El profesor del Departamento de Psicología UPLA psicólogo Cristian Venegas Ahumada obtuvo con distinción máxima el grado de Doctor en Procesos Sociales y Políticos en América Latina, con mención en Sociología, en el marco del Convenio entre la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (ARCIS), el Ministerio de Educación de Chile (MINEDUC) y la Universidad Católica del Maule (UCM).
La investigación de tesis doctoral del profesor Venegas se denominó “Formación de pregrado y ejercicio profesional de la Psicología en Cuba y Chile desde una teoría de individuación” donde se abordó de manera situada el devenir profesional en dos períodos históricos (1970-1989) y (1990-2011).
A partir de las entrevistas en profundidad efectuadas a psicólogos y psicólogas, relata el Dr. Venegas, fue posible describir las trayectorias biográfico-profesionales en los períodos en estudio. “Para el caso de Cuba en el período (1970-1989) fue un contexto sociopolítico e histórico donde la Educación Superior Universitaria es fuertemente meritocrática, marcada por la exigencia de ser un psicólogo para La Revolución. Es decir, responder al ideal de «El Hombre Nuevo» en el socialismo, ser integral y con compromiso social. Para enfrentar esos desafíos, la elección de la carrera, la formación como en su ejercicio profesional, los individuos debieron recurrir a soportes conformados por sí mismos, por compañeros de clase, amigos, familiares y otros psicólogos que se constituyeron en una red social de apoyo. Este fue un período donde aún no existía orientación vocacional para la elección de la carrera de Psicología y los psicólogos debían posicionarse frente a otros profesionales en el campo laboral por cuanto la carrera era incipiente”, comentó el Dr. Venegas.
El académico sostuvo que “Cuba en el período (1990-2011) está fuertemente marcada por la caída del Bloque Socialista, lo que dio lugar al Período Especial caracterizado por una larga crisis económica que produjo reestratificación social, devaluación de los salarios y la juventud representó con un menor valor simbólico la psicología -y en general las profesiones- como vía de movilidad social ascendente. En el contexto descrito, sigue habiendo una línea de continuidad y los requisitos para acceder a la carrera son fuertemente meritocráticos”. Venegas agregó que este escenario cambia en 2001 cuando se crean las Sedes Universitarias Municipales. Esto permitió el aumento en el acceso a la Educación Superior, porque no se aplicaron exámenes de ingreso, lo que permitió el acceso de jóvenes que habían postulado sin éxito con anterioridad, que estaban bajo exclusión socio-territorial o bien no trabajaban ni estudiaban. “Como resultará entendible, la elección de la carrera en un período como éste no fue problema por parte de los jóvenes. Ahora bien, respecto a la formación, el desafío que debieron enfrentar los jóvenes fue el reconvertirse en estudiantes por cuanto había quienes estaban alejados de las aulas y requerían desarrollar las competencias y el perfil de un alumno universitario. Para hacer frente a ello fueron fundamentales los apoyos que encontraron en sus demás compañeros como en sus familias”, explicó.
El Dr. Venegas continúa su planteamiento “para el caso de Chile, al igual que el de Cuba, en el período (1970-1989) la elección de la carrera de Psicología se enfrenta sin orientación vocacional. Esto corresponde a un momento que de modo institucional como aplicado la profesión es incipiente y no existía una difusión amplia de sus características por parte del Ministerio de Educación. Por lo mismo, se enfrentó la elección buscando a partir de la red familiar a alguien que conociera a un psicólogo para así tener una visión de la carrera por parte de alguien que la ejerce. Siguiendo con la línea, durante la formación, estudiar Psicología en Dictadura fue complejo por la intervención militar de las universidades, la desaparición forzada de profesores y alumnos. Así como hubo quienes resistieron de modo colectivo junto a sus compañeros de Psicología, hubo quienes se replegaron sobre sí mismos prefiriendo el individualismo desconectado de la vida universitaria y el contexto socio-político del país, era el inicio de la subjetividad neoliberal. Pasando al ejercicio de la profesión en Chile al igual que en Cuba para el período (1970-1989) se vuelve un desafío posicionarse profesionalmente como psicólogo, habiéndose paso en el mercado donde todavía no se conoce mucho del rol profesional, la forma que se adoptó de enfrentar el desafío fue de modo individualista. Para seguir con la periodización (1990-2011) lo más complejo que se enfrenta en el ejercicio profesional es la precarización del empleo donde se aplica una forma de enfrentarlo de modo individualista, como empresario de sí mismo, no hay resistencia colectiva”, enfatizó.
COMPROMISO SOCIAL
El académico también se refirió al compromiso social, tanto la Sociedad Cubana de Psicología como el Colegio de Psicólogos de Chile, que incluyen en sus respectivos códigos de ética profesional un artículo referido al compromiso social. Venegas indagó esta dimensión, constatando que en Cuba, los psicólogos poseen un alto compromiso histórico y barrial. Es decir, un sentido del momento socio-económico del país como de las realidades de los barrios, haciendo que su ejercicio profesional sea una práctica situada. Por otro lado -dijo-, los psicólogos chilenos poseen un dispar compromiso histórico, lo cual hace que muy pocos contextualicen los antecedentes para lograr una comprensión cabal de los sujetos a los cuales se les aplica la intervención. “Y definitivamente, no hay un conocimiento de las realidades de los barrios donde proceden los sujetos a quienes se les aplica la intervención profesional. Esto hace que la comprensión y la interpretación situada queden severamente limitadas”, dijo.
El profesor Venegas también abordó una dimensión de género presente en su investigación. “Para el largo período (1970-2011) las psicólogas en sus trayectorias biográfico-profesionales se ven altamente demandadas como madres por la gestión de cuidado de los hijos”. Aseguró que esta situación condiciona las opciones laborales y reduce o anula la posibilidad de formación profesional ya sean cursos, diplomados o postgrados. “Una situación como la descrita evidencia el carácter patriarcal en la estructura del trabajo como en la gestión de la crianza, que debe avanzar hacia la corresponsabilidad del padre” concluyó.
UPLA.cl
Noticias de la Universidad de Playa Ancha Dirección General de Comunicaciones
