Especialista en nutrición advierte que Chile requiere con urgencia una política de seguridad alimentaria

En Chile, la calidad de los alimentos a los que se accede son preferentemente productos ultra procesados, de alta densidad calórica, baja densidad de nutrientes, con un alto consumo de productos azucarados y de calorías vacías.

Éste es el duro diagnóstico que realiza la Dra. Mirta Crovetto Mattassi, académica de la Universidad de Playa Ancha, sobre las características que registra la alimentación en nuestro país, tras años de investigación en materia nutricional, especialmente orientada hacia los factores determinantes en enfermedades crónicas no transmisibles. Es decir, diabetes, patologías cardiovasculares y pulmonares crónicas.

La especialista realiza estas declaraciones en el marco de la II Cumbre Mundial de Parlamentarios para lograr un pacto contra el Hambre y la Malnutrición, que se realiza durante estos días en el Congreso Nacional y, en su calidad de integrante del grupo de Universidades de Chile que forman parte del Observatorio del Derecho de la Alimentación (ODA-Chile) que promueve, educa e investiga sobre el derecho a la alimentación.

La Dra- Crovetto asegura que Chile ha transitado de la inseguridad alimentaria (por falta de medios económicos para el acceso a los alimentos) a una inseguridad alimentaria en la que prevalece la calidad de los productos que se adquieren.

“Con esto quiero decir que, si bien hay acceso a los alimentos, en una mayoría de la población, la calidad de los alimentos a los que se accede corresponde, preferentemente, productos ultra-procesados, de alta densidad calórica, baja densidad de nutrientes, con un alto consumo de productos azucarados y de calorías vacías como son las bebidas y jugos azucarados, fenómeno que se ha agudizado por la pandemia y la precariedad del trabajo”, advierte la especialista.

Otro dato que agrega es que la población que tiene capacidad de compra para adquirir alimentos, tampoco privilegia la calidad de los mismos, por lo cual -en su opinión- urge realizar campañas educativas concretas y sostenidas para orientar a la población hacia la compra de productos más protectores y tener una dieta más saludable, así como también la existencia de subsidios a algunos alimentos protectores de la salud.

“En Chile falta una política sobre educación en alimentación y nutrición sostenida e integrada en los distintos segmentos de la población, y también faltan subsidios en algunos productos saludables y alimentos protectores como las hortalizas, legumbres y frutas lo que, a su vez, contribuiría a aumentar la demanda interna de la pequeña agricultura y la agricultura familiar, favoreciendo a lo local y territorial, promoviendo un patrón alimentario más protector y a la soberanía alimentaria”, precisa la Dra. Crovetto.

Destaca, además, la paradoja que existe en nuestro país, donde más de la mitad de la población escolar de la educación pública tiene malnutrición por exceso y cifras que alcanza casi a 7 de cada 10 adultos- situación que se ha ”normalizado” sin causar alarma. Por lo anterior -asegura-, es preciso y urgente tomar medidas integrales para lograr disminuir el impacto económico y social que la obesidad y sobrepeso tendrá en la salud de población adulta de quienes hoy son niños y niñas.

“Espero que la nueva propuesta de constitución se preocupe del derecho a una alimentación adecuada y a una alimentación que contribuya a la seguridad alimentaria de la población y a la soberanía alimentaria. Espero que la Constitución contenga políticas que contribuyan a la producción de alimentos básicos indispensables en la canasta alimentaria, para que mantengan la autonomía productiva, se proteja la cultura alimentaria de nuestros pueblos y contribuya a hacer posible dietas más saludables”, dice la profesional.

Comenta, además, que la educación alimentaria y nutricional es clave y, a pesar que el país dispone de recursos calificados para ello, hay subutilización del profesional nutricionista en el sistema de salud público y privado, donde persiste la brecha significativa respecto a la densidad de profesionales que el país requiere. Incluso, advierte que el 60% de nutricionista está o trabajando en servicios de atención en restaurantes.

Seguridad Alimentaria

El concepto de seguridad alimentaria surgió de la Primera Cumbre Mundial de Alimentación el año 1996. Se trata que exista disponibilidad suficiente y estable de alimentos en forma oportuna en todo lugar y las personas tengan acceso en forma estable y sostenida a estos alimentos (lo que está determinado por los ingresos y precios-capacidad de compra).

Según FAO, una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos o a la falta de recursos económicos para obtenerlos lo que depende de los ingresos y de los precios de los alimentos, preferentemente.

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