboración para crecer.
“Me he dado cuenta que tú puedes estar compitiendo con otro emprendedor, otro innovador, porque en el fondo uno se aleja, es esta metodología, por ejemplo, de competir. El gana-pierde no nos sirve. Creo que aquí se tiene que buscar el ganar-ganar, como esto de la teoría de los juegos, porque de esa manera yo te apoyo, tú me apoyas, y salimos los dos adelante, nadie pierde”, aconsejó sobre su experiencia emprendiendo.
“Siento que eso es lo más importante que he aprendido. Ser siempre tal cual uno es. Ahora ando buscando chacay solamente, de repente me voy al monte, pero a mí me gusta. Yo diría que disfruto lo que estoy haciendo; es sanador, me llena, y son las cosas positivas de este año, es lo que he aprendido”, relató el egresado UPLA.
Actualmente, Rodrigo Navarro se encuentra difundiendo el trabajo que realiza con Rume Chacay, participando de distintos espacios en medios locales de la Región de Los Lagos para amplificar la venta de sus productos y generar conciencia ambiental sobre el Chacay. Esta misma motivación también lo ha llevado a participar de instancias internacionales para compartir los hallazgos y su innovadora idea de reutilización de una planta invasora.
Si le interesa conocer esta experiencia de innovación y emprendimiento, le invitamos a revisar su perfil de instagram @rumechacay