“Hace 20 años había un niño autista por cada mil, hoy la prevalencia se estima en uno por cada cien niños”, así lo afirmó el académico de la Universidad de Alicante, España, y Dr. en Psicología, Leandro Navas, en conferencia sobre el Trastorno del Espectro Autista, TEA, realizada en la Universidad de Playa Ancha.
Ante un atiborrado auditorio, estudiantes y profesores escucharon al Dr. Navas, quien efectuó un recorrido histórico y teórico por las afecciones que conforman este trastorno del neurodesarrollo, y que solían diagnosticarse por separado, como el autismo, el trastorno de asperger y el trastorno del desarrollo no especificado.
Respecto al aumento en la prevalencia del autismo, el académico sostuvo que “quizás es porque se han mejorado los medios de diagnóstico, quizás por las pautas de
crianza, o por las conductas de riesgo que comete la madre estando encinta, quizás porque ha aumentado el número de partos quirúrgicos. No hay una única explicación”.
El TEA considera discapacidad intelectual, trastorno de déficit de atención con hiperactividad y trastornos del lenguaje. Quienes presentan TEA, manifiestan rasgos básicos como problemas para la interacción y la comunicación, tienen intereses escasos, actividades fijas y restrictivas, pautas repetitivas y estereotipadas en el comportamiento.
Edad de detección
A qué edad es posible observar estos signos, el Dr. Navas precisó que existe el coeficiente analítico AQ, que es una métrica que permite medir los rasgos autistas presentes en una persona, y que puede valorarse entre los cuatro años y la edad adulta. Sin embargo, ya hay procedimientos para poder detectar el autismo entre el año y medio y los dos años de edad.
“Uno de los signos que podría alertar a esa edad y siendo tan pequeños, es que cualquier bebé que no tenga ese trastorno, amolda el cuerpo a la persona que lo coge en brazos, situación que no ocurre con un bebé con dicho trastorno, más bien lo rechaza”, explicó.
Hasta que no empieza el periodo de desarrollo del lenguaje en un individuo, es difícil determinar los signos de este trastorno.
Al consultar al especialista por las causas del TEA, éste expresó que para determinarlas se debe adoptar un enfoque teórico y, dependiendo de ell,o se puede hablar de causas o factores de riesgo.
Lo mismo ocurre con las terapias a emplear para su tratamiento, pues dependerán de las causas que se identifiquen según el enfoque teórico aplicado. “Si creo que la causa del trastorno radica en los altos niveles de serotonina en la sangre, entonces habría que emplear un tratamiento farmacológico que
rebaje los niveles de la sustancia química. Si creo que se trata de un patrón de comportamiento mal aprendido, será la terapia derivada del análisis y la modificación de conducta, la que se necesite”.
La conferencia del Dr. Leandro Navas fue organizada por la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, a través del Departamento Disciplinario de Educación Física.
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