Simonne Victoriano y Sandra Tapia: “Más que una tuna, somos una hermandad”

tuna1Alegres, simpáticas  y con “pachorra”. Así se podría definir, en principio, a las integrantes de la Tuna femenina de la Universidad de Playa Ancha, que hace más de 17 años recorre distintos escenarios llevando su música y baile. Sin embargo,  ellas se autodefinen como “una hermandad”, pues son mucho más que eso: son unidas, solidarias y muy preocupadas unas de otras. Es lo que muchos podrían llamar “una verdadera familia”.

Sandra Tapia, estudiante de Pedagogía en Inglés, directora del conjunto y,  Simonne Victoriano, egresada de Bibliotecología, sostienen que si bien todas tienen vidas  muy diferentes,  son un solo cuerpo, pues permanentemente están muy atentas a lo que le ocurre a cada una de las integrantes, lo que asegura que se apoyen cada vez que lo necesiten.

“Cuando nos juntamos, es maravilloso lo que se produce, pues nos preocupamos más allá de lo que tenemos que cantar. Viajamos juntas, vivimos nuestra vida universitaria y nos consideramos una verdadera familia”, afirma Simonne Victoriano, quien precisó que el 15 de mayo cumplieron 17 años de existencia.

-Además de la hermandad ¿qué rasgos mantienen de la tuna, tal como se concebió en su origen?

Sandra: “Inicialmente, la tuna fue un grupo de estudiantes pobre, que tocaba para conseguir comida o algo de plata para obtener los instrumentos y los trajes. Para nosotras, no es muy diferente, pues igual salimos a tocar y cantar en restoranes o incluso en la calle para conseguir un poco de dinero. Esa acción la llamamos “salir a parchar”.

-¿Pero también tienen presentaciones oficiales?

Sandra: “Claro que sí. Y son muy diversas. Por ejemplo, podemos tocar en el Casino Enjoy y luego en un hogar de ancianos, en colegios, matrimonios, cumpleaños, eventos en empresas, en fin. En muchos lugares diferentes, lo que lo hace muy entretenido».

-Normalmente los tunos tienen una capa donde cuelgan adornos que recuerdan sus conquistas. En el caso de ustedes, ¿pasa algo parecido?

Simonne: “Sí, claro. Para nosotras las cintas son regalos que pueden ser entregados por la familia, amigos, o bien ser un recuerdo de alguno de los encuentros en los que hemos participado”.

¿Y las conquistas?

Simonne: “La orientación de lo masculino va de la mano con las conquistas, pero no ocurre lo mismo con nosotras, pues nos gusta más compartir, ser simpáticas y, por supuesto, dejarnos conquistar. Pero todo es un juego”.

– Pero, ¿habrá conquistas que comentar?

Simonne: “Más que conquistas, tenemos muchas anécdotas que se han ido acumulando a lo largo de nuestra vida como grupo. Pero algunas de ellas son inconfesables. De todos modos, siempre ha habido mucha alegría en todo. Nuestro espíritu siempre es la unión y la alegría”.

TUNA 2SELECCIÓN DE TEMAS

-En relación al repertorio ¿cómo lo arman? ¿qué criterio aplican para seleccionar los temas?

Sandra: “Hay diferentes formas. A una de nosotras nos puede gustar algún tema en particular y lo proponemos. También se pueden revisar repertorios de otras tunas o estudiantinas. Pero igual incluimos canciones  que son propias del folclor latinoamericano”.

-¿Y cuál creen ustedes que tiene mayor impacto en el público?

Sandra: “Las más conocidas y solicitadas son El Beso y Clavelito, porque son temas que forman parte de la memoria popular. Por lo tanto, no podemos dejarlas de lado. Por ser nosotros de Valparaíso, también nos piden mucho  “La joya del Pacífico”, aunque en general también tocamos vals, boleros, pasodobles y algo de folclor latinoamericano y chileno. En realidad, nuestro repertorio es muy variado”.

-¿Qué requisitos debe cumplir una postulante?

