Una megasequía de más de dos milenios azotó a Chile central

A 2,5 metros bajo el nivel del le­cho de la laguna de Aculeo yace una gruesa costra salina que atestigua que, entre 9 mil y 7 mil años atrás, Chile central vivió la se­quía más prolongada de que se tenga registro desde la última edad glacial, lo que llevó a que lagunas y humeda­les se secaran por completo. Este re­gistro se repite en Valparaíso y Con­cepción.

Unos dos metros más arriba hay una capa similar, que corresponde a 2 mil años atrás, pero mucho más delgada, lo que significa que el perío­do seco fue más corto, cuenta Jean-Pierre François, geógrafo que enca­beza el Laboratorio de Geografía Ambiental y Palinología de la U. de Playa Ancha.

Desde abril del año pasado que re­corre lagunas y humedales buscan­do, en los sedimentos acumulados en el tiempo, información sobre el pai­saje y el clima de los últimos 10 mil años. Así fue como se encontró con este patrón.

Verano permanente

Esta sequía podría explicar, espe­cialmente, la extinción de la gran megafauna de mamíferos —tigres dien­tes de sable, milodones, caballos americanos— que habitó la región hasta justamente unos 9 mil años an­tes del presente. Lo mismo habría ocurrido con la población de peces nativos como los bagres, pero de al­guna forma estos animales se las arreglaron para volver.

El ser humano también se habría visto afectado, aunque el geógrafo aún no ha hecho una correlación de los datos con la información arqueo­lógica de la época. En todo caso, coincide con un período de extrema se­quedad registrado por arqueólogos en la zona norte.

Una teoría aventura que el culpa­ble de esta anormal y prolongada se­quedad podría haber sido un despla­zamiento del anticiclón del Pacífico hacia el sur. En tiempos normales, este es el responsable del ciclo vera­no-invierno en la región, pero su in­fluencia se atenúa al sur de La Sere­na. En este caso se habría desplazado mucho más, haciendo que se viviera un verano permanente.

¿Podría estar ocurriendo lo mismo ahora? François lo descarta, asegu­rando que desde la última gran se­quía de hace 2 milenios el ambiente había comenzado a ponerse cada vez más húmedo, y solo hace 50 años, producto de la acción humana, co­menzó a revertirse el escenario. De hecho, advierte que en tiempos his­tóricos la laguna nunca se ha secado como ahora. Y la razón, dice, «es la sobrexplotación y mala gestión del recurso hídrico».

«Considerar que la evidencia pre­sentada respecto de la ocurrencia de períodos secos en el pasado explica el escenario presente es un desacierto y además oculta a los reales responsa­bles detrás de este desastre ecológi­co», sostiene.

Actualmente, sobre el lecho seco de la laguna hay presencia de sales minerales semejante a la que acusa el sedimento de los episodios de mega­sequía del pasado, es decir, la acción humana generó artificialmente un escenario que es capaz de producir solo la naturaleza en su condición más ex­trema.

François dice que una sequía como la actual, sin el factor humano, no ha­bría sido suficiente para que Aculeo se secara, aunque sí habría disminui­do su nivel.

 

Fuente: El Mercurio, 22 de enero de 2020, página A10 (lectura solo disponible para suscriptores).

 

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