Probablemente hoy la preocupación central de la Facultad de Ciencias de la Educación sea la notoria brecha que exhiben los establecimientos educacionales municipales respecto al quehacer y los resultados del mundo privado. Una problemática que cada tanto se suscita, generando una sensación de malestar y controversia que se expresa nítidamente en las diversas y masivas manifestaciones sociales que exigen con justo derecho una educación pública de calidad para todos y todas.
Un panorama calificado como central por el Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación, René Flores Castillo, quien en esta entrevista explicó los énfasis en materia de proyectos que han impulsado durante los últimos años y que se vinculan fuertemente con el quehacer institucional global de la Universidad de Playa Ancha de aquí al 2010.
¿Cómo podría definir la ubicación y los énfasis de la Facultad de Ciencias de la Educación actualmente?
La Facultad de Ciencias de la Educación está donde debe. Preocupada por el desarrollo de la educación y, por cierto, del hombre. Hoy estamos empeñados en poder contribuir al progreso de nuestro país buscando –a través de la investigación multidisciplinaria- las estrategias que nos permitan acortar esa brecha tan notoria entre el rendimiento de niños de nivel socioeconómico bajo en comparación con niños de nivel alto.
Nuestro tema no es abandonar a uno favoreciendo a otro. Más bien, la cuestión central es cómo somos capaces de buscar estrategias que nos permitan ayudar a que todos, sin distinción de ningún tipo, puedan llegar a los mismos niveles de acuerdo con sus potencialidades. Desde ese enfoque, estamos trabajando conjuntamente en un Centro de Excelencia Académica que apunte a favorecer la calidad y la equidad de la educación. Es un espacio que postulamos con el propósito de otorgarle carácter nacional, por lo cual lo presentamos en red con distintas universidades. En este sentido, las autoridades de nuestra Universidad están realizando gestiones para conseguir apoyo regional o de privados para hacer que este Centro tenga desarrollo a todo nivel.
Además, el miércoles 11 de junio fui invitado por el Ministerio de Educación para disponer de una base de datos -especialmente de la prueba PISA- que será utilizada con la misión de incentivar a nuestros investigadores, quienes la analizarán e incorporarán dentro de marcos referenciales teóricos para ver de qué manera podemos sacar algunas conclusiones, descubrir y proponer nuevos aportes en materia de políticas públicas educacionales. Veremos si podemos ingresar a dicha prueba, ver qué pasa con las respuestas de nuestros alumnos en las diferentes materias, investigando en aquellos temas que puedan tender a disminuir aquella brecha a la que recientemente me refería.
También, estamos llevando adelante el proyecto ECBI –que tiene que ver con la metodología de enseñanza de las ciencias- implementado en las ciudades de Quilpué, Casablanca y Olmué. En esta materia hemos establecido una relación estrecha con la Academia de las Ciencias, con el Mineduc y con otras universidades que se están involucrando. Asimismo, se están incorporando las carreras de Educación Parvularia, Educación Diferencial y Educación Básica, en el entendido que a través de las ciencias los niños pueden reafirmar sus talentos, su capacidad de asombro, contribuyendo al desarrollo de las ciencias y la tecnología, y apuntando centralmente –como primera meta- a la educación y al hombre.
Por otra parte, se está trabajando en un proyecto Fondecyt, dirigido por el académico Raúl Pizarro, y que apunta a las inteligencias múltiples. Las teorías así lo indican, hay que considerar al ser humano como sujeto integral en sus múltiples dimensiones. Estamos planteando la necesidad de verlo en su globalidad, aprovechando cada potencial en su relación con el proceso educativo mayor. Esta investigación nos da luces de cómo abordar a través de la educación las manifestaciones de estas múltiples aptitudes.
Continuando en la lógica de disminución de la brecha educativa y sus resultados, hemos estado fuertemente trabajando en las Escuelas Prioritarias, hoy llamadas Subvencionadas Preferenciales, que recibirán un aporte especial del Gobierno, además del apoyo de instituciones como las universidades, abordando su propio déficit y haciendo hincapié en la importancia de la educación continua.
En síntesis, una Facultad –en el contexto de una institución con 60 años de prestigio- muy viva y presente en el medio social, en la comunidad.
Así es. Por ejemplo, en las Escuelas Prioritarias el aporte de los estudiantes fue fundamental. De la misma manera, el Ministerio nos solicitó una investigación para determinar la evaluación de la gestión en las escuelas rurales, en la cual están colaborando muchos alumnos de la carrera de Educación Básica Rural de San Felipe, además del apoyo de la Universidad de Barcelona. Esta dinámica nos ha permitido establecer importantes redes y valiosos equipos de trabajo.
