Junio comenzó en la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas sin la presencia en sus aulas de la Dra. Ester López Donoso.
A sus 70 años de edad y luego de 50 años de ejercicio de la docencia e investigación en lo que hoy es el Departamento de Matemáticas, Física y Computación de nuestra casa de estudios, la profesora de Estado de Matemáticas y Física por la Universidad de Chile sede Valparaíso, se acogió a jubilación.
Mientras ordenaba su oficina y cerraba un ciclo dedicado a la formación de generaciones de personas y profesionales de Pedagogía en Física, Química, Biología, así como de Ingeniería y Educación Tecnológica, la doctora en Pedagogía y especialista en Enseñanza de las Ciencias compartió sus vivencias en la Universidad de Playa Ancha, su segunda casa.
Mujer inquieta intelectualmente, alegre, de mucha energía y sentido del humor, sus clases son recordadas por sus estudiantes como únicas, dinámicas y lúdicas. Si había que subirse a una silla para que entendieran conceptos de física, ahí ella estaba arriba. Pero, por sobre todo, sus alumnos agradecen ser su legado presente, consecuencia de su profunda vocación por la enseñanza.
Pilar fundamental de Pedagogía en Física de la UPLA, de los 60 años de existencia de la carrera, la profesora le dedicó 50 de su vida, dejando una huella invaluable en la institución y en quienes la conocieron.
– ¿De dónde es Ud. profesora?
– “Yo soy viñamarina. Estudié en el Liceo de Niñas de la ciudad y siempre me incliné por las matemáticas, aunque mi primera nota fue un 2,5 – dice entre risas. Eso me preocupó mucho y fue suficiente incentivo para mejorar y fascinarme con los números. Llenaba cuadernos con ejercicios del Libro Matemática y Algebra de Proschle, un clásico de la época”.
– ¿Siempre tuvo claro que la Pedagogía era lo suyo?

– “Siempre me gustó la Pedagogía, pero a mí me gustaban muchas cosas. Di pruebas especiales de Arquitectura y Trabajo Social. Quedé en lista de espera con muy buen puntaje en Diseño Industrial, que era la carrera de moda y estaba en los primeros lugares de Pedagogía en Matemática y Física. Llamé a mi profesora de Física, Lucía Aguirre, y le conté que me gustaban estas dos carreras, y me dijo: “Mira Ester, si estudias matemática nunca te va a faltar trabajo”. Colgué y postulé”.
– Y entró a Pedagogía en Matemática y Física en la U. de Chile sede Valparaíso…
– “Claro, entré en el año 1970 a la Facultad de Educación y Letras de la Universidad de Chile, ubicada en la actual Casa Central de la UPLA. No reprobé ningún ramo, pero cuando empecé a estudiar Análisis numérico no le encontré mucho sentido a la matemática. Y en física, con un padre técnico electricista que hablaba de conceptos de física, empecé a encontrarle sentido a la matemática, porque el lenguaje de la física es la matemática. Y me di cuenta de que la facilidad para la física y los números que yo tenía, no la tenían todos”.
– ¿Comenzó a hacer clases inmediatamente que se tituló?

– “En la Chile se hacía carrera académica siendo primero ayudante. Entonces, en el año 1972 fui ayudante de matemática, al siguiente año de física y, a los 22 años ya era profesora jornada completa. En el ´73 el Departamento de Física fue desmantelado, por lo que después necesitaron docentes, entonces me ofrecieron una jornada completa. Pregunté quién había dejado ese cargo y contestaron que Leda Peña, una profesora que yo admiraba mucho y sentía que no era digna de ocupar el lugar que ella dejaba. Fue ella misma quien me aconsejó que tomara el cargo. Yo sentía que no había estudiado para la universidad, por lo tanto, inmediatamente me fui a hacer cursos de perfeccionamiento a la Universidad Santa María primero, el Magíster en Física en la Universidad Católica de Valparaíso después, y ahí no paré en los estudios”.
– Junto a su esposo Rafael Silva, el anterior director de Pedagogía en Física, fueron pilares fundamentales para la carrera y la Facultad.

– “Cuando nosotros ingresamos la carrera llevaba 10 años de existencia. La misión que tuvimos con Rafael y los colegas de la época fue formar la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas. Éramos 22 personas en el Departamento de Física, lo que impresiona, porque ahora somos 2. Luego, en 1990 el rector Norman Cortés nos dijo que la universidad no podía subsistir solo con pedagogías y sugirió que empezáramos a trabajar en la creación de nuevas carreras. Con Rafael hacíamos clases a ingenierías de otras universidades y fuimos preguntando y observando, hasta crear la carrera de Ingeniería Civil Industrial en la UPLA”.
“Las autoridades del país están equivocadas”
– Respecto de Pedagogía en Física, ¿Cómo ha evolucionado en el tiempo?

