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En el marco de la celebración de los 60 años de Pedagogía en Educación Física, la carrera realizó un reconocimiento a los docentes gestores de la construcción de la piscina temperada del edificio Puntángeles, profesores Pamela Galleguillos Guerrero y Hugo Royo Jara (Q.E.P.D.).
En ceremonia que contó con el cuerpo académico y funcionarios de la carrera, el decano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, César Oliva Aravena, junto a la Dra. Pamela Galleguillos Guerrero y Hugo Royo Peña, hijo del recordado docente, descubrieron una placa conmemorativa en el acceso al recinto deportivo.
Los profesores homenajeados se adjudicaron un Proyecto del Fondo de Desarrollo Institucional del Ministerio de Educación en 1998 para la construcción de la piscina temperada, durante la decanatura del académico Antonio Maurer Furst, quien también estuvo presente en la ceremonia.
Como expresó el decano César Oliva Aravena, se trató de una acción visionaria de dos docentes comprometidos con la carrera que generó un gran impacto en la formación de estudiantes y en la vinculación con el medio, a través de la presentación de una iniciativa que permitió la construcción de la piscina.
«Para nosotros este espacio es más que una piscina, es un laboratorio de actividades físicas acuáticas, que trasciende a los autores de la iniciativa. Ellos fueron capaces de proyectar la formación de nuestros profesionales, de ver más allá, es por ello que les agradecemos a nombre de la Facultad, de los estudiantes, los profesores y profesoras y de los funcionarios», afirmó el decano Oliva.
Un mismo viaje
La Dra. Galleguillos recordó que en el lugar donde hoy se ubica la piscina solo había pastizal y fue el profesor Royo quien le dijo «aquí deberíamos hacer algo, deberíamos hacer una piscina», porque él pensaba en grande -sostuvo.
«Es un gran honor ser parte de los logros académicos de esta universidad, que también es mi alma máter. Pero aquí también participó Hugo Royo Peña, hijo de nuestro colega, quien siendo arquitecto se sumó a la realización de los planos de lo que posteriormente fue la estructura del primer piso de este edificio», compartió la académica.
Durante la ceremonia, Hugo Royo Peña rememoró esos días en que su padre le pidió ayuda para concretar el sueño de una piscina temperada para quienes se formaban como profesionales de la Educación Física.
«Mi padre fue un profesor de mucha vocación, muy positivo, con ganas de hacer muchas cosas. Me dijo «necesito hacer una piscina». Quiero destacar que, sin un equipo al lado, no hubiera sido posible traspasar esta idea. Junto a ustedes hemos sido parte de un mismo viaje, que hoy cuenta con un edificio que posibilita seguir enseñando», afirmó Royo Peña, acompañado de sus hijas.
La piscina temperada no solo es un espacio de formación de futuros profesionales de la actividad física y del deporte, sino también de rehabilitación y recreación para integrantes de la comunidad.
