2013 marca en el calendario un momento histórico en la vida del jardín infantil “Colmenita” de la Universidad de Playa Ancha, no solo porque cumple 30 años de vida, sino también porque una de sus fundadoras celebrará también este año tres décadas de ininterrumpido trabajo. Es Julia del Carmen Llanos, más conocida como “July”, quien toda su vida quiso estudiar una carrera relacionada con los más pequeños.
“Pensé ser profesora, porque quería trabajar con niños. Afortunadamente, supe que se abriría la carrera de auxiliar de párvulos, mención asistente, y no dudé en matricularme. De eso ya han pasado casi 30 años y siento que fue mi mejor elección”.
-Cómo llegó a la Universidad de Playa Ancha?
“Postulé y me dejaron a prueba un tiempo, hasta que adquirí la planta. Cuando pienso en esto siempre me emociono, porque siento mucho orgullo de trabajar aquí”.
-Concretamente ¿qué la emociona?
“Saber que trabajé con niños que hoy son ingenieros, médicos o abogados. Con personas que ya tienen su vida. Aportar aunque sea un granito de arena a su realización es algo muy significativo para mí”.
-¿Y qué pasa con los afectos?
“Aquí se movilizan muchos sentimientos, porque uno recibe a los niños desde los tres meses (antes de que cambiara la ley) y comparte con ellos hasta los cinco. Es prácticamente toda su primera infancia, donde uno ve cómo adquieren nuevos aprendizajes. Es un caminar que hacemos juntos”.
-La responsabilidad es alta…
“Sí, y no solo con los niños, sino también con los papás y mamás, muchos de los cuales son estudiantes. Entonces, hay momentos en que ellas llegan muy desalentadas, pero una las anima y las insta a seguir adelante. Incluso, después muchas de ellas regresan a mostrarnos sus títulos profesionales. Es de verdad, muy emotivo, porque al principio uno tiene que enseñarles a ser mamá, entonces cuando regresan a vernos, todos lloramos aquí en el jardín”.
–A propósito de maternidad ¿usted tuvo hijos?
“No, nunca me casé. Fue una decisión que asumí en un momento de mi vida y no me arrepiento, porque igual me siento mamá cuando estoy con los niños. Además, también me siento un poco mamá de mis sobrinos. Cariño recibo por todos lados”.
-Durante estos 30 años ¿qué aprendizaje rescataría?
“En primer lugar, la incondicionalidad de los afectos, pero también rescato el tema de las capacitaciones, pues estamos en cursos de perfeccionamiento permanente, en todas las áreas. Aquí he crecido mucho desde que llegué, pues fui una de las personas que inició este jardín. Por ello digo que en 30 años ambos hemos crecido juntos. Conozco cada uno de sus rincones”.
-Y de la organización misma ¿qué destaca?
“Que somos una verdadera familia, porque hay una excelente convivencia. Me siento como en mi casa. Aquí me desconecto, y me siento muy acogida. Es un complemento perfecto con mi hogar, el que comparto con dos hermanos y un sobrino, donde también siempre he recibido mucho amor. En realidad, si hago un repaso de toda mi vida, me declaro una persona feliz y plena, y eso lo agradezco todos los días”.