Un llamado a las autoridades de salud a abrir nuevos cargos para enfermeros en los hospitales públicos a fin de disminuir el déficit de quienes atienden a los pacientes graves de COVID, formuló Ana Robles Bustamante, profesional de la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital Clínico IST y de la UCI del Hospital de Quilpué.
La enfermera, egresada de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), sostuvo que en el actual contexto sanitario, los profesionales que atienden a los pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, están trabajando al límite, no solo por la sobrecarga laboral, sino también por las condiciones en que lo hacen, lo que genera un alto estrés en los equipos que laboran en las UCI.
“Uno como enfermera, enfermero, hace su trabajo con todo el amor, cariño y profesionalismo del mundo, sin embargo, las condiciones laborales en todo su contexto, no están ajustadas para quienes estamos sacando adelante a las personas de esta crisis mundial. Todos estamos trabajando al límite de nuestras capacidades…Hoy día tenemos pacientes que están extremadamente graves, muchos cuidados de enfermería y el personal, además de agotado, está sobrecargado”.

Subrayó que, actualmente, la recomendación es contar con una enfermera cada dos pacientes ventilados. Sin embargo, Ana Robles sostuvo que en la práctica esto no sucede, ya que deben atender a tres pacientes, sin contar con todo el equipo técnico y humano necesario para entregar una atención de salud de excelencia como se merece cada chileno, lo que genera mucho cansancio, estrés en el personal, además de sentimientos de angustia e incertidumbre por nuestros pacientes.
La profesional, dijo, además, que este déficit de profesionales se arrastra desde hace tiempo y que ahora la pandemia visibilizó esa situación. Por ello, aseguró que aumentar el número de enfermeras y enfermeros, no solo favorecerá al gremio, sino también a los propios pacientes, al asegurar la calidad de la atención.
”El último informe de la OMS sugiere invertir en contratación de profesionales de enfermería, porque eso mejora el bienestar de la población. Es más un beneficio para la sociedad y no un costo. En muchas ocasiones no hemos dado a abasto con todos los cuidados que requieren tres pacientes graves. Hemos tenido que pasar la hora de almuerzo por alto, desde las 8:00 que empieza el turno hasta las tres o cuatro de la tarde para almorzar en 15 minutos y seguir trabajando sin parar por el resto de la tarde. Muchas veces se tiene que priorizar a qué paciente se le da mayor atención que al otro, podemos estar horas dentro de una unidad aislada con un paciente descompensado o haciendo procedimientos, mientras que a los otros dos prácticamente rogando por su autosustentabilidad…”, dijo Ana Robles, quien aseguró que el enfermero y enfermera, es la columna vertebral del sistema de salud, tanto público como privado y que se deben garantizar por tanto las condiciones laborales para que sigamos protegiendo con garantías la salud de los chilenos.
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