Solo ocho proyectos se adjudicaron el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) 2022 del Gobierno Regional de Valparaíso y la única propuesta de la Universidad de Playa Ancha encabezó el listado de seleccionados.
Cabe destacar que más de 80 iniciativas postularon al FIC. De ellas, 50 pasaron el proceso de admisibilidad, mientras que la etapa de evaluación técnica, que contempló 7 criterios de alta complejidad, fue cumplida solo por estos ocho proyectos.
La UPLA trabajará en la “Estructuración de una intervención comunitaria: Prototipo de Biorremediación de suelos en zonas contaminadas de Quintero-Puchuncaví”, que dirigirá la académica y directora del Laboratorio de Aprendizaje, Competencias y Democratización de Tecnologías en Comunidades y Suelos de la Facultad de Ingeniería (LAPTES FING), Ximena Espinoza Ortiz.
Para llevarla a cabo, contará con 140 millones de pesos y el apoyo de un equipo multidisciplinario e interfacultad compuesto por la ingeniera agrónoma Verónica Meza Ramírez, el ingeniero informático Javier Castillo Allaria y el ingeniero civil industrial Luis Espinoza Brito, de la Facultad de Ingeniería, junto a la socióloga Maribel Ramos Hernández, de la Facultad de Ciencias Sociales. A ellos se sumarán las periodistas María Angélica Pérez Escobar y Katherine Vega Hidalgo, además de ingenieros e ingenieras UPLA.
Serán 18 meses en que el equipo desarrollará un programa educativo para la formación de competencias en la fitorremediación de suelos con la ayuda de dos plantas nativas, que se ha comprobado experimentalmente que absorben metales pesados, como es el caso de las especies Sarcocornia neei y Carpobrotus aequilaterus.
Dicho trabajo se hará con vecinos y vecinas de las localidades de El Rungue, Los Maitenes, La Quebrada, La Greda, Horcón, La Chocota, Potrerillos y Ventanas de Puchuncaví; Ritoque, Loncura y Mantagua de Quintero, en compañía de representantes de la Junta de Vecinos de El Rungue, de la Escuela Básica La Greda y de la Subsecretaría de Agricultura.
“Para nosotros, como equipo LAPTES, este nuevo proyecto adjudicado es un reconocimiento al trabajo que hemos venido desarrollando a lo largo de casi 5 años en territorios afectados por la contaminación, contribuyendo a esta problemática de una manera innovadora, considerando a las comunidades y somos reconocidos por ello. En ese sentido, hemos capacitado a vecinas de El Rungue en técnicas para la recuperación de suelos degradados, conocimientos y apoyo que nos será vital para sumar nuevas comunidades”, detalló la académica Ximena Espinoza.
La idea es que sean sus propios habitantes quienes lideren la descontaminación de sus suelos mediante el cultivo y la propagación de plantas fitorremediadoras, de la mano con aprender aspectos tecnológicos que les permitirán determinar parámetros termodinámicos (variables ambientales) que favorezcan su crecimiento, “porque, en una planta que crece de mejor manera, sus raíces van a ser más frondosas, por ende va a poder absorber mucho más metales”, explicó el académico Javier Castillo.
El ingeniero informático agregó que “la tecnología es algo que se mira siempre con recelo, pero si uno lo explica, lo construye y lo coconstruye, dando ejemplos prácticos, (las vecinas) van asimilando, van aprendiendo y después no tienen problemas para aplicar todas las técnicas y entender lo que está pasando. Eso es lo importante de estos proyectos, que dejen algo a la comunidad, no que nosotros tomemos estudios, datos y después nos olvidemos. Aquí el legado es ese. Y estamos hablando de que estamos trabajando con 50 años de pasivos ambientales y cada año se nos suman más, por ende esta en una enorme labor pero de alguna manera se debe comenzar con la descontaminación de los suelos”.
En esa línea, uno de los aspectos más relevantes de esta iniciativa es la puesta en marcha del prototipo de biorremediación de suelos contaminados en la zona de Quintero-Puchuncaví, que permitirá probar en terreno la capacidad de absorción de las plantas Sarcocornia neei y Carpobrotus aequilaterus en condiciones reales.
La decana de la Facultad de Ingeniería, Verónica Meza, quien ha estudiado a esta planta, planteó que por medio de este FIC-R se podrá comenzar a probar en ciclos cuánto absorben sus raíces y su parte aérea. A esa tarea también sumó la especie Carpobrotus aequilaterus, que al ser de la familia de las suculentas podría tener la misma capacidad de absorción de metales, según algunas investigaciones UPLA; y con ello se probaría la eficiencia de la sarcocornia, a nivel de raíces, comparada con otras especies que puedan aportar y apoyar a la limpieza de suelos.
Dentro de las expectativas de este nuevo proyecto está “aportar a una matriz que en nuestro país, lamentablemente, no cuenta con una normativa que regule las concentraciones máximas de contaminantes que puede tener un suelo, a diferencia de otros países que la tienen en relación al uso de suelos. Es decir, cuánto metal puede tener una zona industrial, una zona residencial, una zona urbana. Eso podría hacerse perfectamente, pero no se ha hecho; y junto con eso reconocer que existe una problemática relacionada con los pasivos ambientales”, enfatizó la académica Verónica Meza.
La directora responsable del proyecto FIC-R complementó que a través de la recopilación de datos y de una investigación preliminar realizada en la zona se buscará demostrar que existe traslocación de agentes contaminantes en las distintas matrices (aire, suelo y agua) y que llegan a los animales.
UPLA.cl
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