De a poco, diferentes locales en el país están incorporando una oferta de platos saludables para niños como parte de un programa impulsado por el Ministerio de Salud, que busca mejorar la nutrición de los más chicos.
Salchichas con puré. Nuggets con papas fritas. Minihamburguesas con bebida. El «menú para niños» que suele aparecer en las cartas de los restoranes se caracteriza por dos cosas: poco variado y muy poco saludable. Para un país en que casi uno de cada tres niños menores de seis años tiene sobrepeso u obesidad, esta oferta nutricional está lejos de ser la adecuada.
«Lo que más se ve son alimentos ultraprocesados, fritos, con muchos hidratos de carbono, y en porciones que son mayores a las necesarias y a los requerimientos nutricionales de los niños», comenta la doctora Mirta Crovetto, nutricionista y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. de Playa Ancha.
Pero se trata de «cosas ricas» que ocupan un lugar privilegiado en el paladar infantil. «Cada vez que salimos, lo único que piden son pizzas y papas fritas. Como son una o dos salidas al mes, no creo que sea tan malo; igual sería bueno contar con otras opciones que no sean solo comida chatarra», opina Ignacio Farías, padre de dos niños, de 5 y 8 años.
Con eso en mente, el Ministerio de Salud (Minsal) lanzó en marzo un programa que invita a restoranes y fuentes de soda a transformar el tradicional menú de niños por uno más saludable. E igual de atractivo.
A la fecha, alrededor de cien establecimientos se han sumado de forma voluntaria a la iniciativa y, este mes, 500 chefs de todo el país participaron en una capacitación en la que nutricionistas del Minsal enseñaron alternativas de platos más saludables, que incluyen verduras, frutas, legumbres y carnes blancas.
Por ejemplo, aprendieron a preparar hamburguesas en base a tomates, champiñones y lentejas, así como pizzas de espinaca con harina de avena y trigo.
«Sabemos que este cambio no puede ser obligatorio para los restaurantes ni para la gente. Por eso hacemos un llamado a sumarse a este cambio cultural, pues al mismo tiempo se puede disfrutar y comer alimentos saludables», según explicó Paula Daza, subsecretaria de Salud Pública.
Para Crovetto, un aspecto básico es tener claros los requerimientos nutricionales de un niño (ver infografía). «Un buen almuerzo debería incluir una porción de cada nutriente (verduras, hidratos de carbono, proteínas)». Los típicos menús para niños superan con creces la cantidad de calorías que necesitan en esa comida.
Lento, pero seguro
Guillermo Prieto, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), reconoce que un buen porcentaje de los 400 socios que componen la entidad adhirieron a esta campaña, pero que no ha sido fácil. «Es necesario crear recetas atractivas e ir convenciendo a los niños de estos nuevos sabores».
Los intentos dan buenos resultados: como dueño de la heladería Bravissimo, Prieto cuenta que este mes introdujeron copas y helados saludables, bajos en calorías y con menos azúcar. «Por ejemplo, tenemos un helado vegano de chocolate, hecho con leche de almendras, frutos secos y cacao vegano. En pocas semanas se transformó en uno de los helados estrella de los locales».
El cambio ha sido más paulatino en otros restoranes. Nicolás Samson, socio del Grupo Melting Cook -que agrupa a 15 restoranes, como Castillo Forestal y La Fabbrica-, reconoce que darles en el gusto a los niños no es sencillo. «Hay que tomar en cuenta que para ellos una ida al restaurante es equivalente a salir a divertirse, y por lo tanto, hay que ofrecer platos que sean lúdicos y atractivos».
En Castillo Forestal ya introdujeron una hamburguesa de lentejas y una pizza sin harina, hecha con coliflor machacada, queso rallado y huevo, cubierta con vegetales. «Hay que esconder un poco los ingredientes, porque muchos niños cuando escuchan hablar de verduras, las rechazan».
Pese a ello, la respuesta ha sido positiva. «Tengo tres hijos y, como varios de los padres que vienen al restaurante, valoro y apoyo una alternativa de calidad. Y diría que a la mitad de los niños les gusta; pero la otra mitad sigue prefiriendo las papas fritas», que, reconoce, siguen estando en el menú.
Paula Daza es consciente de este punto. «Creemos en la libertad de las personas de poder elegir por ellas mismas qué es lo mejor para su salud. Al hacer esto voluntariamente, los restaurantes también están educando a la gente sobre cómo alimentarse bien».
Exceso de peso
La malnutrición por exceso es uno de los grandes problemas de salud pública en el país. Según Junaeb, la prevalencia de obesidad en niños y jóvenes chilenos llega al 25,1%, cifra que supera al promedio de los países de la OCDE (los que presentan un 19,5% de prevalencia).
Fuente: El Mercurio, domingo 23 de junio de 2019.
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