"La universidad es la mente y el corazón de un pueblo"

mario-solis-recaldeMario Solís Recalde es profesor en la Facultad de Arte de la Universidad Central de Ecuador y miembro del Consejo Nacional de Educación Superior de ese país. Hace pocos días visitó la Universidad de Playa Ancha para presentar su libro «Kapakñan. El viejo, ancho y poderoso camino del saber ancestral», ensayo donde propone, tomando un concepto indígena, una nueva forma de conocimiento que escape a la tradicional mirada de occidente.

Su visita tuvo como objetivo también, en su calidad de representante del organismo de educación superior que integra, promover dos iniciativas que están en desarrollo actualmente: la Universidad de la Integración Latinoamericana (UNILA) -impulsada por el gobierno de Brasil- y la Novena Cumbre de Rectores de Universidades Públicas del continente, que se llevará a cabo el año 2010 en nuestro país bajo la organización de las universidades de Playa Ancha y de Valparaíso.

De su libro y de ambos proyectos conversó durante su visita a la UPLA.

¿Cómo se gestó la idea de presentar el libro acá?

«El rector Patricio Sanhueza estuvo en Quito hace pocos días en la Octava Cumbre de Rectores de Universidades Públicas de América Latina. Y ahí presentamos el libro en un ámbito reservado de algunos rectores; estuvo él y le interesó, y cómo yo venía por otro motivo a Santiago me dijo ‘por qué no te pasas a la Universidad para que también conozcan tu propuesta'».

¿De qué se trata, en síntesis, el libro que presenta hoy?

«El libro se llama Kapakñan, una palabra quechua que significa «camino del Inca», pero que, investigando, no se trata de eso, sino que significa más bien un camino poderoso, amplio, de desarrollo espiritual. Es una de las vetas por las que he explorado, para desarrollar una propuesta que intenta presentar un camino distinto de conocimiento al de la ciencia racionalista y a la visión que occidente tiene, y que tiene relación con ser abiertos para comprender que existen otras fuentes y otras dimensiones del conocimiento que están ligadas mucho más a las culturas ancestrales de América que al conocimiento tradicional que tenemos actualmente.

Entonces, se plantean tres partes en el libro. La primera se refiere al perfil, a las características de Latinoamérica como una zona mestiza, europeo-autóctona, en la que según algunos autores -especialmente Bolívar Echeverría, que trabaja en la Universidad Nacional Autónoma de México- se podría decir que existen, gracias a esa fusión de culturas, condiciones especiales para el desarrollo de un proyecto político, cultural, social, de mayor apertura y tolerancia que los que han existido hasta hoy en el mundo.

La propuesta explora esta posiblidad, pero en base al manejo de un conjunto de categorías nuevas que se denominan paradigmas éticos. Son 64 paradigmas éticos que se los utiliza al azar, o sea no es la lectura tradicional sino que tiene que ser leído rifando, de alguna manera, uno de los números, frente a un problema determinado. Es otro esquema, totalmente distinto al conocido, pero que sin embargo está solventado por una visión científica también. No se trata de ir a otro extremo; es reconocer que existen formas distintas de conocimiento, y es una primera exploración (…).

Entonces, la propuesta que está en el ensayo contiene tres partes: un análisis antropológico, filosófico, incluso sociológico, de cómo América Latina, justificadamente, es un espacio en el mundo con mayores posiblidades de desarrollar una sociedad justa, armónica y, de ese modo, tal vez feliz; el segundo, es una propuesta que se basa en metodologías que ya son conocidas en el mundo, y es la Investigación Acción Participativa con Aprendizaje; y la tercera parte se refiere a estos paradigmas éticos».

¿Qué importancia tiene para usted presentar este libro en una universidad pública chilena?

«Yo soy profesor originalmente de una universidad pública, de la Universidad Central de Quito, entonces he estado ligado siempre. Actualmente trabajo en el Consejo Nacional de Universidades. Primero, es importante unir, apoyar y desarrollar la universidad pública, porque según la última Conferencia de Educación Superior de la UNESCO, que se hizo en París este año, la universidad del mundo debe ser un bien público y alrededor de eso se podría reflexionar mucho.

Pero, principalmente, tenemos que las universidades de Playa Ancha y de Valparaíso han sido designadas, junto a la red de universidades estatales de Chile, como sede de la próxima Cumbre de Rectores de las Universidades Públicas de América Latina. Yo fui de la comisión organizadora de esa cumbre y el presidente del Consejo Nacional de Educación Superior de Ecuador (CONESUP) me dio la tarea de conversar con los rectores. O sea, la razón fundamental de mi presencia acá no es el libro sino que es la Cumbre de Rectores de las Universidades Públicas que se va a hacer en el 2010».

Acerca de uno de los temas que toca su libro, que es la interculturalidad y la integración latinoamericana, ¿cómo es su visión sobre la realidad chilena en ese aspecto?

«Como en todas partes, existen contradicciones. Chile tiene una gran tradición de desarrollo histórico duro, doloroso, positivo. Los trabajadores han luchado mucho, el pueblo ha sufrido mucho. Hay experiencia y además un desarrollo de pensamiento, de sensibilidad, de visión, que le permite a Chile, al mismo tiempo que ser un foco de neoliberalismo, ser un foco de pensamiento crítico, de pensamiento avanzado. Entonces, traer una inquietud nueva es importante.

Ahora, el afán mío es que la Universidad de Playa Ancha se comprometa con el desarrollo de la Universidad de la Integración Latinoamericana (UNILA), que se está formando en Brasil, en Foz de Iguazú. Y he hablado con algunos profesores hoy en la mañana y están interesados profundamente en iniciar esa relación con un proyecto tan especial como es el de una universidad de la integración, y creo que algo va a suceder en esa dirección. Entonces, puedo decir que he tenido en principio éxito en motivar a la Universidad de Playa Ancha, y a través de la Cumbre lograr que se tome en cuenta este proyecto hermoso que tiene Brasil, impulsado especialmente por Lula, que es la Universidad de Integración Latinomericana».

Sobre ese mismo tema, ¿cuál es la importancia que tienen las universidades en el proceso de integración latinoamericana?, ¿qué aporte pueden hacer?

«La universidad es la mente y el corazón de un pueblo, en alguna medida. No es el único, hay varios, pero es uno de los más importantes, porque hay sectores en la sociedad que en otro momento tuvieron mayor fuerza y que la han perdido, como la religión, la política, los partidos políticos. Yo hablo de mi país, de Ecuador, en que prácticamente los partidos políticos han desaparecido y Rafael Correa sale de la nada y se convierte en Presidente, sin haber tenido ningún partido, solamente basado en la intuición del pueblo. Entonces, la universidad es uno de los pocos entes sociales en esta época que tiene potencialmente todas las virtudes para convertirse en un faro de desarrollo social, humano y político».

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