Dra. Verónica Molina expuso avances de Anillo MESS en la 1a Reunión Trinacional de Ecología en Mendoza

Exponer las estrategias experimentales que pueden utilizarse para identificar los denominados rasgos funcionales en ecosistemas tan extremos como los salares, fue el eje central de la presentación que realizó la directora general del HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, Dra. Verónica Molina, en la 1 a Reunión Trinacional de Ecología: “Ecología sin fronteras, integrando ambiente y sociedad”, encuentro realizado en Mendoza (Argentina).

La cita, que congregó a investigadores/as de ecología de dicho país, Chile y Uruguay, se llevó a cabo en el Centro de Congresos y Exposiciones Gobernador E. Civit, de la ciudad trasandina, y ofreció una relevante oportunidad para intercambiar puntos de vista y proponer soluciones para la conservación y manejo sostenible del ambiente y sus recursos.

Efectuada en el marco del simposio “Ecología de rasgos funcionales”, la exposición de la Dra. Molina contribuyó a darle realce a la investigación de ambientes extremos del norte de Chile, fortaleciendo la colaboración científica en Latinoamérica. Todo, gracias a una invitación formal que le cursó uno de los colectivos organizadores de la reunión, la Comunidad de Ecología de Uruguay, y que le permitió compartir los principales avances del proyecto “Servicios ecosistémicos microbianos de los salares: identificación del potencial biotecnológico y de las principales amenazas medioambientales (MESS)”, una de las iniciativas que se adjudicó el Concurso Anillos de Investigación Temáticos 2024 en Litio y Salares, de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).

Ciencia de punta desde el Cono Sur

La Dra. Molina, investigadora principal del proyecto MESS –que dirige la Dra. Cristina Dorador, de la Universidad de Antofagasta– explica que, los rasgos funcionales de los organismos impactan de forma relevante en el funcionamiento de un ecosistema. Normalmente, los estudios de ecología microbiana se basan en la taxonomía; sin embargo, avanzar en el conocimiento de funciones es clave para entender el grado de resiliencia de un ecosistema ante perturbaciones ambientales derivadas de la actividad humana y el cambio climático.

Estudiarlos en un ecosistema extremo como un salar altiplánico permite “comprender cómo los microorganismos van configurando la sostenibilidad de los salares, por su capacidad de transformar la materia y energía, incluyendo gases de efecto invernadero. Todo esto puede influir directamente en el clima, en sistemas donde el agua disponible principalmente aflora desde acuíferos subterráneos, y va enriqueciéndose en vertientes y pozas rodeadas por una flora endémica. Un oasis de vida, que se conforma hasta generar el espejo de agua tan característico de los salares”, explica la Dra. Molina.

Sobre el encuentro en Mendoza, la directora general del HUB Ambiental UPLA indica que “fueron, en general, charlas muy inspiradoras, que mostraron enfoques congregantes, desde el impacto de la actividad humana, aspectos interdisciplinarios muy diversos, donde se debatieron teorías, paradigmas ecológicos y evolutivos que
están en tensión y se abordaron los descubrimientos de funcionamiento de ecosistemas de todo tipo, que son muy diversos y ricos en Latinoamérica”, acotando que entre las temáticas, además de los desafíos que representa el cambio climático, la contaminación y las invasiones de especies exóticas, se dialogó sobre la elaboración de
políticas públicas afines y los retos que implica el colonialismo científico, arista muy relevante para construir una visión que le dé su real importancia a la ciencia realizada desde el cono sur.

Un lenguaje y marco común

El simposio en el que expuso la Dra. Molina se focalizó en la ecología de los rasgos funcionales. Estos son características genéticas, fisiológicas, morfológicas o comportamentales de los organismos, que afectan su adecuación biológica y, por ende, determinan su desempeño en distintas condiciones ambientales. Su aplicación se puede extender a distintos niveles de organización, desde individuos a ecosistemas.

“Consecuentemente, la ecología basada en rasgos nos aporta un lenguaje y un marco común para la interacción entre ecólogos, que trabajan a distintas escalas”, plantea la Dra. Claudia Piccini, investigadora del Departamento de Microbiología del Centro de Investigación en Ciencias Ambientales del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), y miembro de la Comunidad de Ecología de Uruguay. “Nos permite comunicarnos de otra manera, integrar todos los conocimientos adquiridos a distintas escalas para la comprensión de problemáticas ambientales que son de interés para nuestra región, poder predecir cuáles van a ser las consecuencias para las comunidades de esos cambios ambientales”.

Cabe destacar que la invitación realizada a la Dra. Molina por la Comunidad de Ecología de Uruguay fue cursada por la Dra. Piccini y la Dra. Carla Kruk, investigadora del Departamento de Modelización Estadística de Datos e Inteligencia Artificial del Centro Universitario Regional Este (CURE). Este, a su vez, pertenece al Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay.

Fuente: Diego Trujillo Salinas, periodista del Centro de Investigación HUB Ambiental UPLA.

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