Al enfrentar la lectura del último relato novelesco del autor peruano Mario Vargas Llosa, el lector, sin duda, que va con ciertas expectativas, puesto que estamos ante una narración de uno de los más prestigiados escritores contemporáneos de Hispanoamérica, y lo que menos se espera es que dicha lectura no nos defraude. El horizonte de expectativas que se ha ido conformando a lo largo de la historia de la narrativa vargallosiana, y que todo lector suyo conoce, es dable que se funda con el que se experimenta en el proceso de la lectura de la historia. Esta fusión de horizontes permite aquilatar el sentido o los sentidos del texto.
Sin duda que la última novela de Vargas Llosa titulada Cinco esquinas es un relato que posee todos los ingredientes narrativos que conforman el universo narrativo del escritor nacido en Arequipa, quien acaba de cumplir ochenta años de edad. Es una novela donde los “demonios” personales del autor afloran nuevamente en la configuración de la historia. Estos “demonios”, que son como las constantes narrativas de su escritura, están presentes desde la primera de sus novelas hasta esta última que comentamos. Un lector vargallosiano, por tanto, no se sentirá defraudado.
Como todo escritor Vargas Llosa tiene relatos que son paradigmáticos en el contexto de la literatura contemporánea. Cuando en la década del setenta en plena eclosión del denominado “Boom” de las letras hispanoamericanas, Cedomil Goic lo puso como el representante más significativo de los “novísimi narratores”, se presagiaba que el peruano marcaría un hito con su escritura.
En este sentido, el crítico y académico no estaba equivocado, pues con el tiempo Vargas Llosa adquiriría por la valía de sus novelas un aura de escritor sobresaliente, que lo llevó a obtener el Nobel andando los años. Sin embargo, como es natural, en el devenir de su escritura novelesca hay cimas y simas, altos y bajos, momentos cumbres y otros no tanto. Pero a Vargas Llosa se le perdonan los requiebros escriturarios, porque entre una de sus características como escritor resalta el que estamos frente a un escritor que sabe contar historias y manejar con destreza los recursos literarios para urdir una trama que atrapa al lector desde sus primeras líneas. Estas modalidades discursivas el propio Vargas Llosa las ha enseñado en uno de sus libros de ensayo en que se dirige –ficticiamente- a un joven novelista enviándole cartas para que aprenda a escribir historias.
Cinco esquinas es un relato que captura al lector desde el principio. Estamos en el Perú reciente. Es la época en que gobierna el dictador Fujimori quien tiene como una sombra gris a un personaje conocido en la novela como El Doctor (que en la realidad histórica no es otro que el jefe de seguridad Vladimiro Montecinos). La novela, en consecuencia, va a tener como trasfondo esta realidad sociopolítica peruana al momento de presentar la trama. Esta está configurada sobre la base del denominado periodismo amarillo y cómo este puede ejercer poder sobre las personas a través de la extorsión y el chantaje en un ambiente donde pesa el terrorismo.
Sintéticamente, la trama de la novela se construye de manera ascendente. Los acontecimientos se van desenvolviendo rápidamente, y los personajes de diversos sectores de la realidad principian a verse interrelacionados en la historia. El inescrupuloso periodista Rolando Garro va a gatillar la parte tremebunda del relato, pues publica en su periódico amarillo unas fotos comprometedoras de un potentado minero, Enrique Cárdenas, quien está casado con una bella mujer, Marisa, quien se involucra en una relación con Chabela, la mujer del abogado de la familia Cárdenas, el prestigioso Luciano.
En torno a estos personajes se va entretejiendo la trama que se va condimentando con diversos aderezos para el lector que busca una lectura fácil y no de mayores pretensiones. La política, el terrorismo, el periodismo amarillo, los crímenes, las relaciones amorosas convulsas, las escenas seudoeróticas, los personajes patéticos y oportunistas, los rufianescos y los desheredados de la sociedad peruana se verán tocados por los hilos del poder en esta novela entretenida, pero no inolvidable, como otras de Vargas Llosa.
Que una novela o relato sea entretenido no es una marca que indique un menoscabo. Se trata, simplemente, que el autor en este caso de Cinco esquinas ha puesto énfasis en este rasgo. Ha construido Vargas Llosa un relato perfecto desde el punto de vista de su estructura. En otras palabras, los consejos al joven novelista los sigue teniendo en cuenta siendo él ya un escritor octogenario al momento de escribir una novela. Cabría preguntarse, entonces, qué lugar ocupará dentro de su narrativa Cinco esquinas. Lo más probable es que quede como un ejercicio escriturario muy a la saga de las novelas más relevantes que marcaron hitos en la historia de la novela hispanoamericana. Aquí no estamos enfrentados al Vargas Llosa de La ciudad y los perros ni menos al de Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo o La fiesta del chivo. Simplemente nos encontramos como lectores ante una entretenida historia ambientada en el Perú reciente.
El narrador en esta última novela de Vargas Llosa, tampoco le plantea al lector una dificultad en el despliegue de la historia. El relato es lineal y con ausencias de los prodigios narrativos con que el Nobel cautivó a sus lectores desde la época del “Boom”. Sólo hacia el final, aparecen estos rasgos de la escritura vargallosiana como, por ejemplo, los diálogos múltiples y la concentración de los hechos, como si el autor quisiera darle pronto un corte a la historia y llegar al desenlace. Este es previsible, pues los datos hacen que se encamine hacia la solución mostrada como happy end. De la novela es rescatable, por último, –en la configuración de los personajes- la figura de Juan Peineta, un ex declamador de poemas que vive en la mendicidad y que escribe cartas denunciando a quienes le dejaron en la ruina.
Eddie Morales Piña.
Profesor Titular
Facultad de Humanidades
Universidad de Playa Ancha.
UPLA.cl
Noticias de la Universidad de Playa Ancha Dirección General de Comunicaciones
