Nuevo grupo de trabajadores de la UPLA puso fin a su vida laboral

Este miércoles 4 de octubre, quince integrantes de la comunidad de la Universidad de Playa Ancha fueron convocados a la cafetería «Greka Coffee House» de Valparaíso, para agradecer su amplia trayectoria y entrega en las áreas de docencia, gestión y servicio, además de hacerles partícipes de una cálida actividad de despedida por haberse acogido a las leyes de Incentivo al Retiro (N° 21.043 y N° 20.996), las cuales otorgan beneficios a quienes se desempeñan en Instituciones de Educación Superior y se encuentran en edad de acceder a la jubilación.

Por medio de esta iniciativa, Rectoría, la Dirección de Administración y Recursos Humanos y el Servicio de Bienestar del Personal, pusieron en valor el compromiso que tuvieron con la UPLA y les otorgaron un certificado de reconocimiento por los años de servicio, además de algunos presentes que se transformarán en valiosos recuerdos de una institución significativa en sus vidas.

Quienes cesan sus labores en la UPLA son: Luis Rodolfo Espejo Espinoza (45 años desempeñándose en la UPLA), Domingo Eduardo Lineros Pizarro (42 años), Eduardo Freddy Aguilar Sepúlveda (42 años), Carlos Atilio Vitali Brauer (41 años), Jaime Patricio Leiva Núñez (41 años), Edmundo Román Escalona Concha (39 años), Alba Angélica Valenzuela Millán (37 años), Arnoldo Luis Carvajal Letelier (32 años), Elizardo del Carmen Jofré Sánchez (30 años), Myriam de Lourdes Torres Albornoz (29 años), Daniel Manuel Contreras Sánchez (28 años), Sandra del Pilar Espinoza Pérez (23 años), Sandra Magaly Unanue Muhsam (12 años), Pedro Alfonso Hidalgo Herrera (12 años) y Emiliano Andrés Bustamante Colombo (11 años).

Cabe destacar que a este evento asistió el rector Carlos González Morales, la prorrectora Catalina Rojas Martínez, la directora de Administración y Recursos Humanos, Ximena Núñez Celedón, la actual jefa (s) del Servicio de Bienestar del Personal, Giovanna Zunino Mardones y representantes de la Dirección General de Comunicaciones.

En la oportunidad, las y los presentes compartieron diversos alimentos mientras relataban experiencias al interior de la casa de estudios, como también sus historias personales, todo con una mezcla de alegría y tristeza por poner fin a la vida laboral, y dar paso a una etapa que les permitirá continuar esforzándose por hacer realidad sus diversas ideas y sueños.

Durante la jornada, el rector reconoció los aportes en los roles que a cada una y uno les correspondió vivir, siempre con alegría, motivación y pensando en contribuir a la Universidad: “Hicieron trayectoria, dejaron gran parte de su vida en la UPLA, formaron sus hogares a partir de lo que produjeron, por lo tanto, es un momento muy especial, de mucha meditación y bastante emotivo, porque los amigos y amigas con los que habitualmente nos encontramos en los espacios, tienen distancias distintas, pero lo importante es la memoria y que nosotros la reconstruyamos en actividades como ésta”, aseguró.

Además, la máxima autoridad universitaria dijo a viva voz a las y los presentes: “Agradecerles muy sinceramente por todos estos años de servicio en una Universidad pública, a la cual ustedes han contribuido para que hoy contemos con una acreditación de cinco años y seamos reconocidos, no tan sólo en Valparaíso, sino también en el contexto nacional. Un abrazo fraterno. Siempre serán bienvenidas y bienvenidos en la UPLA, las puertas están abiertas porque esta es su casa”.

Impacto de la UPLA en sus vidas

Sandra Espinoza Pérez estudió en la Universidad, fue ayudante académica y luego docente de Inglés en nuestra institución. Para ella, la UPLA se transformó en una segunda familia: “Pasaba más tiempo trabajando en la Universidad que en la casa, por lo cual, mi corazón está muy dividido y con muchas emociones encontradas, ya que irse significa dejar algo muy querido. Me voy con mucha alegría por haber cumplido una etapa, pero con bastante pena por dejar a tanta gente querida a mi alrededor. La UPLA me dio mucho; fui muy feliz en ella”, reconoció.

Freddy Aguilar Sepúlveda, ingresó a los 24 años a trabajar a la Universidad y cumplió casi 42 años en la Secretaría de Estudios (ex Dirección General de Docencia). Para él, “la Universidad ha sido todo; me dio la formación para criar a mis hijas y avanzar. Cuesta un poco irse porque hay sentimientos encontrados, pero al final en la vida hay que ir quemando etapas, esto es algo que nunca voy a olvidar. A los 52 años, estudié la carrera Técnico en Asistente Gerencial y Comercial y fue complejo levantarse a las 6.00 AM y llegar a las 24.00 horas a la casa, pero mis hijas me instaron a seguir estudiando, así que lo logré y ahora puedo decir que estudié esa carrera en la UPLA y que me voy con el alma colmada por haber ayudado a mucha gente en mi puesto de trabajo”.

Myriam Torres Albornoz, ingresó hace 29 años a la Universidad y al recordar sus vivencias relató que “tenía poca experiencia, pero me sentí muy bien acogida en primera instancia, porque existe un clima fraterno que te da esa calidez y te impulsa a seguir adelante. Recuerdo que llegué a Bienestar Estudiantil y en mi casa decía: Voy a trabajar, lo paso muy bien, me río y me pagan por ir;  y así lo viví en la primera etapa de mi vida, aunque el trabajo era intenso, sobre todo, en períodos de postulación al crédito universitario, donde las jornadas se extendían hasta altas horas de la madrugada durante los fines de semana.  Por último, me desempeñé en la Dirección General de Pregrado en la Vicerrectoría Académica, donde tuve muy buenos compañeros, compañeras y mucho apoyo por parte de ellos y ellas, en especial, de Roxana González, quien fue un pilar muy importante para mí, porque había pasado por una depresión muy grande y ella me impulsó y apoyó siempre en mi trabajo, y es algo que siempre agradeceré. Me emociona recordarlo”, concluyó.

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