El recorrido intelectual de la socióloga y académica de la Universidad de Playa Ancha, Ximena Sánchez Segura, ha estado íntimamente ligado al estudio de esas variables que pesan a la hora de calibrar el estado real de la democracia en Chile. Pobreza y educación, pobreza y género, ruralidad y desarrollo regional, constituyen sólo un muestrario básico y acotado de algunos de los intereses vitales de esta cientista social recientemente galardonada por el SERNAM y el Gobierno Regional con el Premio Elena Caffarena, en el marco de las celebraciones del Día Internacional de la Mujer.
Una presencia femenina reconocida en el ámbito regional y que durante la ceremonia de premiación tuvo el mejor de los homenajes: el cariñoso y decidido apoyo de sus congéneres que con aplausos y palabras de afecto saludaron la labor que durante años ha realizado la profesora Sánchez dentro y fuera de la Academia. Según ella misma ha reconocido, “no es un reconocimiento estrictamente entre pares, sino que se gesta en la sociedad política y en la sociedad civil, enmarcado por las condiciones de las investigaciones dentro de las universidades”.
Como integrante de la Comisión Interdisciplinaria de Estudios de Género e investigadora del Centro de Investigación, Innovación y Evaluación de los Aprendizajes, la socióloga porteña ha demarcado sus áreas de acción con un fuerte compromiso en la participación y promoción ciudadana. Esta labor de mujer integral, de avanzada, le permite declararse profundamente feliz, aún cuando sabe que su presencia y voz debe seguir abriendo espacios en una sociedad tradicional y machista.
¿A qué factores relaciona la entrega de este premio?
“Me tomó por sorpresa. Sinceramente, no sabía que había sido propuesta. Me llamó profundamente la atención porque -como dije en la ceremonia- no esperé ser premiada por hacer bien mi trabajo. Sin embargo, cuando consulté sobre quien había propuesto mi nombre me explicaron que desde el propio SERNAM hubo un voto de unanimidad y respaldo.
Creo que la formación de los y las estudiantes, por un lado, y la relación que he establecido por intermedio de la Universidad con diferentes estructuras del Gobierno Regional, por el otro, ha permitido generar un conocimiento acabado del trabajo que he realizado en contextos de pobreza y educación, pobreza y género, estudios de socialización con niños y madres, estudios sobre los temas rurales, etc.”
Desde el punto de vista personal y profesional ¿Qué valor le asigna, además, a la ceremonia en sí y sus simbolismos?
“Me parece extraordinariamente simbólico, porque es un premio para una académica por su labor académica y por algunas actividades efectuadas en la comunidad, pero que en su origen y procedencia está fuera de la Academia. Entonces, no es un reconocimiento estrictamente entre pares, sino que se gesta en la sociedad política y en la sociedad civil, enmarcado por las condiciones de las investigaciones dentro de las universidades. Los investigadores y las investigadoras podríamos pensar que nuestro trabajo no traspasa las fronteras universitarias; sin embargo, comprobé con gran satisfacción de que eso no es así.
Tampoco quiero atribuirme todos los méritos. Uno de esos espacios promotores ha sido la Universidad, que tiene una preponderancia importante hacia la región; otros son los y las estudiantes que proyectan el trabajo de sus profesores y profesoras; y además, el contacto que se ha establecido con distintas instancias de la región. Todo ello, se conjugó en el marco de este reconocimiento que tiene la maravillosa ventaja que llega al inicio del año académico y que es un enorme pulmón de oxígeno grato para emprender las tareas con mucho ánimo”.
¿Cómo se relaciona este reconocimiento a la labor que durante años han desarrollado en la Comisión Interdisciplinaria de Estudios de Género?
“Fui invitada muchas veces por la profesora Marcela Prado –y debo indicarlo porque es justo- a participar y crear esta Comisión Interdisciplinaria de Estudios de Género porque al comienzo de mis investigaciones, sin trabajar específicamente en temas de género, siempre estaba controlando la variable género, y comparando los resultados de niños y niñas, de mujeres y hombres.
Creo que para la Comisión, que es un espacio de trabajo extraordinariamente fructífero y grato, es un estímulo para seguir proyectándose. El premio es un reconocimiento a una labor que se realiza prácticamente sin fondos, sin horario y que se hace en nuestros espacios de descanso, muchas veces, pero que nos convoca de una manera autónoma y libre”.
A partir de este pulmón de oxígeno al que hacía mención, ¿qué líneas de trabajo seguirá desarrollando bajo el tema de género?
“En el último año empecé a trabajar en la Dirección de Investigación en una nueva línea, la de Innovación. En este marco, presenté un proyecto, del cual estoy entregando sus resultados, sobre “Innovación y Emprendimiento en Mujeres Pobres”, la mayoría de ellas del programa Puente, y que me ha dado información muy interesante respecto a sus capacidades de emprendimiento. Este es un trabajo que realicé con una tesista de la carrera de Sociología, Paola Faúndez, y con mi ayudante de Investigación, Francisca Viveros. Los resultados, por tanto, me asombraron, porque me considero bastante crítica respecto al impacto de la política social; sin embargo las mujeres, en la mayoría de los casos, han aprovechado los dineros, aún cuando son muy modestos (300 mil pesos, y en algunos casos entrega de equipos menores), y han reconocido que les ha ayudado mucho, permitiéndoles mejorar condiciones de sus vidas que son bastante duras.
