Destacan legado del Dr. Carlos Böker a 7 años de su muerte

Hoy, 8 de marzo, se cumplen 7 años del fallecimiento del Dr. Carlos Böker Huber, primer jefe de la carrera de Periodismo de la Universidad de Playa Ancha, tras su reapertura en 1991. El Dr. Böker, quien dictó durante años las asignaturas de Introducción al Estudio de la Comunicación y el Periodismo; Historia del Periodismo y Seminario de Periodismo Especializado en Política, principalmente, estuvo vinculado con esta carrera desde sus orígenes, cuando en la década del ‘60 integró el equipo académico que formó a los primeros periodistas titulados en la, entonces, sede Valparaíso de la Universidad de Chile, conjuntamente con Francisco Le Dantec, Renzo Pecchenino, Leopoldo Tassara, Alex Varela, Gustavo Boye y Natalio Pellerano.

La Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en Valparaíso fue creada en 1963 y cerrada tras el Golpe Militar 10 años después. La carrera de Periodismo de la Universidad de Playa Ancha es heredera de esa tradición, desde 1991, cuando se reabre durante la rectoría de Norman Cortés Larrieu, siendo uno de sus principales impulsores y primer jefe, el Dr. Carlos Böker Huber.

Con motivo del aniversario de su fallecimiento, periodistas formados en esta casa de estudios y que fueron sus ayudantes en las asignaturas impartidas, recordaron la experiencia de haber trabajado con él y su legado, destacando su figura humana y académica.

Lleno de mundo

Fabiola Ávila Hernández recordó que “estaba en tercer año de la carrera, en 1998, y el profesor Böker buscaba ayudante para Introducción al Periodismo y para Historia del Periodismo. Me dio la oportunidad y la experiencia de conocer a un personaje lleno de mundo, de pasión por el periodismo y, sobre todo, por hacernos pensar en los hechos informativos con una sublectura entre lÍneas, que dependía del medio en que se publicaba: tendencia, valor de la verdad, expresar aquello que es noticia pero con una visión siempre sesgada, producto de la tendencia del canal de difusión. Aprendí eso, pero también a hacer la pega ingrata de la revisión de pruebas, completar actas y, sobre todo, manejo de aula”.

Asimismo, contó que “conocí a Leopoldo, su gran danés de pelaje atigrado; a la Carmila y la Milarka, sus bellas gatas. Compartí tertulias, risas y mucho respeto por la profesión. Para mí, Carlos Böker Huber sigue en mis pensamientos y sus palabras resuenan. “El Mercurio miente”, decía, y hoy nadie discute que esa frase corre para varios”.

Esencialmente un ser generoso

Macarena Orroño fue su ayudante en las asignaturas de Introducción al Periodismo y Políticas de Comunicación, a comienzo de los 2000. Al respecto, sostuvo: “Carlos Böker era esencialmente un ser generoso, compartía sus infinitos conocimientos académicos con quien quisiera recibirlos. Era un hombre justo y valiente, que peleó a través del arte contra la dictadura, también se encargó de que los sueños de quienes estábamos cerca no se quedaran en el espacio de los anhelos individuales, sino que el propósito fuera colectivo a través de la reflexión y del cuestionamiento del orden establecido”.

Agregó que “le molestaba la injusticia, la mezquindad y la pequeñez humana, en eso era tremendamente poco tolerante, como a su vez era feliz y vibraba con un amanecer y con la llegada de la primavera. No puedo hablar de Carlos Böker solamente desde el punto de vista académico, porque Carlos era integral, no puedo hacer la separación entre Carlos el profesor y la persona, era un todo, cada conocimiento que entregaba, cada palabra y reflexión reflejaba su humanidad, contenía su sello construido a través de múltiples vivencias, inverosímiles (pero ciertas) algunas de ellas”.“Esta trayectoria era realmente atractiva y enriquecedora para los estudiantes de periodismo, fue un aporte real tanto para la carrera de Periodismo como para otras carreras, por ejemplo las de Traducción, ya que como sabemos dominaba a la perfección varios idiomas y dialectos. Creo que la Universidad de Playa Ancha tuvo entre sus académicos a una eminencia y a un ser humano excepcional”, concluyó.

Sus clases eran un viaje y él el capitán

Vanessa Mondaca Cotrozo, en tanto, contó que entró a la Universidad de Playa Ancha a estudiar Periodismo en marzo de 1998, “hace exactamente 20 años, y la primera clase fue Introducción al Periodismo con el profesor Carlos Böker. Transcurrida la primera media hora de escuchar su clase, inmediatamente me di cuenta de que había elegido correctamente y que ése era el lugar para mí”.