En esa dirección, acabamos de cerrar el programa de perfeccionamiento docente en Paraguay, con la Universidad Autónoma y con fondos del Banco Mundial. En resumen, hay un dinamismo interno y también en el extranjero.
En ese sentido, el Ministerio y las autoridades se han preocupado de imponer ciertos criterios de calidad. Nuestra institución también se suma a lo anterior a partir de los procesos de acreditación y evaluación que cada cierto tiempo debe asumir ¿Cuál es el aporte y la apuesta que hace a su vez la Facultad de Educación en u n proceso establecido formalmente?
Pienso que la Acreditación en nuestro país todavía es muy artificial. Creo que dicho proceso debe ser natural, es decir, las universidades deben tener sus indicadores de éxito, sus mecanismos de autocontrol, de regulación definida y constante, de manera tal de no esperar para funcionar con conceptos como el mejoramiento continuo, que es uno de los niveles de calidad importantes, aun cuando no estamos hablando todavía de reingeniería. Creo que muy pronto entraremos a procesos mucho más fuertes y las universidades estatales deben estar preparadas para ello.
Me parece que todavía no hemos logrado incorporar en nuestro ADN la Acreditación; entonces aparece como un fantasma. Es decir, debemos entender cómo aseguramos calidad, estableciendo indicadores en cada uno de los procesos que lleva adelante la institución, sin perder de vista las condiciones de entrada de todos. En este punto, está en vigencia un proyecto Mecesup enfocado a tratar las competencias generales y específicas de los alumnos cuando ingresan a la Educación Superior, asegurando un transitar más próspero para los futuros profesionales. Como Universidad debemos asegurar un transitar tranquilo para nuestros estudiantes, a partir del aporte específico del proyecto en cuestión.
Por tanto, debemos incorporar en nuestra cultura, en nuestra gestión y relaciones el aseguramiento de la calidad, lo que nos permitirá enfrentar con optimismo la Acreditación. Creo que ese es un tema pendiente aún.
Cada una de estas acciones también se liga al recién aprobado Plan Estratégico Institucional, que en definitiva constituye la carta de navegación de la institución al 2010. ¿Cuáles son las voluntades, las capacidades, el sentido de unidad que surge desde la Facultad de Educación con las demás facultades y con la universidad en general?
Desde la Facultad de Educación hay una disposición muy fuerte a contribuir en los diferentes temas que he planteado. Por ejemplo, creamos el Servicio de Orientación Universitario (SOUPA), gracias a la visita al extranjero del académico, Dr. Rodolfo Marcone. Hoy todos hablan del SOUPA, pero es importante recordar que surge con fondos de nuestra Facultad y su propia voluntad e iniciativa. Afortunadamente, las autoridades han considerado su importancia, abriendo espacio y permitiendo que su impacto llegue a todas las carreras.
Otro ejemplo de integración es el proyecto Mecesup de nivelación, que se ha abierto a las carreras, permitiendo que nuestros estudiantes adquieran las competencias académicas necesarias para que su desarrollo fluya desde sus propias especialidades.
Estos son ejemplos concretos de la disposición de nuestra Facultad por abrir sus proyectos y capacidades. Son cosas que impulsamos bajo el concepto de integración, porque entendemos que los proyectos se deben realizar multidisciplinariamente.
Abordando la contingencia que vive la Facultad, ¿cuál puede ser el mensaje para sus estudiantes?
Desde el punto de vista anímico no es el mejor momento. A nadie le gusta que le tomen su casa. Lamento que a través de presiones un grupo de estudiantes quieran llevar adelante ciertas aspiraciones. Es importante, en el marco de una institución que la hacemos todos, tener el propósito mayor de forjar la Universidad de Playa Ancha como un espacio señero, que lidere nacionalmente, que pueda el día de mañana dejar de lado muchos estigmas que carga.
Los estudiantes de Básica, en este caso, están planteando situaciones muy radicales, aun cuando les he hecho saber, a los pocos representantes que se han acercado a conversar conmigo, que la Facultad de Educación está dispuesta al diálogo inmediato. Espero que estos espacios tengan validez y representación, organizándose en una estructura.
En esta Facultad siempre hemos estado dispuestos a conversar, anticipándonos a los conflictos. Sin embargo, muchas veces los agentes activos del diálogo no asisten a dichos espacios. Hace algunos días, por ejemplo, estudiantes de Sociología manifestaron su interés en retomar los espacios perdidos. El diálogo, las instancias democráticas están abiertas, haciendo uso de ellas sin necesidad de presiones. Una universidad necesita de espacios libres de diálogo y reflexión. Quisiera que los estudiantes revisaran sus medidas y que consideren que estamos dispuestos a dialogar con respeto.
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