En virtud de ese estudio y animándome con la profesora Macarena Trujillo, jefa de carrera de Sociología, presentamos otro proyecto que nos acaban de comunicar que nos ha sido adjudicado, que propone realizar un estudio sobre la innovación en estudiantes de la Universidad de Playa Ancha con perspectiva de género, incorporando a dos tesistas de sociología, a mi ayudante de investigación, y un tesista del profesor Tito Larrondo, en el área del postgrado. De esa manera además se apoya la formación de investigadores jóvenes.
El tema de la innovación y el emprendimiento es una temática que le interesa al país y al Gobierno Regional y que la Universidad ha considerado apoyar para desarrollar, para responder a las demandas que la globalización le exige al país y a sus universidades. Recordemos que al Universidad ganó el año pasado un importante proyecto FIC del Gobierno Regional y está consolidando el Centro de Investigación, Innovación y Evaluación de los Aprendizajes”.
Respecto a la institución, entonces, ¿Cuál es el papel y trato que vive la mujer al interior de la Universidad?
“Creo que, en general, las instituciones jerárquicas -y la Universidad como tal- han tenido enorme dificultad para modificar su estructura de roles que tradicionalmente ha ponderado de manera desigual las relaciones entre hombres y mujeres.
Aunque no estoy totalmente satisfecha, si tengo esperanza en que las mujeres podamos ir participando en igualdad de condiciones en la vida académica y en la sociedad civil. Tenemos que reconocer que en esta Universidad tenemos una prorrectora, directoras generales, y las mujeres profesionales tienen un rol importante, pero en el discurso aún se aprecian efectos y atisbos de una socialización tradicional que afecta obviamente una relación que no debería ser androcéntrica.
En general, existe poco conocimiento sobre la temática de género en la Universidad; los discursos siguen utilizando el genérico masculino, a las autoridades les cuesta saludarnos a nosotras, las mujeres, cuando se dice “buenos días a todos”. Debe decirse “buenos días a todos y todas” porque yo formo parte del todas”.
¿Afectó la cultura que se impone post golpe?
“Chile tiene una herencia muy compleja que va más allá del período oscuro que vivimos durante la Dictadura, y que se fundamenta en la herencia de la oligarquía y el antepasado campesino. Esa herencia se combina con las características de la socialización tradicional, con las características de estructuras autoritarias y valoración diferencial de los roles de género. Existen diferencias estructurales de género y ese es un tema sumamente complejo de solucionar.
Como ejemplo señalo que hace un tiempo, la Dra. Prado hizo una presentación en el Consejo Académico para que el título fuese de profesora y profesor, en el caso específico de la Pedagogía; sin embargo, el Consejo desestimó la solicitud de la académica. No obstante, la Ministra del SERNAM, Laura Albornoz, ha planteado la necesidad de incorporar la adecuada condición de género en los títulos universitarios. De hecho, aún cuando mi título dice sociólogo yo reconozco que soy socióloga”.
Parece que hay una persona especial que estuvo con usted en el reconocimiento y que aparece en algunas fotografías ¿Se sintió bien acompañada el día de la premiación?
“Cuando me notificaron del premio me indicaron que podía llevar a una persona como acompañante. En ese momento, pensé inmediatamente en la hermana menor de mi madre; ella es médico cirujano, fue cirujana de cáncer durante mucho tiempo, y hasta el año pasado Presidenta del Colegio Médico de Jubilados y dirigenta de la Mesa Regional Santiago. Actualmente, es una exdirigente.
Es una mujer que ha tenido una gran importancia en mi vida. Es bastante más joven que mi madre (ya fallecida), y es quien me ha acompañado en situaciones muy importantes de mi vida. Cuando he tenido que tomar decisiones importantes en lo personal y profesional, siempre ha estado a mi lado, ha sido un referente para mí, señalándome el camino para constituirme como una mujer con palabra propia y mirada independiente”.
Se podría referir, por último, a sus anhelos, proyectos futuros bajo una mirada integral, la profesora, la socióloga, etc.
“Me considero una mujer profundamente feliz, satisfecha con la vida aunque ésta no siempre ha sido fácil. He logrado muchas cosas producto del tesón, del esfuerzo y –además- porque he tenido una familia que me ha apoyado, mis hijas siempre lo han hecho, tal vez –por momentos- las he abandonado un poco en esta búsqueda incesante de la satisfacción intelectual, pero creo que he logrado construir una vida plena en todos los aspectos.
He formado a muchos estudiantes, hombres y mujeres, que me han dado profundas satisfacciones, como fue el reconocimiento de un ex estudiante de nuestra Universidad en el mismo momento de la ceremonia; he podido hacer cosas muy gratas como cultivar plantas (sueña con tener un invernadero algún día), pero además, en este último tiempo, he peleado contra los molinos de viento de la falta de derechos de los ciudadanos en sus barrios. Este trabajo me ha demostrado que no sólo es en la Academia donde uno puede plantear sus ideas, sino que también en la sociedad civil y eso ha sido enormemente grato.
Me gustaría que acreditáramos nuestra carrera de Sociología, que nuestros estudiantes, hombres y mujeres, sigan encontrando trabajo tan buenos como lo han venido haciendo hasta ahora, que la Universidad se consolide bajo el proceso de desarrollo que ya ha iniciado y que tengamos más democracia en el país. Quiero, por sobre todo, seguir siendo una mujer feliz”.
UPLA.cl
Noticias de la Universidad de Playa Ancha Dirección General de Comunicaciones