– “Siempre ha sido dramático. Al comienzo ingresaban muchos estudiantes. Cuando yo entré a estudiar éramos 120. En dictadura se separó la carrera en Pedagogía en Matemática y Pedagogía en Física, y de ahí vinieron varias reformas como el Decreto Nº 300, que puso optativa a la Física en los colegios. Después en los ’90 hubo modificaciones, porque la asignatura debía ser obligatoria en enseñanza media. En el 2003 el Dr. Claro publicó un artículo donde hizo una predicción referida a la escasez de profesores de Física, Química, Biología y Matemática que ocurriría 10 años después. Y sucedió lo que predijo. Y qué hace ahora el Ministerio de Educación, ante la falta de profesores de estas disciplinas, saca la Física y la Química y crea el ramo “Ciencias para la ciudadanía”, que lo puede hacer cualquier profesor de ciencias. Ha sido una historia triste, porque cada año entran menos estudiantes a las universidades a cursar Física, Química y Biología. Las autoridades del país están equivocadas”.
– ¿Qué le hace falta a Chile para revertir esta baja motivación por las carreras científicas?
– “Estamos en un país en que se validan las pertenencias, el tener cosas y el dinero. Lamentablemente, hay en la sociedad un desprestigio hacia una labor tan importante como la de ser profesor. En mi tiempo entrábamos a estudiar porque te gustaba y sentías placer por el trabajo. En estos días en que he repasado mi trayectoria académica debo decir que he sido muy feliz trabajando en la universidad que me formó (antes Universidad de Chile) y que me dio diversas oportunidades para perfeccionarme e investigar en los ámbitos de la Física y la Enseñanza de las Ciencias. He sido muy feliz de formar profesores».
– Y no solo ha formado docentes, también ha liderado instancias de decisión en la universidad…
– “Ahora que jubilo, dejo la coordinación académica del Magíster en Enseñanza de las Ciencias, que creamos junto a Rafael, y que fue acreditado 7 años por la CNA desde 2015 a 2022. Fui investigadora del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la UPLA, también integré el Comité Académico Asesor de la Dirección General de Postgrados de la institución, y presidí la Comisión de Jerarquización de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas».
“Por mis hijos no me derrumbé”
El 2020 fue un año devastador para la profesora. Luego de despertar del coma inducido producto del COVID-19, sus hijos Carolina, Rafael y Rodrigo le informaron que su esposo y su madre habían fallecido a causa del virus.
En ese momento uno solo fue el impulso de la académica, contener a sus hijos que vivieron en soledad el luto de su padre y el de su abuela. Por lo demás, no creía que el profesor Rafael con quien compartió su vida 50 años, hubiera partido. “Es que creo que nos conectamos en algún momento y conversamos. Debe haber ocurrido cuando me estaban desintubando”, confidencia con tranquilidad la académica, quien en muchos momentos de la conversación menciona a quien fuera su compañero de vida, de estudios y de trabajo.
-Fue la madre la que reaccionó en ese momento…
– “Sí, es que fue muy duro para ellos vivir todo eso solos. Y me propuse al instante seguir adelante. Por mis hijos yo no me derrumbé y a las dos semanas ya estaba trabajando en la universidad. Tuve que aprender a caminar y a hablar de nuevo, porque estuve disfónica un mes y, por supuesto, he necesitado ayuda psicológica para enfrentar todo lo vivido”.
– Y toma la decisión de renunciar.
– “Esto no tiene que ver con la muerte de Rafael, porque cuando cumplí 60 años traté de convencerlo de que nos jubiláramos y me dijo que lo esperara a los 65. Luego estuvimos todo un verano pensando si nos jubilábamos con el incentivo al retiro. Ahora que cumplí 70 dije ya, hay que cerrar un ciclo”.

– ¿Y en este nuevo ciclo qué planes tiene?
– “He tenido tiempo de ordenar mi vida y tener la claridad de que mis hijos y mis nietas son la prioridad. Mis perspectivas futuras son acercarme más a la familia, a mis hermanos que juran que tienen una hermana que es genio -vuelve a reír con ganas. Mi mamá siempre estuvo cuando la necesité y, ahora que murió, siento que la manera de devolver la mano es estar más cerca de mi hija, de mis nietas. Quiero también ayudar a mi hijo escultor en el tema de su tesis de Pedagogía”.
– ¿A quién le gustaría agradecer en esta etapa que cierra?
– “Yo soy una agradecida de la vida. Agradezco a todo el mundo, partiendo por mi madre, mi padre y agradezco haber conocido a Rafael. Agradezco los estudios en el liceo, a mi profesora de Física y, por supuesto, a los estudiantes, que son muy generosos conmigo. Me voy feliz y seguiré siendo feliz, porque hay mucho que hacer y agradecer”.
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