Las universidades tienen capacidades insospechadas, que deben ser aprovechadas al menos desde una doble dimensión. Por una parte, la universidad, en su quehacer propio en los ámbitos de la docencia, investigación, innovación y vinculación con el medio, constituye una atracción para nuevas generaciones de jóvenes y talentos. El fortalecimiento de las instituciones de educación superior, entonces, es una tarea permanente de ellas, de la ciudad y de la región. A la vez, las universidades tienen fortalezas para aportar al desarrollo territorial en los ámbitos sociales, productivos y culturales, a través de la investigación, la innovación, la creación, los procesos de I+D y el emprendimiento.
Dar origen a ciudades universitarias es una tarea que lleva aparejados amplios beneficios en términos de desarrollo local y territorial. Constituye, además, una fortaleza para que la universidad aporte desde su quehacer a generar sociedades del conocimiento, que permitan transformaciones sociales y económicas, que promuevan la igualdad, la inclusión, principios, valores, responsabilidad con la naturaleza y permitan pasar desde economías extractivas a economías basadas en la inteligencia, la creación y la innovación.
La ciudad universitaria es una iniciativa llevada a la realidad en varios lugares del mundo, en cuya visión está el fortalecimiento de las instituciones, el apoyo para que se conviertan en centros de excelencia y que su desenvolvimiento se haga en condiciones óptimas en términos de equipamiento urbano, tecnologías, transporte, seguridad, ornato y coordinaciones interinstitucionales entre las mismas universidades, la ciudad, la región y el mundo.
La necesidad de pasar desde un trabajo aislado a desarrollos coordinados, armónicos y en red es hoy una prioridad para Chile y sus regiones. Las conciencias para ello están cada vez más abiertas, porque existe convicción en que es necesario para dar un nuevo salto al desarrollo.
Una de las formas de abordar este tema con mirada de futuro y de manera integral es acordar un convenio de programación a mediano plazo, con la intervención de los actores involucrados, gubernamentales y sectoriales, públicos y privados, para que pueda dar origen a la ciudad universitaria de Valparaíso, la única de Chile en que sus cuatro universidades se encuentran coordinadas desde hace casi 50 años, a través del Consejo de Rectores (CRUV).
Los anuncios presidenciales del jueves 23 de agosto, en el Muelle Barón, nos permiten fundadamente abrigar la esperanza de la generación de un proyecto reactivador para la ciudad. Esperamos que dicha iniciativa considere hacer que Valparaíso sea verdaderamente una ciudad más atractiva, más habitable y más patrimonial y universitaria.
Patricio Sanhueza Vivanco
Rector Universidad de Playa Ancha
Presidente Consejo de Rectores de Valparaíso
Opinión publicada en El Mercurio de Valparaíso, sábado 25 de agosto de 2018.
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