Diversos son los beneficios que genera la práctica habitual de ejercicio físico, que siempre debe estar acompañado de una alimentación balanceada.
Así lo precisa el nutricionista y académico de la Facultad de Ciencias de la Salud, Fabián Rodríguez Briceño, quien asegura que, a nivel de salud cerebral, hay una mejor habilidad para pensar o habilidad cognitiva entre los niños de 6 a 13 años de edad y menos sentimientos de ansiedad a corto plazo entre los adultos. Además, permite reducir la presión arterial, mejorar los niveles de colesterol y disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
“A menudo se relaciona la actividad física solo con el peso de la persona, pero la verdad es que sus beneficios son mucho más amplios, pues reduce el riesgo de desarrollar varios de los cánceres más comunes como, por ejemplo, seno, colon, pulmón y estómago. Además, la actividad física fortalece los huesos y músculos, reduciendo el riesgo de caídas en personas mayores”, comenta el nutricionista.
Frecuencia
Pero eso no es todo. Según la Organización Mundial de la Salud, los niños y adolescentes (5-17 años), deberían dedicar al menos un promedio de 60 minutos al día a actividades físicas moderadas a intensas, principalmente, aeróbicas, a lo largo de la semana; y se sugiere incorporar actividades que fortalezcan los músculos y huesos, al menos tres días a la semana.
En los adultos (18 a 64 años) y personas mayores (sobre los 65 años), se recomienda como mínimo 150 a 300 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada, a la semana, o un mínimo de entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa. También, deberían realizar actividades de fortalecimiento muscular tres o más días a la semana.
En el caso de las embarazadas y en etapa de puerperio, sin contraindicaciones, se recomienda realizar una actividad física regular durante el embarazo y postparto, de mínimo 150 minutos de actividad física aeróbica con intensidad moderada a la semana.

Las personas que deciden comenzar a realizar actividad física deben conocer y seleccionar los alimentos que tienen que ingerirse y sus cantidades, por lo tanto, es una prioridad para estas personas a la hora de adquirir correctos hábitos alimentarios.
Lo que se recomienda es siempre promover una alimentación saludable, sostenible, con productos de temporada, equilibrada, variada y moderada, que incluya cereales de grano entero, frutas, verduras y hortalizas, legumbres, lácteos, pescados, huevos y carnes magras, junto con el uso preferente de aceite de oliva virgen extra como grasa culinaria.
“Como nutricionista, puedo confirmar que el mejor fármaco para estar sanos es realizar actividad física y comer de manera equilibrada. Siempre, algo de actividad física va a ser mejor que nada. En otras palabras, debemos limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias, particularmente, debemos tener cuidado con las pantallas que hoy en día son cada vez más frecuentes”, advierte el profesional.
En el caso de personas que realizan actividad física intensa, comenta que es fundamental ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono y proteínas, sobre todo, post ejercicio físico, ya que el cuerpo está más receptivo y asimila mejor los alimentos, favoreciendo de esta manera la recuperación.
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