Algas: Bioindicadoras de contaminación y cambio climático

Con asistentes de Argentina, Ecuador, México y Chile se desarrolló el conversatorio virtual “Nuestro impacto y sus consecuencias sobre los ecosistemas marinos”, a cargo del director del HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, Dr. Claudio Sáez Avaria.

La actividad, organizada por el Laboratorio de Estudios Algales de la Universidad de Concepción, dirigido por el biólogo marino Dr. Erasmo Macaya, permitió compartir tópicos como la contaminación presente en la zona de sacrificio Puchuncaví-Ventanas y sus efectos en organismo marinos, principalmente, algas.

“Desde 1950 se fueron instalando en la zona de Quintero-Puchuncaví-Ventanas distintos complejos industriales, desde refinerías de petróleo, de cobre, termoeléctricas, industrias químicas y gasificadoras, entre otras, sin ninguna legislación ambiental, entonces se constituyó como zona geográfica sujeta a permanente daño ambiental. Metales pesados, hidrocarburos, nutrientes, son algunos de los contaminantes que se trasladan vía atmosférica y marítima en dicho sector y son absorbidos por los organismos vivos. Desde el punto de vista de las ciencias del mar hemos estudiado esa zona, enfocándonos en los potenciales efectos y mecanismos que utilizan las macroalgas para su sobrevivencia, así como en potenciar biomarcadores que pueden servir como herramientas de biotecnología ambiental para el diagnóstico de estos ecosistemas”, explicó el Dr. Claudio Sáez.

El investigador destacó a las algas como organismos ecológicamente importantes al ser los productores primarios de la cadena trófica. Son sustento de las comunidades costeras y, por tanto, lo que les ocurra a ellas se replicará en los siguientes niveles de la cadena. Además, son plantas acumuladoras con rangos altos de tolerancia, lo que las hace ser excelentes bioindicadoras del cambio climático, así como de la presencia de metales y otros elementos contaminantes.

“Los metales en el medio ambiente son muy persistentes, entonces las consecuencias, por ejemplo, de la contaminación por cobre de hace 20 ó 30 años ocurrida en caleta Palito, en el norte de Chile, siguen siendo visibles hoy en día. Y hay algas en dicho lugar como la Ulva compressa, que es muy tolerante a las altas concentraciones de metal. Dicha señal biológica es importante estudiarla como herramienta de diagnóstico”, precisa Sáez.

Antártica y desalinizadoras

En la conversación virtual el director del HUB Ambiental de la UPLA junto con contestar preguntas de los participantes, también compartió su experiencia investigativa en la Antártica, donde estudió junto a un equipo de científicas del Centro de Estudios Avanzados de la universidad porteña, el comportamiento de algas verdes (Monostroma hariotti), algas rojas (Pyropia utricularis, Iridaea cordata y Gigartina skotbergii) y algas pardas (Adenocystis endiviifolia), frente al aumento de radiación solar y temperatura del continente blanco.

El encuentro finalizó con el trabajo que actualmente desarrolla con doctores del Laboratorio de Investigación Ambiental Costera, LACER-UPLA, y de la Universidad de Alicante, España, relacionado con los efectos de la industria desalinizadora en ecosistemas marinos. Se trata del primer estudio que se realiza para evaluar los impactos medioambientales de las descargas de la industria desalinizadora chilena, sobre la fisiología y metabolismo de las algas.

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