Simonne: “Lo que más se necesita es compromiso, ganas, carisma y disposición, porque lo demás se aprende con mucho ensayo. En este sentido, es importante que seamos una hermandad, porque eso se traduce en las presentaciones. Hay mucha complicidad entre nosotras, lo que ayuda a superar la vergüenza (en algunas), porque hay bastante interacción con el público. Hay bromas, chistes y mucha alegría. Incluso, nos tiramos tallas internas. Es muy divertido”.

-¿Qué pasa cuando hay un hombre buenmozo en el público?

Sandra: “No lo dejamos pasar. Lo miramos cuando cantamos, lo piropeamos, hacemos versos, baile, de todo. Es muy simpático todo. Hay algunos que se sienten incómodos, pero también hay otros que se quieren subir al escenario a bailar con nosotras. Recuerdo que en una ocasión, había un joven que se las quiso dar de galán. No sabía bailar, pero igual subió al escenario y fue un desastre. No había cómo lograr que llevara el ritmo. Finalmente, terminó tropezándose con la bailarina, la que tuvo que aguantar sus pisotones todo el tiempo”.

-¿Les ha pasado que una joven se coloque celosa con alguna de ustedes?

Sandra: “No lo sabemos, porque eso ocurre, probablemente,  después de las presentaciones. Afortunadamente, cualquier discusión de pareja se ha dado sin que nosotras nos enteremos, y eso lo agradecemos mucho”.

-¿Es cierto que las tunas viajan harto?

Simonne: “Sí, hay encuentros, lo que significa que se reúnen al menos nueve o diez tunas. También se viaja para apadrinar a nuevos grupos. En el caso nuestro, «amadrinamos» a la Tuna femenina de la Universidad de Las Américas de Santiago y ellas, a su vez, en el 2009 «amadrinaron» a la Tuna femenina de la Universidad Católica del Norte de Coquimbo. Por lo tanto, somos una familia muy grande.  Esto confirma que la tuna es más que música, es una hermandad”.

TUNA HASTA MORIR

-Más allá de lo que presentan, ¿qué les seduce de pertenecer a una tuna y no a otro grupo musical?

-Simonne: “Es muy distinto, pues nosotros no buscamos los aplausos, sino llevar alegría a los demás. Debemos recordar que en esto hay mucho de tradición, como la vestimenta, viajar a encuentros con otras tunas, parchar, en fin. Nosotros vivimos la tradición”.

-¿Y cómo traspasan esa tradición?

Sandra: “Preparamos a las nuevas integrantes, las que deben pasar por diferentes etapas, hasta ser una de nosotras. No es fácil, pero sin duda, cuando una se convierte en integrante de la tuna, la vida cambia. En este proceso les enseñamos, por ejemplo, que hay una jerarquía: primero la persona es aspirante, luego pasa a ser pardilla (aprendiz de tuna). En ese momento elige a una madrina que traspasa experiencia y conocimiento. Esta etapa es muy importante, porque no solo se enseñan canciones o se desarrollan actitudes, también se traspasan valores fundamentales, que nos sirven para la vida”.

-¿Cómo por ejemplo?

Simonne: “Nos enseña a ser humildes, porque todas comenzamos de cero y necesitamos a las demás. En la tuna se entiende que todas tenemos algo que enseñar y algo que aprender. No importa si alguien lleva años o si llegó recién. La humildad no se debe perder jamás. Además, mientras la persona no comprenda e incorpore estos valores, no será aceptada en la tuna.  Es importante destacar, además, que cuando la postulante ya es una integrante más, la condición de tuna no se pierde jamás. Como decimos, tuna hasta morir”.

Pruebe también

Facultad de Ingeniería UPLA reconoce trayectoria formativa de sus estudiantes

A su vez, en la solemne ceremonia, se honró el legado de seis académicos que se acogieron a retiro: Gonzalo Bustillos Portales, Ramón Donoso Alfaro, Eduardo Faivovich Bortnik, Luis Faúndez Fuentes, José Meza Guzmán y Miguel Vásquez Vicencio.