Columna: “La herida abierta del 18O, la memoria histórica y el triunfo de Gabriel Boric”

El triunfo de Gabriel Boric Font en el balotaje de las elecciones, que lo sitúa como el Presidente electo de Chile, está acompañado con una serie de hitos históricos para la política chilena. Dos son los más destacables: ser el Presidente más joven de la historia de Chile, con una participación que superó el plebiscito de 2020, y por recibir una de las votaciones más altas desde el retorno a la democracia, incluso con un sistema voluntario de votación electoral.

La alta participación de la población en las elecciones presidenciales, a pesar de los problemas que se presentaron por la falta de transporte público, es un aspecto importante para confirmar o refutar algunas de las tesis planteadas previo a las elecciones. Los resultados obtenidos en la primera vuelta presidencial de las tres primeras mayorías (J.A. Kast, Gabriel Boric y Franco Parisi), abrieron una incertidumbre sobre la movilidad del voto para el balotaje llevado a cabo el pasado 19 de diciembre. Una de las interrogantes se refería al comportamiento del votante de Franco Parisi y hacia cual de las dos opciones se trasladarían estos votos.

Esta primera tesis planteó el desafío, para ambos comandos, de ir en búsqueda de los votantes que marcaron una tendencia hacia Franco Parisi y de los simpatizantes de Yasna Provoste que no confiaban en el liderazgo de Boric. La estrategia de sumar a Izkia Siches como jefa del comando para realizar el trabajo territorial en las comunas y territorios que se visualizaban como prioritarios para marcar una tendencia, jugó un rol fundamental para dar un giro a los resultados de la primera vuelta.

Si miramos por comuna y región, se puede observar que esta estrategia fue en favor de Gabriel Boric, dando vuelta resultados en comunas que, incluso, tuvieron como ganador a J.A. Kast en la primera vuelta, como Arica, Viña del Mar, Talca, Curicó, Concepción, Talcahuano, Ancud, Coyhaique, por mencionar algunas de las más ciudades más destacables y con un importante peso en el padrón electoral. Para el caso de las comunas en las que obtuvo un alto porcentaje de votación Franco Parisi en primera vuelta, como Iquique, Camarones o Putre, por mencionar algunas, tuvieron una tendencia hacia el candidato del Frente Social Cristiano en segunda vuelta, mientras que Gabriel Boric logró captar los votos de las comunas de Antofagasta, Mejillones, Taltal, Calama, Tocopilla, Caldera, Chañaral, Copiapó, entre otras. Se destaca que las últimas comunas mencionadas son regiones mineras donde existió un fuerte llamado por parte de los sindicatos de trabajadores del cobre y mineros a no votar por Kast, lo que es necesario analizar con profundidad, ya que puede ser un factor que complementa la estrategia de despliegue territorial del comando de Apruebo Dignidad.

Una segunda tesis, se refería al ingreso de nuevos votantes en la segunda vuelta, lo que se visualizó en la participación general, la cual pasó de un 47,3% de la primera vuelta a un 55,6% de la segunda vuelta. Según informe de DECIDECHILE (https://www.decidechile.cl/) votó el 59% de las mujeres y el 55% de los hombres del padrón electoral, subiendo en promedio un 11% respecto de la primera vuelta electoral. Cuando observamos los grupos etarios, se presentó una alta participación en los grupos etarios de 30 a 70 años, especialmente de mujeres. Respecto a la tendencia por candidato, Gabriel Boric ganó en todos los grupos etarios menor a 70 años, destacando el 68% de las mujeres menores de 30 años que votó por el candidato de Apruebo Dignidad. Estos contundentes resultados instalan y refuerzan la tesis de la memoria histórica reciente, referidos a la dictadura cívico-militar, como principal factor que puede dar respuesta al triunfo de Gabriel Boric.

Si bien en ambos comandos fueron evidentes en desmarcarse, por un lado, de la dictadura cívico-militar y, por el otro lado, del comunismo y antifascismo, en la población chilena el efecto de las redes sociales tendió extraoficialmente a resaltar la posición fascista y el retroceso en derechos con el candidato J.A. Kast, lo que marcó una importante diferencia en la población más joven y en las mujeres que desconfían de los partidos políticos y en los acuerdos que se lograron con el denominado Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución. La herida que abrió las movilizaciones del 18 de octubre de 2019 bajo el lema “no son 30 pesos, son 30 años”, fue fundamental para aquella población más joven que no vivió la dictadura cívico-militar directamente, pero que ha vivido sus efectos en diferentes ámbitos.

Si bien la participación electoral sigue siendo baja, existiendo un alto porcentaje de la población que no participa del proceso, sumado a los problemas de movilidad y congestión vehicular que se producen, es necesaria la modernización del sistema electoral en Chile y de los locales de votación, donde la distancia entre lugar de residencia y lugar de votación, debe tener un ordenamiento que permita una mayor participación de la población en procesos que son fundamentales. Además, el programa del nuevo Presidente busca profundizar la democracia, lo que fue mencionado en su discurso del 19 de diciembre. En este sentido, es fundamental pensar en nuevos mecanismos de organización territorial y espacial que permitan que a la población más pobre participar en los procesos de consulta, y que debe ser un punto central de la nueva Constitución de Chile”.

Dr © Ignacio Rojas Rubio
Investigador Facultad de Humanidades
Universidad de Playa Ancha

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