“Creo que ser artista es una cuestión de destino o maldición”

Mario Ibarra es un creador en permanente búsqueda y reflexión crítica acerca de su trabajo y de la relación subjetiva que establece con el mundo. Interconexiones sociales y culturales que también liga a su labor docente en la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha, que ya se prolonga por 10 años, siempre en estrecha relación con el compromiso social y las certidumbres que animan a las nuevas generaciones de creadores que se forman bajo su alero y el de sus colegas.

Un artista que funde su respeto por el oficio, por las tradiciones que se han cultivado en lo que llama “la cocina del arte”, con esa necesaria inquietud por la metamorfosis, la alquimia, el cambio y los procesos de enfrentamiento ante nuevas lecturas del quehacer social, artístico y político.

Su proyecto actual de trabajo, CHILE PIN-UP: Cuerpo chileno post dictadura, es un cuerpo de obra crítica -que será inaugurada en noviembre en el CNCA- que exhibe un discurso metafórico visual de los hechos históricos acontecidos en el país en el periodo de la dictadura, transición y la postransición democrática.

Sobre esta representación visual y otras certidumbres del artista y académico porteño, conocido en el circuito creativo como “Paté”, es la entrevista que a continuación presentamos.

Hace un par de años atrás Ud. señalaba a un matutino que «el arte de pintar es tratar de conocerse todos los días». En relación a ello, y pensando en que nuestra Universidad fuese pintura, ¿Cuál diría Ud. que es su visión en torno a ella?

El artista piensa no tanto porque se le ocurran cosas, sino porque le suceden en el proceso de configuración del discurso visual. Uno se enfrenta al soporte en blanco para generar la ilusión de la imagen a través del color y la forma, generando el daño de superficie con potencia, voluntad de asombro y experimentación.

En tal sentido, si la Universidad fuese la pintura no seria el objeto de la educación sino su potenciadora; es el tiempo y espacio de lo nuevo, del riesgo, la fiesta de las metamorfosis, el cambio del curso de las cosas. La Universidad como pintura es la contemplación reflexiva de un mundo, donde el pensamiento se produce y se desarrolla dejándose afectar.

¿Cómo es el Arte y los artistas que se crean en la Upla?

Parto de la premisa que el artista no escoge serlo, más bien tiene una necesidad interior que está más allá de su propia voluntad. Creo que ser artista es una cuestión de destino o de maldición, que lo llevará a tener aciertos o desaciertos en la configuración de las obras visuales. Finalmente, la condición ineludible es la de ser artista, por lo tanto, no se crea en las universidades ni en las escuelas de arte, aun cuando podría representar el inicio de las bases en el proceso de educación en el área y en el campo de la cultura en general.

En la Universidad enfrentará a la academia, donde conseguirá las herramientas técnicas y conceptuales (praxis y teoría) para solucionar los problemas de configuración de la imagen en los aspectos formales. Aquí hay un punto importante en el desarrollo del joven artista; en estos tiempos de avalancha de información, se desean incorporar a la brevedad en los nuevos lenguajes, tendencias, nuevas posturas y estilos, siendo, por desgracia, que en su afán de renovación absoluta descuidan la parte esencial de la formación académica, del fomento del oficio, de la cocina de las artes, el saber cómo hacer las cosas y aterrizar en objetos visuales las ideas y conceptos. Hay que tener presente que sin tradición no hay futuro, sin academia no hay renovación, sin oficio no puede romper con los viejos estilos y escuelas.

El artista se construye en el tiempo y el paso de los años le irán marcando el camino a la madurez artística, a la vez que deberá saber sobrellevar una diversidad de circunstancias que pueden ser mortales para su desarrollo como productor de discursos visuales. Pero en fin, si su vocación, por destino o maldición, es lo suficientemente fuerte, prevalecerá su compromiso de crear, no importando que tenga que abandonar o compaginar lo que sea a fin de producir, lo que además pasa por ser inquieto intelectualmente y creativo. Me parece que se logra ser artista cuando tiene un compromiso social. Uno puede tener la mejor técnica posible pero si no tiene nada que decir nunca va a ser un artista. El artista se convierte en tal cuando tiene algo que decir, algo que denunciar, tiene que formar parte de esta crítica reflexiva que entre todos hacemos a la sociedad.

¿Qué opina de su labor académica y artística durante sus años en la Universidad?

Los 10 años que llevo impartiendo docencia en la Facultad de Arte han sido un proceso de crecimiento y de renovación constante en mi desarrollo artístico, así como también en el ámbito de la práctica educativa, asumiendo mi rol desde la dualidad de ser artista visual y docente (pedagogo). Este rol lo he pretendido articular y organizar desde la producción del conocimiento y la experiencia investigativa artística individual que se debe compartir. Creo que hoy no hay otra posición ética posible que la de ejercer un “conocimiento emplazado al diálogo de taller”, asumiendo de forma transparente y explícita la posición desde la que se habla, desde la que se enseña. Y que ese ejercicio de diálogo artístico- educativo quede intrínsicamente unido a aquello que se hace, lo que me ha permitido mimetizar de modo mucho más libre las fronteras entre docente y alumno, teoría y práctica, obra individual y obra colectiva.

