Proyecto Entrelazando Saberes realizó diagnóstico participativo en el Centro Integral de Educación Especial Nueva Siembra

Con el propósito de levantar sus necesidades respecto a su realidad educativa, el proyecto UPA 2495 “Entrelazando saberes para el bienestar integral de las comunidades del Cerro Playa Ancha” realizó un diagnóstico participativo con estudiantes, profesores y apoderados del Centro Integral de Educación Especial Nueva Siembra.

La jornada tuvo lugar en las dependencias del establecimiento educacional ubicado en Av. Quebrada Verde, donde el equipo del proyecto, representado por la trabajadora social Francisca Letelier Araos y el académico de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Sergio Fernández Uribe, pudo dialogar con la comunidad educativa sobre sus necesidades y expectativas.

Respecto al diagnóstico, Francisca Letelier explicó que, en este tipo de ejercicios, es importante contar con los distintos estamentos que componen las comunidades, destacando la participación de estudiantes en situación de discapacidad y sus apoderados. “Gracias a eso uno puede complejizar mucho más los fenómenos sociales que se están investigando”, aseguró.

Sobre los resultados, uno de los principales requerimientos que se evidenciaron fue la falta de instancias deportivas para los y las estudiantes, que no cuentan con implementos deportivos suficientes y espacios acordes a este tipo de dinámicas. Además, también se evidenció problemas de infraestructura del establecimiento y la falta de apoyo para los apoderados en el proceso educativo de sus hijos en casa.

Victoria Vergara Soto es una de las apoderadas de Nueva Siembra que participó del diagnóstico. Llegó al establecimiento hace cinco años buscando un lugar en donde su hija Josefa, con síndrome de Down, pueda educarse. Sobre su experiencia, uno de los principales desafíos a los que se ha enfrentado ha sido saber cómo ella puede contribuir a la educación de su hija.

“Tengo dos hijos más sin discapacidad y aplico un método con ambos, pero a Josefa, en este caso, no lo puedo aplicar porque tiene otra forma de aprender. Y eso me ha costado. He conversado acá con el profesor y para mí ha sido un tema, porque a mí me gusta enseñarles a mis hijos”, relató la apoderada.

Desde Nueva Siembra, la Educadora Diferencial María Gabriela Toro también evidenció esta necesidad de apoyo, que surge del trabajo mancomunado que realizan con apoderados. “Ellos lo necesitan mucho porque también llevan una carga emocional súper potente. Entonces, a raíz de eso, muchas veces no pueden ayudar y aportar como quisieran”, precisó.

Respecto a la actividad, la educadora diferencial relevó la importancia de los resultados ya que las ideas que surgieron son compartidas. “A pesar de no haber socializado anteriormente en qué consistía esto o cuáles eran esas necesidades, ellos comparten las mismas. Entonces eso nos hace saber que somos una comunidad y que estamos remando para el mismo lado”, sostuvo.

Desde el proyecto explicaron que, con estos resultados, se buscará que la universidad, a través de sus académicos, estudiantes y sus planes formativos, den respuesta a estos requerimientos a través de programas de intervención. “Después hay una devolución de resultados en la mesa territorial donde participan los actores claves de cada establecimiento y organización. Luego, comienza la planificación, diseño y, por último, la implementación de la estrategia”, concluyó Francisca Letelier.

(Esteban Moreno Torres, periodista Dirección General de Vinculación con el Medio)

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