Decano Juan Camus: "la Facultad está volviendo a sus inicios"

Tras la nueva institucionalidad que adquirieron las carreras del ámbito de la ingeniería, «la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas está volviendo a sus inicios» describe el Decano Juan Camus Arancibia,  a modo de resumen de la situación de esta unidad académica, que cuenta en la actualidad con carreras pedagógicas en las áreas de Química, Física, Matemática y Biología.

¿Cuáles son las áreas prioritarias de desarrollo de la Facultad este año?

«Lo que quisiéramos lograr es que cuando un profesional que trabaja en esta Facultad quiera investigar, se brinden todos los implementos y espacios que requiera para ejercer su labor como corresponde.

«En este mismo sentido es que quisiéramos también que se pudiera generar carrera académica. Sin embargo, en las condiciones en las que estamos actualmente, a lo único que podemos aspirar es a responder en la mínima medida, elaborando así estudios, extensión, docencia y gestión bastante elemental, visto el reducido presupuesto con el que contamos. A ello, hay que sumar que el número de jornadas completas se ha disminuido drásticamente, perdiendo líneas de desarrollo y los eventuales ayudantes académicos que podemos formar. En definitiva, la burocracia y la falta de recursos dificulta la definición de prioridades y cualquier posibilidad de proyección”.

¿Cuáles son los desafíos que los profesionales de la Facultad encuentran al egresar en cuanto a formación e investigación?

«Si bien todas las carreras de nuestra Facultad están acreditadas, y ello debiera ser garantía de la calidad de nuestros profesionales, los egresados, o quienes están en su última etapa de educación formal, a la hora de ejercer su trabajo en el área de la docencia o de la investigación, encuentran como principal problema el bajo salario.

“La mayoría de nuestros egresados tiene trabajo, pero siento que la sociedad no les está dando su merecido pago, en virtud de sus capacidades y lo que hacen por nuestros hijos y el futuro de la región y del país.

«De ahí nace una tarea para nosotros como Facultad: tenemos que generar cursos de postgrado para la especialización y, de esta forma, ayudar a nuestros egresados para que sean finalmente recompensados por sus años de estudio y el servicio entregado».

¿Cuáles son los elementos diferenciadores de los profesionales de esta Facultad respecto de otros?

«Esta Universidad, en general, tiene una característica bien especial, y que es denotada por quienes además de hacer clases acá, tenemos cursos en otras casas de estudio: nuestros estudiantes se destacan por su alto grado de entrega. Usando un término coloquial, nuestros profesionales son todo terreno, cosa que además nos suelen decir los directores y profesores de establecimientos educacionales, quienes resaltan la capacidad de adaptación y de salir de las dificultades.

«A propósito de nuestro carácter público, he estado reflexionando sobre por qué a los estudiantes de este tipo de planteles se les exigen características especiales y no así a quienes egresan de universidades privadas, siendo que finalmente, ambos tienen que pagar igual, someterse a las mismas instituciones que les entregan crédito y a las exigencias que les hacemos, aspectos que no se ven reflejados en cómo la sociedad los está acogiendo. Para esto, tengo un ejemplo: si le propongo a estudiantes de una universidad privada, de una carrera similar a las nuestras, un trabajo en un lugar con riesgo social y con el salario por el cual trabajan muchos de nuestros egresados, estoy muy seguro de que la tónica de las respuestas sería negativa».

¿Cuál es el perfil de un egresado de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas?

«En algunas ocasiones, se espera que los profesionales egresados de una universidad estatal como la nuestra, cuenten  con características como su perfil social y que sean éticamente intachables, valores que ciertamente queremos transmitir al estudiando, sin embargo, me pregunto cómo es que se le exige tanta entrega, esfuerzo y otras cualidades, si no hay de parte del Estado, ni de la sociedad, una disposición distinta a las lógicas de mercado para que nuestros estudiantes talentosos, la mayoría provenientes de estratos sociales medios y bajos, cursen carreras del área de pedagógica, y ejerzan en lugares de riesgo y con salarios muchas veces injustos.

«En definitiva, creo que no sacamos nada con pedir y diseñar un determinado perfil para nuestros egresados, si no hay un cambio en el trato hacia la profesión docente», concluye el académico.

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