¿Qué tan saludables son los hábitos de los futuros profesores de Educación Básica y Educación Parvularia, que se están formando en nuestra universidad? ¿Serían modelos a seguir para sus estudiantes?, según los comportamientos protectores para la salud que evidencian, ¿Cómo es la capacitación en estos temas desde sus asignaturas?
Estas fueron algunas de las interrogantes planteadas por el doctor en Psicología, Carlos Hidalgo, y la nutricionista, magíster Fabiola Vilugrón, del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad de Playa Ancha, en investigación efectuada con respaldo del Convenio de Desempeño en Formación de Profesores.
“Diagnóstico estratégico de la componente promoción de la salud en la formación de estudiantes de carreras de Educación Parvularia y en Pedagogía en Educación Básica de la UPLA”, fue el trabajo abordado mediante encuestas a 164 estudiantes y 30 profesores de dichas carreras.
El estudio aporta evidencia desde esta universidad, a la escasa bibliografía referida a las conductas protectoras que asumen las personas expuestas a un riesgo, desde la lógica de poder rechazar una invitación, sustituir una situación por otra, o disminuir la cantidad de consumir algo.
Igualmente, invita a considerar de una manera más balanceada en la currícula de las carreras estudiadas, la importancia de estos contenidos, más allá de darlos a conocer, sino a intencionar una reflexión profunda sobre la congruencia que tiene el estudiante con los estilos de vida saludables. “Esto va más allá de la información, pues considera la formación sobre el compromiso que él tiene como modelo y cómo su vida personal no está desvinculada de su labor profesional”, precisa el Dr. Hidalgo.
NO SE SIENTEN PREPARADOS
Desde 1997, los ministerios de Salud y Educación se unen en la Estrategia de Establecimientos Educacionales Promotores de Salud, con el objetivo de generar condiciones estables en el tiempo que promuevan estilos de vida saludables en el entorno escolar.
En dicho contexto y con más de 230 escuelas promotoras de salud a lo largo del país “nos preguntamos, si se esperan comportamientos en los estilos saludables de los niños, entonces los profesores que son significativos para los educandos, tendrán hábitos saludables”, explica el Dr. Carlos Hidalgo. A lo que agrega la Mg. Fabiola Vilugrón “¿Podrán responder nuestros estudiantes que se están formando para ser profesores, a las exigencias de los ministerios y de la Organización Mundial de la Salud?
Los niños están expuestos todo el día a profesores que son sus ejemplos y terminan adoptando dichos modelos, luego de un contacto permanente en el tiempo.
“Los estudiantes afirmaron que no se sentían capacitados con respecto a comportamientos protectores de la salud, ni preparados para promover hábitos saludables de alimentación, de práctica de actividad física, consumo de alcohol e higiene”, añade Vilugrón.
Los académicos encuestados también evidenciaron tener muy poca capacitación en temas relacionados con la salud y, en sus asignaturas no está considerado abordarlos. Señalaron requerir capacitación, pero por interés personal, no asociado a una necesidad en sus prácticas docentes.
DISONANCIA COGNITIVA
Los investigadores estudiaron la valoración del riesgo respecto a accidentes, adicciones, violencia, alimentación, sexualidad y actividad física. Igualmente, exploraron el comportamiento protector de los estudiantes, es decir, las conductas que aumentan la probabilidad de que no les sucedan eventos a través del rechazo a una invitación, la sustitución de una situación, o la disminución del consumo de algo.
De 164 estudiantes consultados si habían bebido en alguna ocasión en los últimos 30 días, 58 jóvenes respondieron afirmativamente, y 60 por ciento de ellos dijo no haber evitado conducir luego de haber bebido, y el 40 por ciento dijo que sí lo había evitado.
“Esperábamos nosotros que, personas que se están formando como profesores de niños de básica y párvulos, tuvieran hábitos positivos en su conducta de salud, porque van a terminar siendo modelo para los niños, y no tener estas proporciones tan altas”, sostuvo el Dr. Hidalgo. Y continuó su reflexión:
“Estas personas que hoy son estudiantes, pero luego profesores, si siguen con estos hábitos, al estar frente a una escuela saludable, con qué fuerza van a poder motivar a sus alumnos para que se protejan, o no tomen, o no conduzcan si beben. Estamos hablando de una disonancia cognitiva, no hay congruencia entre el ámbito personal y el plano profesional”.
Lo observado reforzó la hipótesis de los investigadores sobre una carencia de aspectos de salud en la formación de los futuros profesores de Educación Básica y Parvularia. “Se requieren hacer cambios y seguir investigando sobre este tema, de manera de incidir en políticas apoyadas por estos hallazgos”, concluye el profesional.
UPLA.cl
Noticias de la Universidad de Playa Ancha Dirección General de Comunicaciones
