Como parte de sus prácticas sociales, los participantes de la Escuela de Cuenta Cuentos de la Universidad de Playa Ancha pusieron en ejercicio las herramientas obtenidas a lo largo del curso, logrando cautivar a un público poco habitual, como son las niñas y niños del Centro de Estudios y Capacitación para Sordos de Valparaíso (Cecavoc), donde los cuenta cuentos mezclaron lo didáctico del cuento con lo pedagógico, transmitiendo creencias, mitos e historias a partir de la emotividad del cuerpo y la valoración de los silencios, los gestos y los contextos.
Catalogado de manera unánime como un hermoso desafío César Reyes, Nadia Herrera, Estefanía Birke, Edith Moncada, Claudia Aguilera, Cristian Palma, Ricardo Oyanedel y Santiago Varas, pertenecientes a los cursos de Nivel Básico y Avanzado, llevaron sus cuentos hasta este Centro donde niñas, niños y jóvenes entre 3 y 26 años intentan salir adelante, tras el abandono social y familiar y la marginación que sufren por parte del sistema educativo.
Cristian Palma manifestó que “la experiencia fue muy enriquecedora porque es un segmento súper marginado de este tipo de actividades, siendo además una buena posibilidad para sentir que uno está para aportar. Un desafío que puede ser enriquecedor para ellos, pero lo es aún más para nosotros, pues la retroalimentación es lo que nos mueve, y en este caso, lo más potente”.
Estefanía Birke, agregó que “uno es la que está más limitada, la limitación concreta de que siempre nos sostenemos sobre la palabra, sobre la voz, sobre el sonido y cuando te enfrentas a un grupo humano que no te escucha, el desafío es de modificar tu cuerpo o tus acciones para que ellos te puedan escuchar en un gesto o leer el gesto, es extraño, pero sin embargo, salí con el pecho apretado y lleno de emoción”.
Con la ayuda de los funcionarios del Centro, los cuenta cuentos pudieron aprender cómo se hacían los personajes en lenguaje de señas, a saludar y decir buenos días, sintiéndose en un ambiente cálido y grato que les permitió llenar de sonrisas el lugar, recibiendo el cariño y las muestras de afecto de cada uno de los asistentes, quienes además invitaron a los cuenta cuentos a conocer su espacio y compartir un poco más con cada uno de ellos.
Los cuenta cuentos valoraron la iniciativa no sólo por ser un desafío, sino un ejercicio de conciencia, una herramienta de sanación y un espacio para la emotividad, tal como complementó Claudia Aguilera quien planteó que “tuvimos una excelente acogida por parte de los niños, tuvimos traducción simultánea, vivimos experiencias que no pensábamos que iba a vivir en ese encuentro y la sensibilidad de enfrentarse a eso fue súper especial y nos entregamos por completo a otra modalidad de contar nuestros cuentos, a otros ritmos, sensaciones y sentimientos”.
La Escuela de Cuenta Cuentos es una iniciativa de la Dirección General de Vinculación con el Medio de la Universidad de Playa Ancha en conjunto con la Fundación Mustakis, la cual finaliza a través de prácticas sociales que permitan llevar esta experiencia a diferentes espacios, donde nuevos públicos puedan disfrutar y emocionarse con los cuentos y la puesta en escena de los cuenta cuentos quienes han logrado entregar alegría en escuelas, liceos, hospitales, cárceles y en variadas iniciativas sociales, artísticas y culturales de la Región de Valparaíso.
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