Claudio Nash: “Debemos generar un nuevo acuerdo en derechos humanos en Chile»

Un duro análisis respecto a las violaciones a los derechos humanos en nuestro país durante los dos últimos meses, realizó Claudio Nash Rojas, académico de la Universidad de Chile y experto en esta materia, quien fue el principal expositor en el primer cabildo que abordó este tema, actividad que se realizó en nuestra Casa de Estudios.

Con claridad y elocuencia, Nash contextualizó lo que ha ocurrido en Chile desde el 18 de octubre a la fecha y se refirió a las consecuencias de estos hechos, tanto en el debate político para una nueva Constitución, como también en el debate social en Chile.

DE MENOS A MÁS

-El Gobierno no comparte los informes que han hablado de violaciones sistemáticas de los derechos humanos en Chile ¿Cómo explica esta postura?

 “El Gobierno ha ido evolucionando en su posición. En un comienzo negó las violaciones (de derechos humanos), luego trató de señalar que eran casos aislados, y hoy día está discutiendo si tienen un carácter de sistemático o no. Así es que, evidentemente, después de cuatro informes internacionales, ya nadie tiene duda de que en Chile ha habido un cuadro grave de violaciones a los derechos humanos, y que éstas han sido masivas y repetitivas en el tiempo”.

-El común de las personas relaciona las violaciones a los derechos humanos con dictaduras, ¿Por qué ocurrió en democracia?

“El caso de Chile es un fenómeno bastante particular. Efectivamente, no es común que en una democracia se dé un cuadro de violaciones graves, sistemáticas y generalizadas, y eso es muy preocupante, porque habla de que tenemos una institucionalidad todavía débil, que no es capaz de prevenir y, una vez que éstas se empiezan a producir, no las frena a tiempo. Creo que esa es una de las lecciones que tenemos que sacar como país. Algo aquí ha estado funcionando mal”.

-Eso, a pesar de los informes de organizaciones extranjeras…

 “Claro, y eso es lo que ha llamado la atención del mundo. Se trata de cuatro informes en dos meses de las principales instituciones extranjeras, tanto del mundo privado como instancias intergubernamentales. Algo aquí pasó en Chile que ha preocupado al mundo entero. Parece ser que la democracia no garantiza eficientemente que estas violaciones no se den como ha estado ocurriendo en Chile”.

-A su juicio, ¿este tipo de acciones contra la integridad de las personas se dio a partir del estallido social o desde antes?

 “Venía un cuadro preocupante desde hace tiempo. Había situaciones en que frente a  manifestaciones públicas, la respuesta era represiva por parte de la autoridad. Y eso pasó con el movimiento pingüino en 2006; con los estudiantes el 2011. Lo que no se había dado era la magnitud. Es decir, que esto se diera en todo el país, con la misma magnitud y con el grado de violencia que se ha dado, sin duda es un hecho inédito desde la dictadura”.

-Usted mencionó que esto se produjo porque nuestra institución era débil…

 “Sí, hay por una parte, cómo se ha ido debilitando el acuerdo que teníamos sobre  los derechos humanos en la convivencia democrática. Yo  creo que hace tiempo se veían signos de que los derechos humanos, que parecía estar dentro de un acuerdo muy fuerte, no lo estaba”.

-¿Por ejemplo…?

“El caso de la violencia contra el pueblo mapuche, contra las mujeres, contra los estudiantes secundarios. Por eso digo que había signos. Pero eso no es todo, también se fue horadando el acuerdo del nunca más. En el sentido de que nunca más se iba a producir violaciones de derechos humanos sistemáticas y graves en Chile. De alguna manera, esto también falló y estamos pagando los déficits de la transición” .

 SE BUSCA EL TERROR

 -¿Qué ocurre con la sociedad cuando ve que algunos de los miembros de la comunidad son violentados?

 “Hay una búsqueda de ese temor. Es decir, aquí la apuesta represiva ha pasado por generar temor en la población para evitar que salga a manifestarse. Los arrestos masivos, el uso de perdigones, el exceso en el uso de los gases lacrimógenos, etc., buscan no solo reprimir la protesta, sino también generar terror. También se produce una desconfianza muy profunda en instituciones que son clave para la convivencia. Carabineros, que tiene el monopolio de la fuerza pública, es fundamental para una convivencia democrática y, sin lugar a dudas, la imagen y desconfianza que se ha generado en torno a ellos, es uno de los costos grandes de este período”.

-En lo político, ¿basta que solo haya asumido Andrés Chadwick?

“En un sistema democrático es importante que se asuman las responsabilidades políticas. Habla bien de Chile que en un mes y medio se haya logrado juzgar políticamente al ex ministro del Interior y sancionarlo; que salga el subsecretario del Interior, encargado de seguridad; y que el general a cargo de las Fuerzas Especiales salga. Son señales positivas, porque en un sistema democrático, cuando se dan actos de esta gravedad, hay responsabilidades, aunque uno esperara que estas se asuman a otros niveles como el propio Presidente, pero son las debilidades de nuestra democracia”.

-Considerando todo lo que ha ocurrido, ¿cuál es el desafío entonces?

“La necesidad de generar un nuevo acuerdo en materia de derechos humanos. No hay una acción única. Hay que volver a poner en el centro de la discusión los derechos humanos, volver a ponerlos en el centro de la convivencia. Saber qué ha pasado en este periodo, que se establezcan las responsabilidades, y también las transformaciones legales, institucionales que eviten que vuelva a pasar. Yo creo que hay que apuntar a eso, a un nuevo acuerdo en derechos humanos en nuestro país”.

-Finalmente, ¿cuál es el rol de las universidades en este contexto?, ¿qué destacaría usted?

“A diferencia de la dictadura, el rol que han jugado las universidades en la denuncia de lo que está sucediendo, pero también generando espacios de discusión, generando espacios de convivencia y de comunidad. Creo que las universidades públicas tienen un rol clave que jugar en este momento histórico y me alegra mucho que acá en Valparaíso -como en otros lugares-, las universidades se pongan al servicio de la comunidad”.

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