“Evitemos el optimismo y el pesimismo exagerados. Seamos realistas”, afirma la médico-cirujano y doctora en Ciencias Biomédicas Graciela Molina Fuentes, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), refiriéndose a la situación actual de la pandemia en nuestro país.
La especialista, quien actualmente realiza un postdoctorado en la Universidad de California – Davis, sigue muy de cerca todo lo que ocurre en nuestro país respecto al avance del coronavirus y la campaña de vacunación, especialmente sobre los plazos que se consideran para inocular a la mayor cantidad de personas. En este contexto, la especialista lamenta la cobertura dada a los casos raros de personas que han fallecido teniendo ambas dosis de la vacuna Sinovac. Esos casos -dice- son la excepción, no la regla.
“La vacuna protege de enfermar y morir en más de un 80%. Es decir, que si hoy lamentamos el fallecimiento de personas vacunadas con ambas dosis, sin vacuna, lamentaríamos el fallecimiento de alrededor de 4 veces más personas. Además, debemos tener presente que hay que ser prudente con los resultados y no actuar con excesiva confianza que haga olvidar que siempre debemos mantener las medidas de autocuidado. Evitemos el optimismo y el pesimismo exagerados. Seamos realistas”, advierte.
VACUNAS SEGURAS
Por otra parte, también clarifica las informaciones que se han dado a conocer en torno a las asociaciones que se han hecho entre trombosis y la vacuna Astrazeneca y, actualmente, la vacuna Johnson and Johnson. Afirma que estos casos se están estudiando cuidadosamente en la Unión Europea y Estados Unidos y la vacuna Astrazeneca, ya se repuso. Si bien los problemas de trombosis efectivamente están relacionados a las vacunas, su proporción es muy baja. Sostiene que se reportaron 86 casos de trombosis en una población vacunada de 25 millones de personas. Es decir, el riesgo de morir de COVID es muy superior al riesgo de morir debido a trombosis relacionadas a la vacuna.
La doctora Molina llama a no ser irresponsablemente optimistas y tener paciencia, pues la inmunidad de rebaño no se logrará mientras no se vacune a los niños y adolescentes menores de 16 años, que corresponde a un cuarto de la población. Lo anterior resulta relevante, si se considera que según la encuesta CASEN 2017, en el 43,5% de los hogares del país tienen niños, niñas y adolescentes, por lo tanto, siguen siendo un foco de contagio relevante, especialmente, porque con frecuencia son asintomáticos.

“Afortunadamente los niños, si bien han presentado complicaciones porque han presentado Síndrome Inflamatorio Severo y muchos han fallecido, el número de niños que han tenido cuadros severos, es mínimo. Entonces, es una población que está un poquito más protegida. Claro, mientras no se vacunen los niños, no vamos a lograr la inmunidad de rebaño….y es un grupo que ahora fue muy importante en esta ola que ha tenido Chile. Muchos niños tienen que haber hecho la enfermedad asintomática y contagiaron a sus padres”, afirma la investigadora.
En su opinión, las medidas en las que nuestro país debiera poner más esfuerzo es en la detección, seguimiento de casos y cuarentenas inteligentes, ya que hasta el momento, dice, “nuestro país se han tomado medidas reactivas y no preventivas”.
Plantea además, la necesidad de colocar puestos de control de testeo rápido en las fronteras y determinar la obligatoriedad de las cuarentenas hasta contar con los resultados y permanecer confinados si ellos son positivos. Enfatiza que esto último es muy importante, pues aunque se consiga la inmunidad de rebaño en el país, no se logrará controlar la pandemia, si nuestros países limítrofes demoran más de una año en conseguirla.
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