“Bienestar desplegará sus mejores energías y esfuerzos para facilitar el retorno seguro”

La universidad, como todo el mundo, vive momentos difíciles debido a la pandemia. En este complejo marco, como ha dicho reiteradamente el rector Patricio Sanhueza, las personas son la principal preocupación. Solidaridad y apoyo mutuo son factores esenciales en estas circunstancias. Desde el punto de vista institucional, estos valores los encarna el Servicio de Bienestar del Personal, que desde hace más de tres años dirige el asistente social y magíster en Gestión Estratégica Alejandro Zamora Sepúlveda.

Antes de saber cómo ha sido la tarea en medio de la pandemia, corresponde conocer un poco más de “Bienestar” y es lo primero que le preguntamos a su jefe:

—En términos generales, ¿cuál es la función o el objetivo del Servicio de Bienestar?
—El propósito principal del Servicio es avanzar hacia el mejoramiento de la calidad de vida de los funcionarios de la universidad y sus familias. Para lograrlo, nuestro departamento se ocupa de gestionar diversos beneficios, servicios sociales y asistencia económica a la comunidad funcionaria y sus familias. Se dedica a la prevención, protección y recuperación de su salud; genera instancias de desarrollo cultural, recreativo y de integración, y favorece el sano clima laboral institucional.

—Ese es el trabajo habitual, pero ¿cómo se vio afectado por la pandemia y el aislamiento?
—En marzo del año pasado, la pandemia por covid-19 golpeó a nuestra comunidad funcionaria y, pese a las expectativas de recuperación en el reciente período estival, durante este 2021 la crisis sanitaria ha permanecido presente en la universidad. Lamentablemente, en estos 18 meses, una proporción importante de nuestra comunidad funcionaria ha sido afectada por la crisis sanitaria, ya sea directamente en la salud de sus integrantes, o por las externalidades negativas de la pandemia: defunciones de seres queridos, disminución importante de ingresos familiares, cesantía, cierre de actividades comerciales o disminución de sus rentas, familiares contagiados a quienes apoyar, etcétera. Para hacer frente a esta nueva realidad, Bienestar del Personal ha rediseñado sus acciones, generando nuevos programas y modalidades de atención a nuestros funcionarios y sus familias.

—¿Qué nos puede contar, brevemente, de estos programas nuevos?
­—Para hacer frente a la contingencia, Bienestar desarrolló un proceso de reingeniería de sus procedimientos y prestaciones, basado en tres pilares fundamentales: la digitalización de procesos y el acceso a beneficios sociales; la asistencia social a funcionarios contagiados de covid-19, así como el apoyo a las familias UPLA afectadas por las externalidades de la crisis sanitaria; y la prevención, contención y reparación del daño socioemocional asociado. En estos momentos, estamos preparando talleres grupales de manejo de la ansiedad, en la perspectiva de un retorno seguro a las actividades presenciales.

—¿Ha habido alguna dificultad para acceder a estos beneficios? ¿Se mantienen los procedimientos habituales?
—En particular, la asistencia social por crisis sanitaria la hemos desarrollado de manera ininterrumpida desde marzo del año 2020 a la fecha, incluido el mes de febrero de este año y otros períodos de receso universitario. En este aspecto, cabe destacar el trabajo comprometido del equipo humano que me acompaña en esta tarea: Pilar Silva, Elena Meza y Mabel Hermosilla. Para acceder a nuestros servicios y beneficios, sólo se requiere que la persona interesada, su jefatura directa o un compañero de trabajo nos informe de la situación del funcionario o funcionaria, para que sea inmediatamente contactado por Bienestar del Personal y asistido a la brevedad.

—Seguramente los funcionarios y familiares más afectados por la actual situación son quienes contrajeron covid-19. ¿Qué se ha hecho para ayudarlos?
—Desde el inicio de la crisis sanitaria, Bienestar ha acompañado y asistido a los funcionarios que, lamentablemente, han presentado contagio de covid-19. En el mismo contexto, el Servicio ha contribuido a resolver la situación socioeconómica de las familias UPLA que se han visto afectadas por las externalidades negativas de la crisis sanitaria, ha provisto de atención psicológica a los funcionarios emocionalmente afectados por la pandemia y ha visitado en sus domicilios a la mayoría de las personas enfermas, llevando no sólo palabras de solidaridad, sino que aportes concretos según cada necesidad. Quisiera destacar que la realización de todo lo expuesto ha ocurrido sin dejar de lado la atención a integrantes de nuestra comunidad afectados por otras enfermedades graves o catastróficas y la administración habitual del seguro de salud y los servicios, beneficios y prestaciones habituales.

—Sabemos que esas situaciones personales se manejan con reserva, pero ¿puede dar cifras o datos generales?
—Concretamente, para materializar estos programas excepcionales, a la fecha hemos acompañado y asistido a 48 funcionarios contagiados de Covid-19. De igual forma, hemos desplegado ingentes esfuerzos destinados a entregar completos sets de mercaderías y artículos esenciales a 225 familias UPLA que han exhibido una situación de crisis socioeconómica. También se otorgaron ayudas económicas asistenciales (no restituibles) a 133 personas, créditos solidarios a 6 funcionarios y atención psicológica continua y gratuita a 25 funcionarios. Adicionalmente, hemos desarrollado y potenciado asignaciones tipo capital semilla a 14 familias que en este período de crisis han emprendido nuevas alternativas de negocios, cuyos réditos mejorarán su calidad de vida. También hemos mantenido en funcionamiento siete talleres de manualidades escogidos por los propios interesados, impartidos en línea y que han permitido la interacción en tiempo real de más de cien funcionarios, que a través de estas instancias han mantenido el contacto interpersonal.

—La pandemia no nos abandona… ¿Cómo la enfrenta Bienestar en lo que esperamos sea la fase final?
—Con una mirada de futuro inmediato, es la intención de este Servicio y de quien lo dirige desplegar sus mejores energías y esfuerzos para facilitar el retorno seguro de académicos, administrativos y funcionarios de servicios a las actividades presenciales, cuando la autoridad universitaria así lo disponga. Mientras, en la dinámica de una mejora continua, nos esforzamos en robustecer los programas sociales existentes y generar nuevos apoyos en beneficio de nuestra comunidad funcionaria.

 

 

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