Protagonistas de la reforma a la educación superior definen siete puntos «intransables»

Mercurio100116En marzo comenzará la tramitación de la reforma a la educación superior, iniciativa emblema del Gobierno que promete cambiar radicalmente la institucionalidad, el financiamiento y los objetivos del sistema.

Pero el proceso ha estado marcado por los cuestionamientos de algunos actores sociales por la falta de conocimiento sobre la reforma. Por ejemplo, el rector de la U. de Concepción, Sergio Lavanchy, critica que «no se conozcan los lineamientos medulares» del proyecto.

Ante esto, siete actores sociales hablaron con «El Mercurio» sobre lo bueno y lo malo de los cambios que se han sugerido, y proponen sus puntos «intransables» para la discusión.

1 Que se evite un «mercado de la educación»

«La reforma en educación superior ha contribuido a instalar en el país una discusión pública que reivindica a su vez el sentido y el valor de la política», dice Aldo Valle, vicepresidente del Consejo de Rectores (CRUCh) y rector de la U. de Valparaíso.

En esa línea -explica Valle-, la bandera irrenunciable del CRUCh será que en la reforma «no se desfigure lo público. Esto significa evitar que se consolide un mercado de la educación superior que reproduzca el tipo de adjudicación de recursos que se aplica en el sistema escolar».

Según Valle, este objetivo se alcanzará reconociendo «las diferencias cualitativas de las instituciones de cara al cumplimiento de fines públicos».

2 Que el nuevo sistema «desarrolle al país»

No transarán en la búsqueda de mejoras para los planteles públicos. Así lo afirma el presidente del Consorcio de Universidades del Estado (Cuech) y rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, quien dice que se quiere construir «un sistema de universidades públicas definido a partir de su rol motor para el desarrollo de las regiones y del país».

A su juicio, la mayor dificultad para esto es «convocar al conjunto de la sociedad chilena a un gran intercambio de ideas».

Y agrega que lo mejor de la reforma es «la gratuidad, incluyendo el peligro de subsidio a la demanda, lo que hace más interesante la reflexión».

3 Que se reconozca el aporte de las Ues privadas

El presidente de las universidades privadas del Consejo de Rectores (G9) y rector de la U. de Concepción, Sergio Lavanchy, coincide con el Gobierno en que es necesario una reforma. Pero advierte que cualquier cambio debe considerar el aporte que han hecho los recintos privados.

Por eso, le preocupa que en los borradores del proyecto se vea una «simplificación que se hace en la categorización de las universidades entre estatales y privadas», lo que no contribuye a definir reconocimientos a planteles «que tradicionalmente han sido valorados por su sentido de lo público».

4 Que el modelo tenga «calidad y pertinencia»

A juicio de Gonzalo Vargas, presidente de la agrupación de planteles técnicos Vertebral y rector de Inacap, el eje central de la reforma «debiera ser la calidad y la pertinencia del nuevo sistema», dos elementos que, según él, no están en la propuesta y que ellos impulsarán este año.

«No observamos que la calidad sea un tema que esté tratado ni que haya objetivos verificables para ver si estos cambios se van a cumplir o no», afirma.

5 Que se respete la diversidad de proyectos

El presidente de la Corporación de Universidades Privadas (CUP) y rector de la U. Santo Tomás, Jaime Vatter, dice que este año defenderán «la diversidad de instituciones que tiene el país, ya que es algo positivo, y tiene que ver con la autonomía de las instituciones».

Esto quiere decir que «no se puede imponer un modelo único de instituciones ni se debe obligar a todas las universidades a ser complejas».

Y agrega que el proyecto debe contener mecanismos de apoyo para que las universidades puedan acreditarse, «porque esto es algo que a algunos planteles se les hace cuesta arriba».

6 Que el sistema tenga una planificación

Para los estudiantes de la Confech, no basta con diseñar un buen sistema de educación si este no contiene una planificación nacional. La vocera de la organización, Camila Rojas, explica que «actualmente hay mucho cesante ilustrado, o jóvenes que no trabajan en lo que estudian, o estudiantes endeudados, y eso no puede seguir sucediendo luego de la reforma».

Agrega que «el hecho de que se expanda el acceso no asegura necesariamente la calidad de vida», por lo que «el sistema debe responder a un norte, y no a intereses de instituciones».

7 Que se usen criterios justos

La vocera de la Ofesup -estudiantes de planteles privados-, Sascha Hannig, dice que este año «se quiso beneficiar a estudiantes según si estaban o no en el CRUCh», por lo que buscarán que las condiciones del proyecto sean «más justas», para beneficiar realmente a los estudiantes más vulnerables.

 

Información publicada por El Mercurio, domingo 10 de enero de 2016.

 

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