¡A celebrar la luz!

Decretado por la UNESCO según el documento 39 C/40 del 30 de agosto de 2017, con el objetivo principal de dar a conocer la importancia de los avances y aportes de la luz para el desarrollo en todos los campos de la vida humana, hoy se celebra en Día Internacional de la Luz tras la conmemoración del Año Internacional de la Luz y las Tecnologías Basadas en la Luz en 2015.

La luz es esencial en la vida cotidiana, tanto para las actividades humanas como para la existencia de los seres vivos. Desde el amanecer, que marca el inicio de un nuevo día, hasta el alumbrado público que nos permite transitar con seguridad en la noche, la luz desempeña un papel crucial en nuestro mundo.

Trascendiendo su función como fuente de iluminación, la luz se convierte en un factor determinante que influye en diversos aspectos de nuestra vida cotidiana. Desde impulsar nuestra salud y aumentar la productividad hasta garantizar nuestra seguridad, facilitar la comunicación, enriquecer el aprendizaje, potenciar la expresión artística y fomentar la exploración de nuevos horizontes.

Es un pilar esencial en nuestra existencia, que sustenta nuestras actividades diarias y moldea nuestra experiencia en el mundo. Al comprender profundamente sus beneficios y aprovechar su potencial, tenemos la capacidad de mejorar nuestra calidad de vida y labrar un futuro más brillante y lleno de posibilidades.

En este día los coordinadores del Laboratorio de Cómputo de Física, LFC-UPLA y del Laboratorio de Procesos Fotónicos y Electroquímicos, académicos de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Leandro Núñez Arratia y Freddy Celis Bozo, respectivamente, nos invitan a reflexionar sobre este fenómeno físico.

Revelando los misterios del universo a través de la luz

Profesor Leandro Núñez.

El coordinador del Laboratorio de Cómputo de Física, LFC-UPLA, académico Leandro Núñez Arratia, sostiene que a lo largo de la historia, la humanidad ha sentido una profunda curiosidad por comprender el entorno que le rodea, como si esta cualidad estuviera arraigada en su propia naturaleza. Este deseo de comprensión se manifiesta desde tiempos inmemoriales a través de un acto fundamental: la observación.

«El poder de la observación ha sido crucial tanto en los avances científicos como en otros ámbitos de conocimiento.

Si aceptamos esta premisa, nos enfrentamos a una pregunta fundamental: ¿Es concebible desarrollar un modelo descriptivo de cualquier evento sin haberlo observado previamente, o al menos haber explorado alguna cualidad relacionada con él?  En la actualidad, con el entramado de la ciencia moderna, resulta cada vez más evidente que estos modelos están intrínsecamente vinculados a nuestra habilidad para observar el mundo que nos rodea», afirma .

Al respecto, dice el docente, la óptica ha jugado un papel clave, pues es la rama de la ciencia que por excelencia se ha encargado de estudiar el fenómeno de la observación. «Hoy sabemos que no podemos ver las cosas sin la presencia de la luz. De la misma manera, tenemos sofisticadas teorías que nos señalan qué es la luz, cómo está hecha y cómo interactúa con el resto del universo, pero, ¿eso significa que ya somos capaces de observar todo?»

Los misterios que la luz nos revela que no solo abarcan su dimensión espacial, sino también su dimensión temporal. «Durante la mayor parte de nuestra existencia, nuestra capacidad de observación se limitaba a eventos mesoscópicos, es decir, aquellos que ocurren en nuestras escalas de tiempo y espacio. Sin embargo, desde la creación del telescopio y el microscopio en los siglos XVI y XVII, respectivamente, hemos logrado conquistar gradualmente una mayor resolución espacial», expresa Núñez.

Hoy en día, gracias a técnicas y equipos avanzados, es posible explorar escalas desde lo nanoscópico, una millonésima parte de un milímetro, hasta incluso observar galaxias situadas a decenas de billones de años luz de distancia. Además, recientes avances en espectroscopía ultrarrápida permiten investigar eventos con una precisión asombrosa, llegando a escalas temporales del orden de la millonésima parte de un segundo, donde tiene lugar la dinámica atómica y molecular.

Te invitamos a reflexionar sobre el futuro: ¿Qué nuevos descubrimientos y observaciones nos depararán los próximos cien años?

La luz natural: Un actor fundamental en la vida

Dr. Freddy Celis.

En tanto, el coordinador del Laboratorio de Procesos Fotónicos y Electroquímicos, Dr. Freddy Celis Bozo, expresa que la luz natural, proveniente del sol, es más que una simple fuente de energía para nuestro planeta. Su papel en los procesos químicos y biológicos es fundamental para la vida en la Tierra. A través de la fotosíntesis, las plantas capturan la energía lumínica del sol y la convierten en energía química, alimentando así la cadena alimentaria y liberando oxígeno a la atmósfera.

«De lo último se entiende, entonces, que la fotosíntesis es un proceso bioquímico complejo que ocurre en las células vegetales, gracias a la presencia de pigmentos fotosintéticos como la clorofila. Estos pigmentos son responsables de absorber la luz solar, principalmente en la región azul y roja del espectro electromagnético, para convertirla en energía química. Esta energía química producida es utilizada posteriormente para convertir el dióxido de carbono y el agua en glucosa, un azúcar simple que sirve como fuente de energía para la planta y como base para la síntesis de otros compuestos orgánicos», especifica el Dr. Celis.

Agrega el académico que la luz natural no solo es importante para la fotosíntesis, sino también juega un papel crucial en otros procesos biológicos, como:

          • La regulación del ritmo circadiano, responsable de regular el ciclo de sueño-vigilia en los organismos vivos, incluyendo a los humanos.
          • La luz es esencial para la visión, ya que permite que los ojos capturen imágenes del mundo que nos rodea. La córnea, el iris y el cristalino del ojo enfocan la luz sobre la retina, donde se encuentran unos fotorreceptores que convierten la luz en señales eléctricas que son transmitidas al cerebro a través del nervio óptico.
          • La comunicación animal, como, por ejemplo, las luciérnagas utilizan la bioluminiscencia para atraer parejas, mientras que las aves utilizan el canto y la exhibición de plumas de colores para comunicarse con sus parejas y defender su territorio.

           

        • Entendamos la luz como fuente de vida y pilar del universo.
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