Voz respetada y reconocida en el ámbito educacional chileno, el Dr. en Filosofía y Ciencias de la Educación, Juan Eduardo García-Huidobro, fue el encargado de inaugurar el Diplomado en Formación Pedagógica de la Universidad de Playa Ancha.
Tras la “Revolución pingüina” de 2006 presidió el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, y entre sus múltiples estudios nacionales e internacionales ha sostenido una marcada línea de investigación sobre política educativa centrada en temas de justicia y democracia.
Ante los académicos de la UPLA su discurso se enfocó en los “Desafíos de la formación docente en Chile, hoy”, identificando los nuevos contextos sociales, tecnológicos y económicos, que exigen al profesor una permanente adaptación a los requerimientos de sus estudiantes y del entorno.
Frente a estos escenarios dinámicos, también planteó una propuesta para la formación de profesores, durante el evento organizado por la Unidad de Mejoramiento Docente y el Convenio de Desempeño en Formación de Profesores.
“La tarea de enseñar, de formar personas, de comunicar saberes que permitan aprendizajes que se dupliquen, posibilitando su incorporación en la sociedad se hace más compleja frente a los nuevos escenarios de la profesión docente como la globalización, las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), y el nuevo capitalismo”, precisó el Dr. García-Huidobro.
Vivir en una sociedad globalizada -dijo- depende del conocimiento, la información, la rapidez y amplitud del cambio. “Las sociedades actuales se definen más por su dinámica y su mudanza, lo que genera un estado de incertidumbre y desprotección. Esta experiencia se vive en soledad, aislando y dividiendo a las personas. Sus vínculos se debilitan, con lo que aumenta la desconfianza”.
Expresó que la educación es una exigencia de la globalización, “para mejorar las condiciones productivas de las personas en economías cada vez más intensivas en el uso del conocimiento, y para prepararlas mejor a enfrentar las incertidumbres derivadas de la globalización”. Agregó el profesional, “los profesores debemos tener la capacidad, entones, de proveer herramientas para que los estudiantes se sitúen en el mundo con capacidad de manejar, entender y discriminar la información, junto con ayudarlos a buscar nuevos caminos”.
El mundo se achicó
Con las TICs los saberes se socializan con velocidad. Las distancias y los tiempos de búsqueda de información se acortan, “el mundo se achicó, sin embargo, hay personas que no se sienten insertas en este escenario. Cómo les enseñamos a los jóvenes a convivir en estos contextos en los cuales están creciendo y en donde aprenden de manera muy distinta a como aprendieron sus actuales profesores”, preguntó el expositor.
“La globalización que tenemos tiene una clara hegemonía de lo económico, lo que ha transformado los mercados y con ello a nuestras sociedades, la educación y el rol del Estado. Es fundamental preguntarse en qué sociedad estamos y en cuál estaremos cuando salgan a ejercer los estudiantes que estamos formando”.
Punto crítico y propuesta
Para el relator no cabe en ninguna lógica de formación profesional, que exista una desconexión de los formadores de profesores con el sistema escolar. “Lo normal hoy es que quienes enseñan en las facultades de educación, dejaron hace tiempo de trabajar como profesores de niños y jóvenes”.
García-Huidobro propone, luego, que la formación docente en Chile debiera considerar una formación general, una dual (experiencia laboral) y una profesional.
“La única manera de generar profesionales capaces de aprender y redefinirse, a medida que cambian los desafíos de
la profesión, es dotar a quienes se forman como profesores de una cultura general amplia y sólida, que les permita aprender de modo constante y con cierta autonomía, ser reflexivos, analizar la realidad en su evolución, discernir y tener juicio ético”. Lo anterior supone, como base, dominar un conjunto de lenguajes (lengua materna, matemática, inglés y las TICs).
La formación dual exige una vinculación con el mundo escolar. “La práctica no es solo la aplicación de un conocimiento previo, ella es un lugar de aprendizaje para el futuro profesional. Los saberes disciplinares y pedagógicos son necesarios, pero hay destrezas que solo se aprenden en la acción. El aprendizaje de la educación debe darse donde la educación ocurre”.
Respecto de la formación profesional manifestó que hay que asegurar el conocimiento profundo y especializado de la disciplina que se enseñará, pero también debe fortalecerse la formación psicológica y social de los futuros maestros, para que sepan cómo enseñar esos saberes a sus futuros estudiantes. Con urgencia se debe potenciar este aspecto en la Educación Parvularia y Básica.
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