¿Qué elementos debe considerar el profesor para que los niños aprendan mejor, para que aprendan de acuerdo a su biología? La respuesta se encuentra en las neurociencias, afirmó la académica Claudia Donoso Rioseco, durante una jornada de trabajo con estudiantes y profesoras de la carrera de Educación Parvularia de la Universidad de Playa Ancha.
Según Wikipedia, las neurociencias «son un conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura y la función, el desarrollo de la bioquímica, la farmacología, y la patología del sistema nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la conducta».
Claudia Donoso lo explica de forma más atractiva para los profesores: «Las neurociencias son el conjunto de ciencias que nos permiten comprender cómo funciona y aprende el cerebro, que es el órgano del aprendizaje, y así nos dan herramientas súper potentes a los profesores para llegar al aula y comprender mejor al Felipe, a la Susana, a la Juanita… especialmente a los chiquillos que son un poco disruptivos en conducta».
Durante el seminario taller en la UPLA, la profesora destacó cinco funciones cerebrales de orden superior: aprendizaje, lenguaje, memoria, predicción (la capacidad del cerebro para anticiparse a lo que viene) y creatividad.
Se trata de elementos generales que todo docente debería ser capaz de manejar para llevarlos a la sala de clases, por lo que en este aspecto centró su presentación ante las futuras parvularias egresadas de la UPLA.
«Y lo esencial que hemos hablado es que todo aprendizaje se construye desde el afecto», agregó. «Para que lleguemos a desarrollar un pensamiento de homo sapiens sapiens, la capacidad que tenemos, tiene que ser desde el afecto a la cognición. No hay nada que tú aprendas que no esté dentro del campo de afecto».
«LO PRUEBO TODOS LOS DÍAS»
Claudia Donoso es educadora de párvulos con mención en Música, diplomada en Metodologías y Habilidades Docentes y Magister en Educación con mención en Evaluación. Actualmente, es directora del Magíster en Neurociencias aplicadas a la Educación Infantil de la Universidad Finis Terrae.
«Yo no soy neurocientífica», aclara, para agregar que «soy educadora de párvulos y he estudiado neurociencias por muchos años… Llevo trabajando 30 años en un jardín infantil y pruebo esto todos los días y resulta. Entonces, como resulta, voy por el planeta contando esto y despertando un poco el interés de los profesores, de los estudiantes en este caso, para formarse en neurociencias. Porque es casi una varita mágica, sin ser magia; es simplemente un respeto a la naturaleza humana desde la biologia».
La aclaración que hace es de gran importancia porque, como explica, «el neurocientífico no entra al aula, entonces no puede decir ‘esto ocurre’. Yo le puedo decir a las chiquillas ‘gran parte de nuestra corteza cerebral es visual; por lo tanto, es súper importante dar espacio y buscar espacio para mirar a los ojos a los niños’ «.
En Educación Parvularia de la UPLA no existe la neurodidáctica, aunque sí se tocan las neurociencias desde una de sus líneas, la neurobiología o neurofisiología.
Pero Claudia Donoso hizo algo más que presentar su visión de las neurociencias a las estudiantes de esa carrera. También las alentó a asumir la importancia del rol tan significativo que tiene la profesión docente en la sociedad. «Ha sido muy bonito trabajar con ellas, porque siento que he generado este ‘pecho de paloma’, en cuanto a decir ¡qué importante es lo que tengo que hacer!», concluyó.
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