Así, desde unos años a la fecha, he utilizado en mi labor docente las TIC y las herramientas del vídeo para acercarme a la vida cotidiana de los procesos de producción de obra y de jóvenes artistas, como una manera de constituir una extensión “performativa” de la labor de taller e investigaciones respectivas. Al mismo tiempo, lo que allí suceda, deberá obligatoriamente extenderse también, como una mancha de aceite, a nuestra docencia diaria, y que, esto es lo más interesante, que sea capaz de “provocar acontecimientos”, que en cierta medida terminara por reivindicar el ejercicio de taller para el académico y tanto como para el estudiante.

Desde ese punto de vista, creo que es especialmente importante todo esfuerzo que debiéramos hacer los docentes para ver si somos capaces de (en un planteamiento que no deja de ser, por otro lado también, bastante fiel a las ideas de artistas como Joseph Beuys) pasar a entender nuestro trabajo cotidiano en el ámbito de la enseñanza como una prolongación de la propia práctica artística, creativa, reflexiva o del carácter que sea.

Puede profundizar sobre su actual proyecto Chile Pin-UP…

CHILE PIN-UP: Cuerpo chileno post dictadura es un monstruo contemporáneo genéticamente neo-barroco. Es una puesta en escena de una exposición pensada como cuerpo de obra crítica, que muestra un discurso metafórico visual de los hechos históricos acontecidos en Chile en el periodo de la dictadura, transición y la postransición democrática, desde la pintura, tensionada y expandida hacia diversos mecanismos de representación visual. El proyecto se sustenta en una serie de obras realizadas en diferentes lenguajes y soportes visuales tendientes conseguir traducir a imágenes ciertas nociones y experiencias del acontecer socio-político nacional. Este trabajo visual es la culminación de una serie de obras desarrolladas y en proceso desde el año 2003 a la fecha.

Con la inclusión de los lenguajes tradicionales y medios digitales en la producción artística este proyecto puede clasificarse como testimonial, reflexivo, de crónica y documental ficcionado, que invita al espectador a desplazar su eje de visión para dar cabida a otros posibles puntos de vista de la historia política de Chile.

Las obras presentadas en la exposición, que será montada en el mes de noviembre en la Galería del Consejo de la Cultura y las Artes (CNCA), transitan por una zona diversa a la de las galerías comerciales y de sus pautas de validación del trabajo artístico, más bien se inscribe como documento crítico no comercial, y así proponer otras imágenes y nuevas relaciones visuales para pensar, los distintos paradigmas en los que se cursa la historia socio-política Chile. Chile Pin-up es más que el conjunto de pinturas, objetos tridimensionales, instalación, audiovisual, es una particular forma de reflexión visual, que requiere de una comunidad o público para alcanzar su verdadero significado, valor y existencia.

¿Qué intenta reseñarnos con cada una de sus obras?

En términos formales, los trabajos presentados para esta exposición poseen un carácter pictórico donde se ha producido un desplazamiento; la tela es el espacio y los elementos que contenga que es pintado con las luces del proyector. En este proyecto expositivo, opera con el contraste de la tecnología y la precariedad del hecho a mano. La presencia de lo manual hace que lo virtual sea único, irreproducible en masa, una pieza única como la pintura. En ese sentido el trabajo en el espacio pasa a operar como en la pintura, el soporte de proyección es la tela y la proyección es la pintura.

Es el concepto de pintura expandida, que va más allá de los formatos tradicionales…

La pintura expandida es una nueva manera de concebir el trabajo artístico, en la que otras disciplinas como la fotografía, la construcción tridimensional, el vídeo o los nuevos medios, intervienen para dar vida a obras diferentes como una manera de escapar del bastidor para mudar la materia plástica a diferentes soportes visuales, donde el color, la forma, la textura y el empaste es depositado sobre un nuevo soporte: espacial, audiovisual o virtual.

El resultante del acto pictórico es la materialización de una imaginería visual a través del color, lo que al expandirla a nuevos soportes visuales permite integrar movimiento a ese imaginario. Al plantearse sobre una plataforma de imagen en movimiento surge inexorablemente la problemática del relato. En ese momento, la imagen cobra narratividad. Si la narrativa de la pintura esta dada por las relaciones entre sus partes, ahora la narración se constituye como una acción. El desarrollo del relato amplía las posibilidades de expresar contenidos y provocar emociones. La conjunción de audio, imagen, movimiento y relato favorece el poder comunicacional de la obra.

En la puesta en escena de la pintura expandida cada elemento está sujeto a otro siendo, por tratarse de la suma de elementos reales y virtuales, difícil de premeditar con completo control. En términos de relato, la instalación, el video y los nuevos medios permiten una mayor abstracción, puesto que rompe con la lectura lineal, no hay un comienzo ni un final. Este cambio alcanza a la visualidad que se libera del relato lineal y puede ser más abstracta. Por último, dentro de la pintura-video-instalación se genera un espacio alterado, donde la obra cobra un cuerpo-objetual en el que el espectador está inserto en ella, “entra a la obra”. Esa condición de estar adentro de la “obra” es lo que permite ser percibida por todos los sentidos y trasladar al observador al espacio que pretende el artista, el espacio ritual, sensorial por excelencia e irracional por añadidura.

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