“En el segundo semestre, estuvo a cargo del ramo Periodismo Interpretativo y confirmé que el periodismo era mi camino. Las clases del profesor Böker nos invitaban a pensar, a cuestionar lo que dábamos por sentado, a reflexionar acerca de lo que pasaba más allá de nuestras fronteras y a conectarnos con el mundo. Asistir a sus cátedras era como emprender un viaje donde cualquier cosa podía ocurrir y donde él era el capitán del barco. Poco a poco comencé a conocer a Carlos la persona, más allá del profesor, y construimos una relación de amistad muy cercana, donde él fue una especie de guía para mí. Su personalidad, sus experiencias y vivencias fueron muy inspiradoras y, a pesar de que no siempre seguí sus consejos, al pasar los años le encuentro cada vez más sentido a nuestras largas conversaciones en torno a una taza de té caliente, con su música docta de fondo”, reflexionó.

Para ella, “ser su ayudante en ambas cátedras, años después, fue una tremenda experiencia, porque siento que pude aportar en los temas administrativos que él tanto detestaba y me permitió trabajar con él desde la otra vereda.

Siento que gracias a Carlos pude encauzar y madurar mi mirada crítica de la sociedad y del rol que cumplen los medios de comunicación. Él, de alguna forma, frenaba mi ímpetu juvenil, pero al mismo tiempo me ayudó a construir argumentos y reflexiones que me han servido tanto en mi vida profesional como personal. Hoy, cuando se cumplen 7 años de su fallecimiento, puedo decir que sin duda Carlos Böker fue un tremendo aporte al desarrollo del periodismo, no sólo local, sino también nacional. Un verdadero artista y un hombre que dejó un gran legado en los estudiantes que tuvimos la oportunidad de presenciar sus clases y en los amigos que tuvimos el placer de disfrutar de su preciada amistad”.

Un gran ser humano

Felipe Venegas San Martín, actual profesor del área de Ciencia Política de la carrera, fue su ayudante también a comienzos de los 2000, en las asignaturas de Introducción al Estudio de la Comunicación y el Periodismo e Historia del Periodismo, “que dictaba puntualmente los días lunes a las 8 de la mañana a primer año”.

“Desde mi ingreso a la Universidad –recordó- tanto yo como mis compañeros nos deslumbrábamos con la amplia y profunda cultura de Carlos, así como con su historia personal fecunda en anécdotas que se encargaba de relatar con particular gracia y sarcasmo. Carlos Böker nos hacía sentir unas veces como sentados en el Pireo escuchando a un filósofo griego, en otras en algún salón ilustrado pensando en los grandes ideales románticos, o en una taberna porteña contándonos las más recónditas historias. Esa era la formación que entregaba, aquella que como nos decía con frecuencia “Un periodista debe conocer, probar y vivir todo lo posible”.

Contó que “como ayudante conocí otra faceta del maestro, aquella de la “elegante exigencia”. La ayudantía se transformaba en largas divagaciones los días sábado en su casa, aquel lugar mágico cohabitado con el arte, los libros y sus perros. Luego de la conversación, Carlos se levantaba de su sitial cual monarca versallesco y escogía un libro de una de sus bibliotecas, y ese se transformaba en el tema central de la conversación del sábado siguiente. Para él, un académico debía ser ante todo una persona culta, con una perspectiva holística del conocimiento; aquella cultura académica que hoy pareciera enterrada por la inmediatez y los indicadores”.

“Carlos es recordado y reconocido como un gran intelectual, por cierto; pero en mi recuerdo siempre será ante todo un gran ser humano”, expresó.

Lo bello de cada cosa

En este aniversario, también quiso recordarlo quien fue una cercana colaboradora del profesor Böker, Roxana González Gómez, secretaria de Vicerrectoría Académica, quien destacó “lo hermoso que él fue como persona, como amigo, como educador. Siempre fue un hombre generoso, muy amoroso, sencillo, divertido y muy preocupado del medio, de sus animales, de sus plantas, de sus seres cercanos. Tengo hermosos recuerdos de él, con él, y la persona que soy ahora es en gran parte gracias a sus enseñanzas”.

“Siempre ha estado presente en nuestro día a día, aprendí de él a observar lo bello de cada cosa, lo hermoso de la música, del viento, de nuestro entorno, y, obviamente, a no tomarse las cosas tan en serio. Don Carlos siempre estará en nuestras mentes y corazones”, afirmó.

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