
Identificar y diagnosticar las condiciones nutricionales de la comunidad LGTBIQ+ en la Región de Valparaíso disminuyendo riesgos de malnutrición, enfermedades metabólicas y crónicas, es uno de los objetivos centrales del proyecto “Nutrición inclusiva. Visualizando el estado y calidad nutricional de la población perteneciente a la comunidad LGTBIQ+” que actualmente desarrolla un grupo de académicas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha.
La propuesta nace de la necesidad de visibilizar las realidades y determinantes de salud de una comunidad históricamente invisibilizada y expuesta a discriminación y violencia, explicó Loreto Morales Lillo, investigadora principal, nutricionista y académica UPLA, quien agregó que “en un estudio publicado en 2023 sobre miembros de la comunidad LGBT+ del Gran Concepción, un 75,6% de ellos refirió haber tenido al menos una vez en su vida una mala experiencia en servicios de salud por pertenecer a la comunidad”, siendo muchas veces la orientación sexual e identidad de género, un factor de discriminación y exclusión a la hora de requerir atención en salud.
“Es un proyecto que en mi visión y en la del equipo, busca ayudar a la comunidad y desde esa mirada entendemos que es un granito de arena, entregar una buena atención, empezar a hablar de inclusión y de género, darles la posibilidad de ser tratados bien en un espacio seguro”, complementó la profesional.
La iniciativa, que se encuentra en una primera etapa de aplicación con la implementación de mediciones de composición corporal y aplicación de encuestas alimentarias y de salud, se desarrolla mediante el dispositivo Inbody, un analizador que permite medir masa muscular, grasa total, visceral, agua corporal y otros parámetros específicos en un tiempo de no más 30 segundos. Luego de la prueba, quienes consultan reciben un informe impreso con las mediciones y una consejería, a cargo de las profesionales del proyecto.
Una segunda etapa de ejecución contempla la tabulación y análisis de todos los datos recopilados para luego desarrollar las conclusiones, difundir los hallazgos y proyectar otras iniciativas que promuevan tanto el bienestar y la salud para la comunidad LGTBIQ+ como la generación de insumos e información relevante para profesionales de la salud.
Un punto relevante, destaca la investigadora principal, es la accesibilidad que otorga el proyecto para los usuarios y usuarias de las evaluaciones con el dispositivo Inbody, ya que si éstas se realizan, en forma particular, tienen un costo de alrededor de 40 mil pesos lo que limita su acceso. En este caso, la atención es completamente gratuita para quienes lo requieran.
Un equipo comprometido con el enfoque inclusivo

Además de Loreto Morales Lillo como investigadora principal, el equipo lo componen como coinvestigadoras las nutricionistas y académicas de la Facultad de Ciencias de la Salud Natalia Rivera Angulo, Judith Hernández Madrid, y Suiyan Bernat Rubilar, las colaboradoras y también académicas Viviana Díaz Fredes, Daniela Pinilla Flores y Loredana Durán Montero y las estudiantes de la carrera de Nutrición y Dietética Amara Ampuero Pinochet, Valeria Castillo Ruz y Valentina Cisternas Concha.
Para el equipo, la exclusión y la falta de atención especializada en nutrición son parte de un problema más estructural, ya que muchos profesionales de salud no tienen formación en temáticas de género y diversidad sexual, lo que puede traducirse en el uso de un lenguaje inadecuado, sesgos o estigmatización para la comunidad.
Esta situación genera desconfianza y la consecuente inasistencia a atenciones de salud, lo cual aumenta los riesgos de malnutrición, trastornos metabólicos y enfermedades crónicas no transmisibles, explicó Loreto Morales, agregando que según una investigación, 1 de cada 6 adultos, pertenecientes a la disidencia sexual evita la atención médica por discriminación anticipada, mientras que un 16% informó discriminación en las mismas atenciones de salud.
Por ello, las profesionales a cargo del proyecto, se centran en generar intervenciones inclusivas y personalizadas que mejoren la calidad de vida, y en el reconocimiento de la nutrición inclusiva como un derecho y práctica necesaria en salud pública.
Resultados esperados
“Nuestra expectativa como grupo de trabajo es aportar a mejorar las condiciones de atención y, sobre todo, contribuir a que las personas encuentren en los servicios de salud un espacio seguro, digno y libre de discriminación, es por esto que creo que este proyecto es una oportunidad concreta para avanzar hacia una salud más justa, equitativa y cercana a quienes más lo necesitan”, enfatizó la coinvestigadora Suiyan Bernat.
Desde este enfoque, la nutrición inclusiva se identifica como aquellas prácticas que reconocen y respetan las diversidades y disidencias sexuales y de género, considerando la individualidad de cada persona, y ofreciendo evaluaciones y consejerías que mejoren la calidad de vida.
Igualmente, las académicas destacan en el proyecto la necesidad de garantizar que la atención se realice con una perspectiva digna, con equidad, respeto y en un ambiente de seguridad, mejorando así la confianza de la comunidad con los y las profesionales de la salud.
Por último, las expectativas del equipo frente a los resultados del proyecto son: que las necesidades nutricionales de la comunidad LGTBIQ+ sean visibilizadas, que se cuente con información real y confiable sobre su estado de salud y nutrición, que las intervenciones sean inclusivas y personalizadas, y que se pueda aportar al reconocimiento de la nutrición inclusiva como un derecho y una práctica necesaria en salud pública.
Más detalles del proyecto que se encuentra en plena ejecución, pueden encontrarse en la cuenta de Instagram @nutricioninclusiva_lgtbiq
Mi contribución tiene que ver con mi experiencia tanto en atención ambulatoria como de usuarios adultos hospitalizados y mi trayectoria en docencia de la asignatura de evaluación nutricional en diversas universidades de la región, así como también mi interés por conocer más sobre personas de la comunidad LGBTIQ+ y sus necesidades, para poder ayudar como profesional de la salud en diagnósticos nutricionales y de salud más certeros y atingentes.
Natalia Rivera, coinvestigadora.
«Considero que este proyecto es un paso inicial para visualizar aspectos fundamentales de salud, como la inseguridad en las atenciones, desconfianza existente en los profesionales de salud y orientando en la línea nutricional para favorecer un mejor estado nutricional».
Judith Hernández, coinvestigadora.