Registro de autoría de Cecilia Olivares, a la izquierda

Desde el análisis de la presencia de la imagen en las novelas de Álvaro Bisama, en tanto representaciones literarias de la violencia política y sistémica nacional, la académica del Departamento de Literatura y Lingüística, Dra. Cecilia Olivares Koyck, presentó su investigación literaria en el congreso internacional “Testimonio y ficción en América Latina en el siglo XXI”, realizado en la Universidad de Bolonia, Italia.

En la mesa “Entre Narración y Memoria: una perspectiva desde Chile”, que reunió a Cecilia Olivares Koyck, Fernando Morales Turner, María Eugenia Kokaly y Pedro Cuevas-Collante, la investigadora de la Facultad de Humanidades desarrolló la comunicación “La imagen como memoria del horror, desbordes de la imagen como representación del trauma en la narrativa de Álvaro Bisama”, centrada en las posibilidades de alegorización de violencia política a través de la imagen en la narrativa de Álvaro Bisama.

“Estas imágenes narrativas permiten aperturar la mirada hacia las experiencias de violencias en Chile, creo fervientemente que la literatura es una ventana para la observación de los procesos sociales, y en este caso, de las víctimas individuales y colectivas a través de los imaginarios de violencia(s) dentro de las narrativas”.

Así, en el estudio de las novelas “Estrellas Muertas” (2010), “El Brujo” (2016) y “Laguna” (2018), la imagen como narración permite indagar en los registros tributarios de la(s) violencia(s). Son las imágenes de prensa, fotografías que encuentran los personajes y/o la presencia de fotógrafos en el argumento, las que disparan el hecho narrativo y constituyen una observación de la imagen desde su expresión referencial, descriptiva y narrativa.

«Las obras analizadas se reúnen como parte de una necesidad de poner sobre la mesa los diversos imaginarios en torno a las experiencias de violencia(s), sus matices, representaciones y compromisos respecto a los mecanismos de elaboración de los relatos, así como los enlaces de resistencia que las conectan aportando una significativa sensibilización del margen y sus diseminaciones. En ese sentido, la insistencia en acoger estas obras chilenas se remite a hacer una proyección novedosa de su diversidad narrativa, la cual remite a una investigación anterior que recoge estos vínculos, narrativa/imagen y violencia(s)».

En ese sentido, la docente de la carrera de Pedagogía en Castellano, propone que la narratividad de las imágenes fractura la inmediatez de la fotografía e invita a pensar en recursos distintos para la animación lectora, el trabajo con estudiantes y la comprensión profunda del texto.

“Me interesa que este tipo de investigaciones sobre literatura, imagen y violencia/s, puedan potenciar el necesario trabajo con la memoria, y tributen en las aulas de FID, porque es la única forma de abrir y problematizar la historia, y los encargados de eso son las y los estudiantes que estamos formando como docentes”.

De esa manera, sostiene que observar los imaginarios de violencia/s dentro de las narrativas, y sobre todo, utilizar estas narrativas como insumos pedagógicos es, precisamente, promover una enseñanza por la memoria. Finalmente, respecto a la respuesta de las y los estudiantes en aula, señala que “hay un deseo por saber más, por especializarse un poco más en las distintas áreas de la enseñanza de la literatura, ya no podemos hablar de literatura como una disciplina general sino que, ellos mismos han ido identificando vertientes dentro de la misma disciplina y eso también diferencia la labor que realizamos en el programa”.

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