La megasequía que impacta a la zona central no se bate en retirada

Hasta el viernes 19 [de julio] el total de agua caída en la ciudad de Val­paraíso llegaba a los 77,9 milímetros, de acuerdo a los da­tos del Servicio Meteorológico de la Armada y de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). Menos de la mitad de los 181,1 mm del año pasado a la misma fecha y mucho menos de los 264,1 que marcarían un año normal en la tercera semana de julio.

Para alcanzar ese valor ideal en 2019 se necesitaría que precipi­taran 335,2 mm adicionales de aquí a diciembre y eso parece una posibilidad remota. “Es muy difícil que podamos llegar a ese nivel; las proyecciones son bajas», dice el meteorólogo, oficial de Marina (R) y conocido hombre del tiempo en Canal 13, Gonzalo Espinosa, mientras la Oficina de Servicios Climatológicos de la DMC señala que para el trimestre julio-agosto-septiembre se esperan precipitacio­nes bajo lo normal entre las regiones de Coquimbo y O’Higgins.

La posibilidad es remota, pero no imposible, plantea optimista el geógrafo y experto en Climatología Sergio Erazo, profesor de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y de la Pontificia Universidad Ca­tólica de Valparaíso (PUCV) y ejemplifica con lo que ocurrió el año pasado en Olmué. “Hasta mayo llevaba 60 mm y en junio llegó a cer­ca de 130, pero en julio se produjo una lluvia muy fuerte y superó los 200”, remarca y recuerda también que las dos últimas grandes inun­daciones ocurridas en Viña del Mar y Valparaíso se produjeron en 1984, en el mes de julio, y en la primavera de 1987, en octubre.

“No hay ninguna certeza de que no podamos recuperar” mejo­res niveles pluviométricos, sostiene Sergio Erazo, quien observa que el ritmo de precipitaciones en la zona central del país en general es muy irregular. Ejemplifica esta vez con Chillán, en la Región de Ñuble, que a la fecha tiene 462 mm de agua caída y que en 2018 regis­traba 377,1, aunque en año normal el valor en esa zona a estas altu­ras de julio es de 675 mm.

Los efectos de la megasequía

Pero que esta es la sequía más prolongada de las últimas décadas, aunque en el periodo haya habido años puntuales con superávit de lluvias, constituye un dato definitivo.

La doctora en Meteorología Ana María Córdova, directora del de­partamento de Meteorología de la Universidad de Valparaíso (UV), señala que aunque ha habido periodos críticos de escasez de lluvia en el siglo pasado, como en 1945-1947, 1967-1969, 1988-1990 y 1994-1998, con la excepción de 1997, atravesamos por una megase­quía -término acuñado por el Centro del Clima y la Resiliencia (CR2) de la Universidad de Chile- que es la más extensa en territorio, pues afecta a la zona comprendida entre Atacama y La Araucanía, la de mayor duración -desde 2010- y que provoca un déficit de precipita­ciones entre 20% y 40%”.

“Si vamos más allá, estudios realizados utilizando anillos de ár­boles muestran que esta megasequía es un fenómeno totalmente anómalo dentro de los últimos mil años. Aunque es necesario señalar que hasta el momento ningún año de la megasequía ha experimentado déficits tan marcados como 1968 (cayeron sólo 91 mm en Valparaíso) o 1998 (99 mm)», agrega la experta, quien recuer­da además que la situación ha coincidido con la década más cálida registrada en Chile central, “lo que ha llevado a una mayor deman­da hídrica agravando los efectos del fenómeno»

Desde mediados del Siglo XX

La Oficina de Servicios Climatológicos de la DMC refrenda: “Desde el año 2010 la zona comprendida entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía ha experimentado de forma ininterrumpida un mar­cado déficit de precipitaciones cercano al 30%. Esta sequía tiene la particularidad de ser la de mayor duración y la que más territorio ha abarcado desde mediados del siglo XX”.

Gonzalo Espinosa detalla que del análisis de los datos de las es­taciones ubicadas en la zona central del país, “se puede inferir que este sector está pasando por una de las etapas más críticas en cuan­to a precipitaciones. Desde el año 2010 a la fecha, en que la media anual debiera estar en torno a los 400 mm (Estación Meteorológi­ca Faro Punta Ángeles de la Armada de Chile), solo 2017 superó esa medida con 453 mm anuales».

Los otros nueve años -agrega- las precipitaciones han sido en torno a los 200 y 300 mm anuales, “lo que hace que, en su conjun­to, este decenio sea uno de los más secos continuos de la historia. Para la región, los meses más lluviosos corresponden al trimestre mayo – junio – julio, en que se concentra el 50% de la precipitación anual. Este año llevamos sólo 77 mm, debiendo registrar -a hoy do­mingo- 260,5 mm», de acuerdo a la mencionada estación de obser­vación meteorológica.

Para los expertos en Meteorología y Climatología, el periodo 1967-69 marcó un duro hito para la población de la zona central y sus ac­tividades productivas.

“La sequía del 68 (1967-1969) ha sido la de mayor intensidad y abarcó desde la Región de Atacama hasta la del Biobío. Durante es­te evento, Santiago alcanzó un déficit de 80% mientras que Valparaí­so registró una disminución del 74%”, señala la doctora Córdova.

Sergio Erazo: “Si uno lo mira históricamente, en 100 años hemos tenido periodos más secos que éste. El año 68 cayeron 91 mm y en 1924 la precipitación alcanzó 61. Yo creo que los niveles de hoy se pueden recuperar, aunque ojalá no de una sola vez porque eso po­dría ser catastrófico».

 

 

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