A partir del viernes 1 de octubre próximo, se acabarán los toques de queda en Chile, luego que el Presidente Sebastián Piñera no renovó el estado de excepción constitucional, que le permitía establecer restricciones al desplazamiento como medida para el control de la pandemia. ¿Qué conclusiones se puede sacar tras estos tres meses de control, de confinamiento, y límites a la visa social y económica?
El Dr. Francisco Báez Urbina, sociólogo y director del Departamento de Género, Política y Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), afirma que la primera conclusión que surge es que la libertad individual no es algo connatural a los sistemas sociales o a la condición humana, sino que la asigna la comunidad política, el Estado.

“La libertad la concede el Estado, la puede dar y la puede quitar, teniendo como horizonte el bien público. Eso es interesante, desde el punto de vista sociológico y politológico porque 30 años de neoliberalismo han convencido a la gente de que la libertad es una cuestión esencial para el desarrollo humano, social y psicológico, y que es una cuestión connatural, esencial a la condición humana, pero al parecer no es tan así, pues vemos que en la práctica es el Estado el que te la concede; y eso es muy interesante, porque es un argumento de facto en contra el extendido neoliberalismo cultural actual”, dijo el Dr. Báez, quien agregó que, en ocasiones como ésta, se sacrifica la libertad individual por un bien superior, como la salud pública.
AGOREROS DE SIEMPRE
En relación con quienes temen que el término del estado de excepción pueda generar cierta vulnerabilidad de la seguridad pública, precisó que es factible que haya “agoreros de la necesidad de orden”, especialmente en la extrema derecha, que asusten a la población. Sin embargo, advirtió que, como sociedad, estamos viviendo un momento histórico en el cual coinciden distintos factores que generan cierto clima social y político, como la Convención Constitucional, las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, además del segundo año desde el estallido social, lo que –a su juicio- podría asociarse a algunos desórdenes públicos. Enfatiza que, el mayor impacto tras el término de las restricciones se dará en el consumo, en las actividades sociales y en la actividad económica, aún cuando aseguró que no volveremos a la vida anterior a la pandemia.
“Tras el término del estado de excepción, no vamos a volver a recuperar el estado anterior de cosas. Uno no vuelve atrás. Uno construye nuevos estados de cosas hacia delante. Como nunca se recuperó la democracia pre 73, no volveremos a la antigua normalidad. Tal vez lo nuevo será que la gente comenzará a buscar otro tipo de trabajo, porque la pandemia permitió darnos cuenta de que queremos cambiar de estilo de vida. La gente ya no quiere tener un jefe, quiere tener su microempresa, su emprendimiento, se dio cuenta que se puede trabajar desde casa. Sin embargo, el principal impacto del fin de las restricciones se dará en el ámbito económico. Podría haber un desborde del consumo”, sostuvo el sociólogo, quien agregó que la expectativa en torno a esta recuperación de la libertad es alta, pues viene acompañada de cambios políticos, una mayor participación ciudadana y una nueva forma de relacionarnos social y laboralmente.
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