Registros de autoría de Sergio Galdames
El consumo de bajas cantidades de creatina monohidratada (Cr) aumentaría la potencia muscular y retrasaría la fatiga al momento de realizar deportes de alto rendimiento según demostró “Effects of a Low Dose of Orally Administered Creatine Monohydrate on Post-Fatigue Muscle Power in Young Soccer Players” (2024), reciente investigación UDLA, USACH, UPLA, UNAB y UMAY realizada en colaboración con futbolistas jóvenes de Everton.
“A diferencia de otros estudios donde se efectúa la suplementación con creatina para ver el efecto sobre alguna manifestación de la fuerza, esta investigación induce a una fatiga con movimientos de aceleración y desaceleración que son propios del fútbol”, propone el académico del Departamento de Ciencias de la Actividad Física, MSc. Sergio Galdames Maliqueo, quien participó como coautor de la publicación, “y eso es lo interesante, debido a que muchas situaciones importantes en el juego se desarrollan bajo la presencia de fatiga”.
Combinando esfuerzos intermitentes de alta intensidad (correr, saltar y esprintar), de moderada a baja intensidad (caminar y trotar), y períodos de actividad limitada o descanso relativo, este deporte se caracteriza por demandar simultáneamente fuerza, potencia muscular, velocidad y aceleración. En ese sentido, para retrasar la fatiga e incrementar el rendimiento físico actualmente se utilizan ayudas ergogénicas que varían desde aspectos mecánicos, fisiológicos, psicológicos y nutricionales.
“Entre las ayudas nutricionales ergogénicas, la creatina monohidratada destaca como una de las sustancias más valoradas por atletas de todos los niveles, principalmente por su eficacia en aumentar la fuerza y potencia muscular, así como su capacidad para mejorar el rendimiento en actividades de alta intensidad”, según propone el artículo publicado en el volumen 16, N°9, de la revista Nutrients.
No obstante, el texto enfatiza como la literatura necesita aclarar el impacto de una dosis baja de creatina tras la inducción de fatiga aguda durante la sesión, elemento inexplorado por otros autores y autoras. Siguiendo esa línea, Álvaro Huerta (UDLA), Emilio Jofré (USACH), Maximiliano Torres (UDLA), Sergio Galdames (UPLA), Guillermo Barahona (UDLA y UNAB), Carlos Cofré (UDL), Gabriela Lizana (UDLA), Regina de Villa (UDLA), Gerardo Riquelme (UDLA), Pablo Vera (UDLA), Benjamín Barrios (UDLA), Tatiane Morales (UDLA), María-Mercedes Yeomans (UDLA y Carlos Jorquera (UMAY), estudiaron los efectos provocados por la suplementación mínima diaria de creatina.
Método
Imagen del artículo.
Ante la hipótesis que el consumo diario de 0,3g de creatina por kilógramo aumentaría la velocidad y fuerza generada en sentadilla media posterior tras la inducción de fatiga aguda intra-sesión, el equipo de investigación realizó una intervención a 28 futbolistas jóvenes de Everton.
Divididos en dos grupos, experimental (0.3g•kg de creatina) y control (0.3g•kg de maltodextrina), se aplicó una prueba de repetición máxima (1RM), un protocolo de capacidad de sprint repetidos (RSA) para establecer velocidades y tiempos, y un test de sentadilla media posterior (HBS) para conocer las velocidades y potencia generada en las cuatro sentadillas. Durante dos semanas, los futbolistas continuaron con su entrenamiento regular y el consumo de creatina y placebo durante dos semanas.
La prueba de una repetición máxima en la sentadilla media posterior (1RM) fue incremental, comenzando con 20 kg hasta el fallo o hasta que el programa proyectara la 1RM del participante, seguida del protocolo de capacidad de sprint repetidos (RSA) que consistió en 21 repeticiones de 30 metros con tres cambios de direcciones a los 10 metros (120° a la derecha), 15 metros (60° a la izquierda) y 20 metros (120° a la derecha). Estas repeticiones fueron divididas en tres series de siete repeticiones con 25 segundos de recuperación pasiva entre repeticiones y tres minutos de pausa entre series. Seguido de esto, y tras diez minutos, los participantes realizaron cuatro repeticiones de HBS con un equivalente al 65% de 1RM, levantando el peso verticalmente a la mayor velocidad posible.
“Desde una perspectiva práctica, los cambios observados en la fuerza muscular en la sentadilla media posterior durante el presente estudio adquieren especial relevancia principalmente porque la inducción de fatiga asemeja las aceleraciones, desaceleraciones, cambios de dirección, sprints y recuperaciones incompletas de un partido real”, indica el artículo disponible aquí.
Hallazgos
El estudio determinó que la velocidad de ejecución y la potencia generada en el HBS tras la inducción de fatiga mediante 21 repeticiones de RSA fue significativamente mayor en el grupo suplementado con creatina. Consecuentemente, su uso en bajas cantidades incrementaría el rendimiento físico de jóvenes futbolistas, comprobando la hipótesis del estudio y reafirmando la evidencia que demuestra que la ingesta de Cr beneficia, sobre todo, la potencia muscular anaeróbica.
Asimismo, los hallazgos evidencian que la fatiga decreció en un 0.02% en el grupo experimental durante las 21 repeticiones (RSA), mientras que el grupo experimental aumentó en un 0.63% durante el mismo protocolo, justificando el uso en pequeñas dosis para retrasar la fatiga en jugadores.
Frente a estos resultados, el académico de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte señala que “este estudio nos abrió la posibilidad de explorar otra cualidad como la potencia aeróbica máxima y su relación con la capacidad de realizar sprints repetidos, bajo esa premisa actualmente estamos estudiando como la velocidad aeróbica máxima puede tener influencia sobre el RSA”.