Aniversario de Valparaíso

Se cumplen 480 años desde la llegada del español Juan de Saavedra a las costas de Valparaíso, motivo más que sufi­ciente para rendir un homenaje a sus habitantes e instituciones. Valparaíso es Patrimonio de la Humanidad, título má­ximo que otorga la Unesco a sitios que se distinguen por cier­tas características únicas.

Valparaíso es el resultado de una historia humana, social, eco­nómica, cultural y política increíble. Evolucionó de ser una caleta minúscula y pobre a ser en el siglo XIX una de las ciudades más activas y atractivas de la costa del Pacífico Sur. Valparaíso ha sido la ciudad chilena que atrajo a más extranjeros, conformando y transformando barrios y arquitectura, generando una suelte de crisol multicultural que ha impactado en su carácter y personalidad. Atrajo también a intelectuales, artistas, académicos, políticos, exiliados, inversionistas y em­prendedores, siendo durante muchos años la ciudad más pujan­te del país, con una notable actividad económica, social y cultu­ra, transformándose en uno de los mejores lugares para vivir.

La historia del siglo XX muestra auges y declives. Las crisis mundiales, las crisis políticas, los cambios en las rutas oceáni­cas, los embates de la naturaleza, la apertura del canal de Panamá y la crisis mundial de 1929, marcan con fuerza signos de decadencia. Valparaíso se comienza a asociar a la pobreza, a la emigración de las elites, a cierto estancamiento y al paso des­de una ciudad de residentes productora de bienes y servicios a una ciudad de tránsito. Han influido negativamente también los procesos de creciente centralización política y económica.

El siglo pasado tuvo, sin embargo, la virtud de generar un conjunto de instituciones de educación superior. Nacen uni­versidades que ganan prestigio y tradición y que generan un polo de atracción de talentos del país y del extranjero. Miles de alumnos, de académicos, investigadores, innovadores, crea­dores y transformadores, constituyen un capital inmenso pa­ra el desarrollo de la región.

Valparaíso está indisolublemente ligado al mar y la ciudad crece mirando el océano. Hay aquí una relación sentimental y estratégica que es necesario comprender antes de intervenir y concretar proyectos de infraestructura en el borde costero. Se hace necesario facilitar la recuperación del patrimonio y adop­tar algunas medidas como es instalar una oficina del Consejo de Monumentos Nacionales en Valparaíso, como también otor­gar una gobernanza a este fascinante anfiteatro, armonizando los desarrollos portuarios con el carácter patrimonial de la ciu­dad, respetando y valorando la declaratoria de la Unesco.

A quienes transitan por el camino de transformar a Valpa­raíso en un polo de desarrollo del conocimiento, de las indus­trias creativas y culturales, de la puesta en valor del patrimo­nio, del desarrollo de servicios de excelencia, de impulsar una ley especial para la ciudad y a la conformación de una verdade­ra ciudad puerto, vaya nuestro reconocimiento en estos 480 años desde su descubrimiento.

 

Columna del rector Patricio Sanhueza en El Mercurio de Valparaíso, domingo 10 de abril de 2016.

 

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