Tras más de 50 años en conflicto, el Gobierno de Colombia y las FARC llegaron a un histórico acuerdo de paz que considera, entre otros aspectos, el cese del fuego bilateral y definitivo.
Fue testigo de una parte de esta historia -que ha dejado miles de muertos, detenidos y desaparecidos- el periodista francés, Roméo Langlois, quien por una década cubrió las acciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia siguiendo la voz de los familiares de “prisioneros de guerra” y de los propios líderes de la guerrilla.
El corresponsal de France 24 visitó la Universidad de Playa Ancha para mostrar el documental que da cuenta de las horas previas a su secuestro por las FARC y conversar con los integrantes de nuestra comunidad sobre esta experiencia.
En la sala de Alta Demanda, Roméo Langlois presentó su documental “Colombia a balas reales”, que se transformó en una pieza única de 26 minutos que da cuenta de un operativo antidrogas para desbaratar y quemar laboratorios clandestinos, realizado el 28 de abril de 2012, y que concluyó con la muerte de cuatro integrantes de la Brigada contra el Narcotráfico y con el secuestro por 33 días del propio periodista.
Cabe destacar que por este trabajo audiovisual recibió el premio Albert Londres, uno de los galardones de periodismo más importantes de Francia.
33 días detenido por las FARC
“Es por lejos la experiencia más difícil que me ha tocado vivir como periodista. Estuve 10 años como corresponsal de varios medios franceses en Colombia cubriendo, entre varios temas, los casos de secuestros en donde conocí a decenas de familiares de detenidos por las guerrillas. Después de 10 años me tocó a mí vivirlo, eso fue bastante insólito.
Cuando corto la grabación, mi primera preocupación fue salvar mi vida y las tarjetas de memoria que contenían las imágenes, porque sabía del valor que tenían para la gente que no conocía cómo es la guerra en Colombia.
Estuve preso 33 días en la selva, ellos sabían de mi trabajo por lo que se generó cierta confianza, porque no me amarran y luego me devuelven las imágenes porque entienden que un documental les sirve porque demuestra que la guerrilla sigue activa y existe. Puesto que el ejército colombiano y el gobierno llevaba ocho años diciendo que habían acabado con la guerrilla.
Por ello ,me devuelven la libertad y me entregan a una Comisión Humanitaria. La prensa colombiana reaccionó histérica ante mi liberación, ya todos me conocían y había perdido mi posición de bajo perfil por lo que aproveché de dar mi impresión personal sobre el conflicto colombiano, dando a conocer aspectos que todos pensaban pero que no se atrevían a decir en voz alta porque la prensa local está dominada por varios grupos económicos oficialistas.
Mis dichos generaron mucho revuelo y la sociedad se dividió, hubo mucha gente que me apoyó y otros que me criticaron.
Desde Francia tuve el apoyo de un grupo de colegas que hicieron las gestiones para acercarse a la guerrilla, a la embajada y especialmente para manejar las relaciones con la prensa. Mientras estuve detenido fueron momentos muy tensos, porque una inapropiada declaración podría haber aumentado mi cautiverio, aspecto que mis colegas cautelaron muy bien, lo que facilitó mi entrega.
Fueron 33 días en la selva, con una herida de bala en mi brazo, pero no fue tan dura como lo ha sido para otros prisioneros. Ellos me cuidaron muy bien porque estaban interesados en que contara y mostrara las imágenes de las guerrillas en acción”.
Contexto del conflicto desde el punto de vista territorial, social y económico
“Han invertido muchísimo dinero para intentar desarticular las redes del narcotráfico a través de la opción militar, la represión y la destrucción de laboratorios, pero el precio de la cocaína sigue igual, el flujo de cocaína desde el sur hacia el norte del continente sigue exactamente igual, a pesar de todo esto.
El reportaje buscaba entender por qué esta guerra contra las drogas es un fracaso absoluto y por qué hay personalidades, académicos de América Latina que intentan hacer presión para decir a Estados Unidos, a la Organización Naciones Unidas (ONU) y a occidente intentemos encontrar un nuevo modelo, una nueva manera de luchar contra el fenómeno del narcotráfico, la violencia y la corrupción generalizada”.
Contrabando de armas
“En México ha sido bastante evidente, los flujos de cocaína suben hasta el norte y las armas producidas y vendidas en Estados Unidos van a México. Hay una inmensa crítica de los mexicanos hacia los Estados Unidos, que criminaliza el narcotráfico, pero al mismo tiempo las armas de guerra las venden legalmente y facilitan su paso por la frontera.
Ahí uno se da cuenta que las rutas de la cocaína son exactamente las mismas que las de las armas. Los flujos de armas, especialmente los fusiles de guerra, llegan de Estados Unidos, China, Medio Oriente, Venezuela, entre otros países.
El tema de la droga genera mucho dinero, así que el narcotraficante necesite tener dominio y control del territorio y para eso necesitan armas”.
Posición del gobierno de Colombia frente a las armas
“Ha tratado de restringir y controlar el tráfico de armas, pero es sumamente difícil primero por la extensión territorial de Colombia que considera más de mil 500 kilómetros de frontera con los países vecinos, luego por la corrupción que es muy alta, que permite que redes mafiosas corrompan a militares, policías y autoridades aduaneras lo que facilita el ingreso de armas y la salida de la coca del país, lo que dificulta controlar este fenómeno”.
