«Dime cuánto tiempo ocupas en leer y te diré cuánto comprendes” es la idea fuerza central que motivó a los académicos de la Universidad de Playa Ancha, Miguel Muñoz y Raúl Pizarro, a llevar adelante una robusta investigación centrada en la fluidez de lectura y el tiempo que demoran en leer los estudiantes, y como dicha relación puede incidir directamente y con resultados insospechados en el desarrollo óptimo de las habilidades comprensivas de las nuevas generaciones.
Una investigación con enormes proyecciones por cuanto constituye en sí un aporte fundamental a la comunidad científica nacional e internacional que se dedica a la adquisición y aprendizaje de la lectura, siendo además un estudio que podría transformar los actuales énfasis puestos en el sistema de educación primaria en sus niveles iniciales.
El resultado central del estudio “Fluidez de Lectura y Comprensión” señala que la velocidad de lectura tiene una directa relación con el rendimiento en áreas como el lenguaje y las matemáticas. Estos resultados surgen del quehacer de 661 estudiantes (en una muestra efectuada en Maipú y en la comuna de Valparaíso), de los cuales sólo el 35% tiene fluidez al leer y comprende lo que lee más que el promedio; el 24% tiene buena comprensión pero demora más que sus compañeros en leer; el 21% lee muy rápido pero no entiende lo que lee; en tanto que el 20% lee lentamente y con baja comprensión.
“Las ventajas o desventajas futuras de nuestros alumnos están determinadas desde un principio, a veces, no tanto por las condiciones de origen, léase inteligencia o el nivel socio-económico, sino por la ausencia de teorías, métodos, instrumentos y programas remediales en lectura adecuados”. Un análisis esencial que realizan los investigadores y que permite –al conversar con el académico Miguel Muñoz- adentrarse en nuevas y atractivas aristas metodológicas del mismo.
¿Cuándo y cómo se gesta la idea de estudiar el tema de la velocidad comprensiva y su incidencia en la formación de los estudiantes de nuestro país?
Esta idea surgió en el año 1992 al constatar que los alumnos de enseñanza básica que demostraban bajas competencias comprensivas también se verificaban en ellos una baja decodificación y mínima fluidez de lectura. Estas observaciones nos llevaron a buscar en la velocidad de lectura la fuente de la variabilidad de los rendimientos en comprensión de los estudiantes. Sin embargo, desde el punto de vista teórico la velocidad en lectura no explica por sí sola el rendimiento lector. Pues hay niños que leen rápido, pero no necesariamente muestran tasas óptimas de comprensión. Por tanto, la relación entre velocidad y comprensión no es del tipo lineal. Por ello, avanzamos teóricamente, desarrollando un modelo explicativo basado en la Velocidad Comprensiva, es decir, medir la velocidad, pero incorporando la comprensión de los leído. Actualmente los modelos de fluidez miden sólo velocidad (tiempo ocupado en leer en voz alta o silenciosa). Más aún, los estándares norteamericanos emplean la unidad Palabras por Minuto (PPM), en cambio nosotros hablamos de Palabras Comprensivas por Minuto (PCM). De esta forma surgió la Teoría de la Zonas Automáticas o Fluidez en lectura, que ha permitido crear instrumentos de medición computacionales y en línea para medir la velocidad comprensiva.
En cuanto a su incidencia, el desarrollo y estimulación de la Velocidad Comprensiva focaliza la atención en desarrollar la Fluidez en lectura desde la perspectiva de una competencia fundacional, desde los cursos iniciales; es decir, desde pre- kínder, kínder y niveles iniciales de la educación básica, Primero y Segundo básicos, pues las investigaciones señalan que mientras más pronto se estimulan las competencias lectoras, mejores serán los rendimientos académicos futuros de los estudiantes. La lectura es una competencia transversal que cruza el currículum escolar.
¿Cuál -a su juicio- es el principal aporte social, cultural e investigativo del trabajo desarrollado?
Desde un punto de vista social, esta línea de investigación ha generado los primeros estándares de Velocidad Comprensiva (VC), que ya están disponibles para el sistema educativo. Por tanto, existen normas contextualizadas de Velocidad Comprensiva con alumnos de nuestro país. Asimismo, con la generación de materiales, metodologías e instrumentos de medición, estaremos en condiciones de mejorar los estándares lectores de nuestros alumnos, independientemente de su condición social e intelectual.
Desde un punto de vista cultural, estos estudios aportan miradas que promueven la lectura como una competencia fundamental para alcanzar el desarrollo y progreso social e intelectual de nuestros niños. Con ello estaremos ayudando a la disminución de las brechas sociales y culturales pues todos los niños merecen recibir una educación de calidad que le propicie competencias lectoras óptimas para acceder, con igualdad de oportunidades, al mundo del conocimiento y la cultura.
Ahora en términos investigativos, junto al profesor Pizarro, hemos generado aproximaciones teóricas y metodológicas robustas que son una contribución a la comunidad científica nacional e internacional que se dedica a la adquisición y aprendizaje de la lectura. Este constructo nos permitirá cooperar en la formación inicial y continua de los futuros y actuales docentes; desarrollar investigaciones de pre grado y post grado; avanzar en materiales, test y metodologías para medir y desarrollar la Velocidad Comprensiva, explorando en los componentes de la lectura y su relación con otros sectores del aprendizaje y realizar estudios experimentales que incluyan la VC, entre otras aristas del tema.
Da la impresión que los resultados arrojados derriban algunos mitos que existen en torno a la temática (que explican los malos resultados por causas unívocas, por ej. condición socioeconómica) ¿Cuáles son las nuevas lecturas que se desprenden a partir de la investigación?
El rendimiento académico lector, y los aprendizajes en general, están contextualizados por múltiples factores, entre ellos, el Nivel Socio Económico y las variables hereditarias, entiéndase inteligencia tradicional o inteligencias múltiples. No obstante, estas variables adscriptivas, pierden su “peso” cuando los maestros emplean metodologías innovadoras y eficaces con sus alumnos. Es decir, el docente puede actuar como un factor de equidad en sus clases cuando está capacitado para realizar clases de alta calidad. En otras palabras, los docentes mejor preparados promueven en sus alumnos altos estándares de aprendizaje, independiente de los factores señalados. De lo contrario, nuestros niños pobres, estarían condenados a una pobreza intelectual.
¿Cómo podría incidir la creación de planes remediales en esta área en los resultados y futuros énfasis de las autoridades educacionales?
Al evidenciar el impacto de la VC, el sistema educativo debe estimular en sus prácticas pedagógicas y evaluativas la VC. Aquello que no se evalúa, el sistema no lo valora, por lo tanto, la incorporación de la VC en los Planes y Programas no sólo debe señalar un estándar de lectura para los distintos niveles educativos, sino también el cómo promover y desarrollar la VC.
¿Seguirán investigando en esta temática tras su presentación en Costa Rica?
Por cierto, es una línea fecunda, actualmente estamos indagando en aquellos alumnos que clasifican por sus competencias lectoras en la Zona 1 de la Fluidez, es decir, son niños que leen con bastante rapidez y poseen altas tasas de comprensión. Al explorar en las destrezas de estos niños pretendemos encontrar regularidades y hallazgos que puedan ser aprovechados por los alumnos más descendidos en las competencias lectoras. Asimismo, continuaremos en la determinación de estándares en los otros niveles educativos, 8º básicos, enseñanza media, entre otros.
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