La memoria constituye un espacio de recuperación fundamental para las sociedades y su posterior evolución hacia otras vertientes de mayor bienestar y satisfacción para todos y todas. De eso pueden dar fe quienes testimonian a partir de sus obras pasajes de la historia que les son propios y que guste o no forman parte de ese pasado vivo que acompañará a todas las comunidades.
Bien lo sabe el Premio Nacional de Literatura 2006, José Miguel Varas (1928), quien hace unos días participó en la 1era. Feria del Fomento del Libro y la Lectura realizada por la Universidad de Playa Ancha. El escritor, que también ha desarrollado una importante labor periodística, abordó en esta entrevista tres áreas de suma relevancia para el desarrollo integral y equitativo de toda la comunidad: literatura, civilidad y educación superior.
¿Cómo y cuándo surge su vínculo con la Literatura?
Desde que nací. Soy hijo de un militar que era escritor, para él era muy importante la parte literaria, mi casa estaba llena de libros y mi madre era una gran lectora. Para mi era normal leer libros, escuchar que se hablaba de libros, en una época donde el prestigio social del escritor era grande, seguramente mayor al que hay ahora.
¿Cómo describiría su evolución literaria desde su primer libro «Cahuín» hasta su estado creativo actual?
Cahuín resultó ser un trabajo de mucha paciencia y acumulación de experiencias, de un enriquecimiento en cuanto al conocimiento de gente, país y vida personal. Son muchos años entre una cosa y otra.
¿Cuál es la vinculación que le otorga al trabajo periodístico con el literario? ¿Cómo influyó su experiencia de 15 años en Moscú a cargo del programa radial «Escucha Chile»?
Esa fue una etapa principal en cuanto a experiencias de vida y también de un quehacer periodístico muy interesante, pero en paralelo a eso evidentemente todo lo que uno hace se manifiesta y expresa en lo que escribe. En mis libros y cuentos hago muchas referencias sobre esos años de exilio, también en alguna medida en mi novela “Milico” que he venido a presentar aquí.
Su última obra se titula «Milico», ¿Cuáles son los principales tópicos que aborda? ¿Existen todavía tapujos para hablar «de la familia militar» considerando esta obra y también su propia experiencia como hijo de un Coronel de Ejército?
Sin duda, hay aspectos importantes de la situación en las Fuerzas Armadas y su papel en la sociedad. Además, respecto a la doctrina misma, existen aspectos que en general no se toman, lo abordan algunos especialistas, pero no es un tema periodístico ni de discusión pública. Para mi es muy importante el hecho que habiendo las FFAA dado pasos importantes en cuanto a una reorientación y una aceptación de la sociedad civil, en cuanto a la desaparición del concepto del enemigo interno de la doctrina militar, que no estoy seguro que haya desaparecido totalmente, existan etapas de ese proceso, que yo llamaría de democratización en un sentido amplio, que no se han cumplido todavía. Sobre eso, se habla poco, antes los llamábamos los mudos, porque no emitían opinión, ahora emiten mucha sobre ciertos aspectos y marcos.
No es malo discutir aspectos fundamentales y sobre el papel de las FFAA en un país como Chile, tomando en cuenta los elementos históricos y las necesidades de cambiar radicalmente en muchos aspectos el pensamiento, la doctrina, la ideología después de lo que significó la Dictadura Militar.
¿Se siente parte de la familia militar?
No, no soy parte de la familia militar, pertenezco a una familia donde hay muchos militares, como mi padre, pero en rigor no he tenido relación ninguna con FFAA de ninguna forma, ni siquiera hice el servicio militar.
¿Por qué la gente debería leer “Milico”?
Porque lo escribí yo. Creo que el libro refleja una visión de una persona determinada, una experiencia que intenta mostrar algunos aspectos o consecuencias del Golpe Militar. No es la novela del Golpe, como dicen mis editores, es una de las posibles novelas que podría surgir de este periodo histórico, que todavía en alguna medida está virgen desde el punto de vista literario.
La lectura
¿Existe en Chile una política pública que efectivamente incentive la lectura?
Existe una política de incentivo a la lectura, existen proyectos, buenas intenciones, pero todo débil. Aún cuando existe un gran esfuerzo de inversiones, creo que se puede hacer más para mejorar el sistema de bibliotecas; creo que queda un gran camino por recorrer. Además, hay una situación compleja como el relativo desprestigio del libro como fuente principal de conocimiento e información, se habla de los medios electrónicos, pero el libro tiene grandes ventajas, no necesita pilas, ni energía eléctrica, es portátil, se puede leer en micro, ascensor, casa, probablemente hay otras ventajas posibles de analizar. El libro sigue siendo insuperable, no puede desaparecer, pero no excluyo las posibilidades de nuevas tecnologías.
¿Es nuestro país una nación lectora? ¿Incidiría efectivamente si se anulara el impuesto al libro?
Si se elimina el IVA es positivo, pues sería cierta rebaja en precio de libros. Sin embargo, el problema es mucho más complejo, tiene que ver con gran dependencia de industria editorial española, la mayoría de los libros se importa desde allá.
La gente dice qué caros están los libros, pero hay unos más caros que otros. Mi libro, “Milico”, se vende en 9 mil pesos, pero uno parecido de las grandes cuatro empresas que controla el mercado vale el doble o el triple. Entonces, un libro de 25 mil ya es habitual, pero prohibitivo para gran parte de la población.
En esta materia ¿Cómo ve a Chile en 50 años más?
Es difícil hacer predicciones de este tipo, no tengo idea, me gustaría ser optimista y pensar que hubiese un desarrollo cultural más amplio, lo cual tendrá que envolver las editoriales, librerías y bibliotecas.
Universidades
¿Cree que las Universidades públicas están cumpliendo el papel de desarrollo que Chile requiere?
Me planteas problemas muy complejos. Creo que no, el sistema de universidades privadas imperante y su concepción liberal lo considero bastante negativo en varios aspectos. Se necesita hacer una fuerte reivindicación del papel de las universidades del Estado; para ello se requiere su apoyo económico, tomando en cuenta los objetivos de carácter nacional y no de utilidades económicas de corto plazo de ciertos grupos que tienen el control de las privadas.
¿Es esta Universidad la que recogió los legados de la que fuera antes del Golpe la gran Universidad de Chile?
Indudablemente que sí. No soy un gran conocedor de esta Universidad, he tenido contacto permanente, soy amigo de profesores, he estado años atrás en reuniones, es decir, me doy cuenta que hay inquietudes estudiantiles y la evidente preocupación de los profesores por hacerla más humanista, más abierta y eso me parece positivo.
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