Lucha armada contra el narcotráfico está fracasada
“Esta situación no solo afecta a Colombia sino que también a Perú, Ecuador, Bolivia y México. Yo estoy estudiando este tema desde el 2000 y uno nota que la represión contra el narcotráfico no acaba con él sino que desplaza estas redes y la producción a otros lugares.
Existe una alta producción de coca en los campos, debido a que se ha transformado para muchos campesinos en una economía de sobrevivencia. Muchos campesinos se adaptaron y comenzaron a producir a pequeña escala, en lugares difíciles de pesquisar, y al mismo tiempo las redes del narcotráfico se fueron a otros países como Perú y Bolivia para aumentar e incentivar el narcotráfico.
Esa es otra prueba que la represión no está funcionando. A pesar de la inversión de más de mil millones de dólares en contra del narcotráfico en Colombia entre el 2000 y el 2010, en el marco del Plan Colombia”.
Respecto a nuevas estrategias para enfrentar esta situación
“Son muchos quienes intervienen para terminar esta situación. Me ha tocado hablar con gente de gobierno, dirigentes sociales, campesinos, narcotraficantes, líderes de la guerrilla, representantes de entes internacionales y todos ellos plantean que es imposible terminar con la coca mientras haya demanda.
Lo que me llamó la atención es que muchas personas están de acuerdo en no acabar con el tráfico de drogas porque consideran que es imposible acabar con el tráfico, la producción y la demanda de drogas.
Ellos planteaban que la única manera es legalizar o despenalizar el consumo, producción y comercialización, pero esa es una visión revolucionaria que ningún gobierno se atrevería a ejecutar.
Otros plantean la necesidad de regular el mercado, el mercado debería apoderarse del tráfico, regular la producción, poner un impuesto sobre la droga. Hay políticos de todas las tendencias, incluso Milton Friedman (creador del neoliberalismo) decía que la droga debía ser considerada como un bien igual que el alcohol y el tabaco. Por otro lado, los economistas dicen que la represión y la criminalización de esta actividad genera que los costos de producción se disparen. Y cuando eso pasa las mafias buscan apoderarse del negocio y la gente se mata por controlar el narcotráfico, pero ahí estamos hablando a nivel mundial serían opciones que se están evaluando en varios países.
De hecho en Estados Unidos, en muchos estados están legalizando el consumo, venta y producción de marihuana y eso ha generado la creación de nuevas industrias y la recaudación de mucho dinero para los gobiernos estatales por concepto de impuestos.
Entonces, hay muchos modelos distintos, pero una situación tan macro como es el narcotráfico solo se puede hacer en el marco de una negociación internacional donde los Estados Unidos y países europeos tendrían que liderar este proceso de búsqueda de soluciones de este problema. Hay que definir cuáles son o serían los costos y beneficios de una posible legalización. También habría que estudiar el rol de los paraísos fiscales, especialmente de Panamá y de muchas islas del Caribe, donde las mafias lavan el dinero del narcotráfico y conocer cuál es la relación entre muchas empresas del continente que también participan en el blanqueo de las utilidades del narcotráfico.
Se trata de una revolución económica, política y también moral porque para muchas personas no les será fácil asimilar que el Estado piense en legalizar drogas, aunque lo está haciendo.
No estoy diciendo que se deba legalizar sino que sé de muchas personas que están planteando el tema de esta manera”.
Campo colombiano y narcotráfico
“La producción de coca en el campo colombiano es una economía de guerra, son zonas selváticas y de montaña bastante extensas, muy retiradas, sin conexión vial donde predomina una economía débil y la presencia eminentemente militar que controla la zona.
En este tipo de territorios y condiciones para los campesinos sembrar coca es la única forma de ganar dinero.
Las carreteras no permiten que la producción normal de maíz, frijoles y frutas sea vendido en los pueblos aledaños, lo que llevó a una transformación del campo colombiano que actualmente forma parte de un problema social.
Con este contexto, los gobiernos han impulsado una reforma agraria que procura que los campesinos puedan convertirse en dueños de sus tierras y las produzcan. Sin embargo, el narcotráfico ha generado una contra reforma agraria donde se han establecido verdaderas oligarquías rurales que se han hecho de las tierras, han usado las milicias paramilitares para desplazar a los campesinos y han establecido feudos donde lavan el dinero de la coca y mantienen el control total de la zona.
Puede que haya una paz entre el Estado colombiano y las FARC, pero va a seguir habiendo coca, generando utilidades, por lo que la guerra va a seguir. Realmente es un problema macro que una respuesta solo local puede que ayude pero nunca va a ser suficiente para solucionar la desigualdad social y la violencia”.
La visita de Langlois fue posible gracias al apoyo del cónsul de Francia en Valparaíso, Quentin Sonneville, y de distintos estamentos de la universidad como el Sistema de Bibliotecas, Galería CreArte, Dirección General de Comunicaciones, Dirección de Vinculación con el Medio, UPLA TV, Facultad de Ciencias Sociales y la cátedra de Animación e Ilustración de la carrera de Diseño Gráfico de la Facultad de Arte.
UPLA.cl
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