Avanzando hacia la equidad e inclusión: Conversatorio sobre género, derechos humanos y modelo educativo de la UPLA

La jornada, que fue organizada por la Dirección de Equidad e Igualdad de Género (DEIG) de la Universidad de Playa Ancha en el marco de las actividades de conmemoración del «Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres», que contó con la asistencia de académicas, directoras de carrera y funcionarias.

En la reunión, compartieron sus experiencias las académicas Andrea Salazar Vega, Cindy Castillo Espejo (que también es profesional de la Dirección de Estudios e Innovación Curricular), Valentina Ruiz Olivares y Pamela Caruncho Franco, quienes dialogaron en torno a cómo la Universidad debe avanzar en el ajuste y diseño de un modelo educativo que se comprometa con la inclusión y considere las distintas dimensiones y características presentes en la comunidad universitaria.

Al inicio, la directora de la DEIG, Dra. Ana Timm Hidalgo, reconoció el esfuerzo institucional por abrir un diálogo que permita la transversalización en perspectiva de género, derechos humanos, interculturalidad y otras dimensiones que resultan vitales al momento de poner en práctica un modelo educativo que garantice la inclusión y equidad en la Universidad.

“Incluso desde un abordaje hegemónico, el género no puede plantearse separado de otras diferencias y dimensiones; el concepto que debe estar presente es el de interseccionalidad, pues cuando atendemos esa parte de la historia del pensamiento que está presente en distintas normativas, se comprende que género y derechos humanos no son distintos y el desafío es comprenderlos como conceptos de diversidad mucho más complejos y más descriptivos”, planteó la Dra. Timm.

Durante la reunión se resaltó que avanzar en el modelo educativo, incorporando la perspectiva de género y derechos humanos e institucionalizarla, implica fortalecer prácticas de igualdad, inclusión, no discriminación, promoción de un enfoque interseccional y sobre todo, reconocer aquellas desigualdades y brechas que impactan en las trayectorias tanto académicas como de formación.

La actualización del Modelo Educativo de la Universidad de Playa Ancha, que ha pasado por distintos procesos participativos, considera, entre otras dimensiones, una educación centrada en la equidad de género y no discriminación, alineada con políticas contra la violencia de género con una comprensión estructural, y considerando la diversidad de orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género fuera de la heteronorma.

Asimismo, la Universidad entiende el proceso de enseñanza aprendizaje como una práctica sensible y crítica que debe develar aquellas injusticias e inequidades que derivan de la socialización de género.

Generando prácticas de articulación y transformación

Una de las reflexiones presentes durante el conversatorio, fue la importancia de impulsar el diálogo con el cuerpo académico de las distintas carreras para desarrollar herramientas y estrategias que favorezcan la transversalización. Entre otras se resaltó, por ejemplo, la necesidad de conocer al estudiantado, saber cuáles son las dimensiones que se encuentran durante el ejercicio de la docencia en cuanto a género, sexo, disidencias, procedencia étnica y socioeconómica y otros datos clave que se deben observar en los procesos formativos.

En ese sentido, se recalcó que es fundamental articular conversaciones y acciones de formación en las distintas instancias y unidades de la Universidad, donde deben tener participación docentes, directores y directoras de carrera, para poder impulsar los procesos de transformación e ir haciendo frente en especial a las dinámicas y resistencias que se generan en la academia y que no favorecen los cambios del modelo.

Respecto de las resistencias que suelen estar presentes, la Dra. Pamela Caruncho Franco explicó que son principalmente “una discusión de poder, de un patriarcado muy comprometido con su hacer; es como que voy a perder el control de la matriz, de los cuerpos feminizados, del poder económico, entonces de manera inconsciente es perder el control de un paradigma muy decimonónico, es reestructurar el contrato social o que las autoras feministas llaman el contrato sexual, el control de los cuerpos. Mientras no haya una comunidad que diga que tenemos que transformar para la libertad abrazando la diferencia, esa resistencia es permanente”.

Para la académica, incorporar la perspectiva de género, intercultural y en formación de derechos no solo es importante, sino fundamental, porque “eso cambia la estructura de mundo, y permite armonizar y construir para la paz, contemplar la diversidad de la otredad en todos los espacios, principalmente en el aula que es la caja de resonancia de la sociedad, entonces si no se transversaliza en el aula de manera actitudinal, en la dimensión de contenidos, y en la sensibilización y visibilización, no se está permitiendo una posibilidad de cambio de mundo, una transformación real”, concluyó.

Avanzar hacia la dimensión intercultural

Otro de los aspectos críticos que surgieron durante la conversación, fue la ausencia de la dimensión intercultural durante todo el proceso formativo.

Al respecto, Andrea Salazar Vega, profesora de Lengua y Literatura Mapuche y docente de la carrera de Traducción Español-Mapuzugun de la UPLA, destacó la necesidad de que el currículum se abra a las diversidades no solo sexogenéricas, sino también culturales y étnicas raciales, y compartió las experiencias de otras casas de estudio en esa materia.

En cuanto a las transformaciones, agregó la académica, es importante avanzar hacia una política institucional de pueblos originarios que no apunte solo a becas, canales de acceso diferenciados u otros beneficios, sino que también a nivel de currículum.

Por ejemplo, que considere a aquellos estudiantes que no se rigen por calendarios académicos de marzo a diciembre como la mayoría, y que requieren participar de fechas significativas de conmemoración o de actividades que son vitales para sostener su comunidad, y que por ello deben ausentarse de las actividades académicas formales, asunto que resulta complejo de justificar.

Además, recalcó que la docencia, la construcción del pensamiento y la misma investigación científica muchas veces deja de manifiesto un desprecio y actitudes racistas por las prácticas de generación de conocimiento de los pueblos indígenas. Esto implica también que deja fuera bibliografía de autores y autoras que construyen desde otros saberes, revelando así el carácter eurocéntrico de los currículum y de las mallas de carreras, no permitiendo que el pensamiento crítico se fortalezca y considere la diversidad.

Durante la jornada se resaltó que consolidar un modelo educativo y transversalizar una mirada de género implica mucho más que los ajustes formales que requieren realizarse en los programas formativos, pues es una dimensión que interpela a las personas, tanto a quien dicta la clase, como a la Universidad completa en su quehacer y también a la forma cómo se establecen las relaciones al interior de la institución.

Fuente: Natacha Gómez Barahona, periodista de la Dirección de Equidad e Igualdad de Género y del proyecto InES Género UPLA.

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