María José Maturana Otey, lleva aproximadamente ocho años trabajando en nuestra universidad, es asistente social, y a partir del 13 de marzo, es la nueva encargada de la Unidad de Inclusión Universitaria.
¿Respecto de su experiencia en esta área, qué nos puede decir?
La verdad, experiencia en esta área tengo muy poca, aunque igualmente apoyaba a la encargada anterior, Fernanda Ramírez Montecinos, en algunas actividades de inclusión, siempre me había llamado la atención lo que se realizaba en la universidad en este sentido y trataba de apoyar en lo que más podía en las actividades que realizaban. En vista de eso, creo que las autoridades de la universidad se fijaron en eso, en mi personalidad y pensaron en mí para cubrir este puesto.
Al principio estuve un poco complicada porque Fernanda era una gran profesional y tenía temor de no poder abarcar todo lo que ella hacía, pero en definitiva me dieron el apoyo y estoy trabajando para demostrar que soy la persona indicada para sacar adelante la unidad y responder de la mejor manera a la responsabilidad que se me entregó.
Uno de los casos más emblemáticos de inclusión que ha salido en varios medios de comunicación es el de Constanza, una estudiante con discapacidad auditiva del campus San Felipe, ¿Cómo se gestionó el apoyo que le ha permitido asistir a clases?
Desde de enero se sabía que esta estudiante se había matriculado en el campus San Felipe y en el período de receso universitario (vacaciones) me fui con esa inquietud.
Me preguntaba cómo la universidad iba a asumir el tema del intérprete. Como vivo en la comuna de La Cruz, cercana a la comuna de Quillota, empecé a gestionar algo en el verano, a conversar con algunas personas de este municipio, específicamente con la encargada del Centro de Apoyo Integral para Personas con Limitación Visual de Quillota y a través de ella se pudo gestionar el contacto con la oficina de discapacidad de esa comuna. Luego, el coordinador del campus San Felipe de la carrera que estudia Constanza, Educación Diferencial, académico Andrés Gil, también había hecho una gestión aparte. Ambas gestiones llegaron a buen puerto y se pudo pagar la intérprete en lengua de señas que Constanza necesitaba.
Realicé una visita al campus para conocer a Constanza y a otros estudiantes en situación de discapacidad, además de colaborar en la contratación de la intérprete. Cabe destacar que la oficina de discapacidad de Quillota gestionó también un software que traduce textos destinado a esta estudiante.
¿Qué otras iniciativas se encuentra desarrollando actualmente la Unidad de Inclusión Universitaria?
Hicimos una alianza con el Hospital El Salvador para trabajar con estudiantes voluntarios, en dos etapas. Una en el sistema ambulatorio y también para quienes están internados en el hospital. Hay más de 50 estudiantes inscritos como voluntarios para participar, se les reconoce como asignatura de competencia sello. La capacitación para el segundo grupo de voluntarios se realizará a fin de mes. No se trata de una intervención psicosocial, ni terapéutica, la idea es que los estudiantes trabajen en diferentes talleres con los pacientes, es decir, ellos impartan talleres: guitarra, pintura, comics, en fin, de acuerdo a sus respectivos talentos, ellos enseñan estas artes a los pacientes.
También la Unidad de Inclusión se hizo un convenio con la institución AVANZA. Esta institución atiende jóvenes con síndrome de Down, quienes están como estudiantes en práctica en la Biblioteca Central. Actualmente, tenemos a Daniela Berbelagua, quien es la tercera niña que realiza esta pasantía. Vienen dos veces a la semana por un período de 10 semanas. La idea es que esta iniciativa se replique en otras unidades de la universidad. Daniela se desempeña en la unidad de Gestión de Colecciones. Antes estuvieron Katalina Peña y Camila Mansuy, todas apoyadas por estudiantes y funcionarias quienes les enseñaron su trabajo.
Además, este año, queremos comenzar con un curso de lengua de señas para los funcionarios del campus San Felipe y
también está contemplado un curso de braille.
También activaremos varios convenios que firmamos el año pasado, entre ellos, la capacitación que hizo al personal de Metro Valparaíso. Debemos realizar, asimismo, la señalética de la calzada para estacionamientos exclusivos para discapacitados y el ascensor en construcción en la casa central, debiese estar terminado en julio de este año.
¿Cuál es su principal desafío para este año?
Bueno, en primer lugar para mí, es el proceso de adaptación, de asumir el cargo es el desafío más importante que tengo. También el lograr que la comunidad universitaria se involucre más respecto de los estudiantes de inclusión, especialmente los académicos, para que asuman, realmente, que existen estudiantes con discapacidad, a quienes no hay que tratar diferente, sino que apoyarlos. Por eso es importante para mí, por lo menos en este año, lograr capacitar a los profesores con respecto al desafío que implica la inclusión.
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